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Los 'millennials', la nueva e imprescindible cara de las protestas en Venezuela

Los jóvenes suelen ser protagonistas en los grandes movimientos sociales, como en los últimos años hemos podido presenciar en acontecimientos como la Primavera Árabe o el 15-M español. Ya en 2002, en Venezuela, muchos universitarios se levantaron contra el entonces presidente Hugo Chávez. No obstante, hace 15 años esos jóvenes aún formaban parte de una generación que había conocido la Venezuela pre chavista. Hoy, los rostros más frescos pertenecen a los millennials, que han crecido bajo la revolución que desde 1999 rige el país latinoamericano.

Los ‘millennials’, la nueva e imprescindible cara de las protestas en Venezuela

Reuters

Los jóvenes suelen ser protagonistas en los grandes movimientos sociales, como en los últimos años hemos podido presenciar en acontecimientos como la Primavera Árabe o el 15-M español. Ya en 2002, en Venezuela, muchos universitarios se levantaron contra el entonces presidente Hugo Chávez. No obstante, hace 15 años esos jóvenes aún formaban parte de una generación que había conocido la Venezuela pre chavista. Hoy, los rostros más frescos pertenecen a los millennials, que han crecido bajo la revolución que desde 1999 rige el país latinoamericano.

Los millennials y post-millennials, también denominados ‘Generación Z’, jóvenes nacidos durante la era del chavismo -y que por lo tanto no han conocido otra cosa-, adoptan un papel principal en esta nueva oleada de protestas, provocadas por una importante crisis política y socioeconómica, y que desde hace dos meses se han saldado con más de 60 víctimas mortales. Muchas de ellas eran personas de corta edad. Soñadores con un futuro mejor, o hastiados con la situación que vive su país, que luchaban por lo poco que les quedaba por perder.

 

 

Un cambio de parecer generalizado

Johan es un joven de 22 años que acude a las protestas que invaden Caracas desde hace semanas con su hijo de 2 años. Johan, como muchos otros, fue un fuerte defensor del presidente Chávez, e incluso luce un tatuaje en el brazo con la firma del mandatario chavista. A su juicio, «el camino se desvió», por eso protesta. «Estoy aquí por mi derecho al voto, ya debería haber elecciones. Estoy aquí por mi derecho al trabajo, estoy aquí por mi país y por mi hijo», puntualiza a la agencia EFE, indicando que ahora «hay guerreros del barrio, hay guerreros de clase media, hay guerreros de todo tipo» porque «la lucha es por un solo país».

 

La fuerza opositora en Venezuela no entiende de edades. | Foto: Carlos Garcia Rawlins / Reuters
La fuerza opositora en Venezuela no entiende de edades. | Foto: Carlos Garcia Rawlins / Reuters

 

Johan no es el único decepcionado, sino que es uno de tantos a los que vendieron el sueño bolivariano como una ruta hacia la libertad y la cohesión social, como una utopía con visos a la igualdad entre todos los venezolanos. Forma parte de esa generación de hijos del chavismo, hijos de un movimiento que convenció rápidamente a una mayoría importante del pueblo de Venezuela. Ahora que ese movimiento se revela caduco y fallido, los que defendían las ideas del fallecido Hugo Chávez, apoyando sus esperanzas en él, cambian de parecer y se levantan ahora contra quien consideran un tirano, Nicolás Maduro.

 

 

Jóvenes con un porvenir incierto

Para el presidente del Comité de Alianza Social de la Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria, “los jóvenes son fundamentales para construir una sociedad sana, tanto en el entorno de hoy, como en el porvenir”. En un marco como el actual, con el drama de la muerte mezclado con el fervor de la lucha, que los jóvenes se pongan en cabeza es fundamental. Ellos deben construir un futuro incierto.

 

 

Los más jóvenes toman parte activa en las protestas en Venezuela. | Foto: Nelson Ovalles / El Estímulo
Los más jóvenes toman parte activa en las protestas en Venezuela. | Foto: Nelson Ovalles / El Estímulo

 

Según un estudio del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), en las protestas que vive el país hay «un protagonismo de una generación de activistas millennials, que tiene como referentes la cultura digital, los videojuegos, los cómics, las series de televisión y las películas, así como referentes sociales más recientes como la Primavera Árabe». Además, estos jóvenes también se inspiran en la Euromaidán, la revolución en Ucrania que en su clímax derrocó al presidente electo Víktor Yanukóvich.

 

Un 23% de los millennials venezolanos no trabaja ni estudia, y un 44% no termina siquiera bachillerato

 

El propio porvenir de los millennials es el que está en juego, y tomar las riendas de su futuro se revela imprescindible. Según la ONG venezolana RedSoc, un 23% de los millennials del país latinoamericano no trabaja ni estudia, y un 44% no termina siquiera bachillerato. Otros tantos han huido de Venezuela, buscando allende un futuro más prometedor. Los que están fuera son conscientes también de la desesperación que vive estos días su país, cuyas noticias copan portadas e informativos en el extranjero.

 

Los adolescentes también alzan su voz en las protestas en Caracas. | Foto: EMILY AVENDAÑO / El Estímulo
Los adolescentes también alzan su voz en las protestas en Caracas. | Foto: EMILY AVENDAÑO / El Estímulo

 

Cabe destacar que gran parte de la masa de multinacionales que operaban antaño en Venezuela, como Microsoft, el grupo Ford, la petrolera Royal Dutch/Shell o Coca-Cola, entre otras, ha abandonado el país, dejando huérfanas las esperanzas de trabajo para miles de jóvenes.

 

Internet como agente del cambio

El acceso a Internet en Venezuela es pésimo. Lo denuncian diversas ONGs, entre ellas las 15 que a mediados del pasado año pusieron énfasis en la “grave crisis” del sector de las tecnologías de información y comunicación en el país latinoamericano, y lo viven a diario los venezolanos para los que conectarse supone un auténtico calvario. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un organismo dependiente de Naciones Unidas, remarcó ya en 2015 que Venezuela estaba entre los últimos países en velocidad de descarga del continente, junto con Bolivia y Perú. La situación no ha hecho más que empeorar, y no parece una casualidad. Los medios de comunicación digitales, así como las redes sociales, se han convertido en el único canal fiable para entender lo que ocurre en el país, donde los medios oficiales no informan de las protestas.

 

La red es la última oportunidad en Venezuela para no perderse en un mar de desinformación

 

Los medios digitales venezolanos los encabezan hoy en día reputados periodistas, como es el caso de La Patilla, El Estímulo, Runrunes y Efecto Cocuyo, entre otros, mientras que los medios oficialistas han caído en el descrédito para la mayoría de la población. El gobierno de Maduro, en su afán de controlar la información, ha cerrado y comprado medios, ha encarcelado y amenazado a periodistas, y ahora -según denuncian los opositores- quiere bloquear el acceso a otras formas de información, aquellas que residen en la red. A pesar de las dificultades de conexión a las que se enfrentan los venezolanos, día tras día acuden a la red para conocer el estado de las manifestaciones, las detenciones, o las víctimas de las protestas. Es su última oportunidad para no perderse en un mar de desinformación.

 

Las redes sociales se han inundado de imágenes de las protestas en Venezuela. | Foto: Marco Bello / Reuters
Las redes sociales se han inundado de imágenes de las protestas en Venezuela. | Foto: Marco Bello / Reuters

 

A través de redes como Twitter, los opositores convocan las marchas, y además difunden las imágenes más crudas de la represión. En algunas ocasiones, los internautas venezolanos tienen que acudir a la imaginación y a la trampa para eludir los métodos represores y censores del gobierno de Maduro. En la oleada de protestas de 2014, los usuarios recurrieron a TunnelBear, una VPN, para evitar el bloqueo del gobierno sobre algunas webs y servicios -como las fotos de Twitter-. Las aplicaciones VPN (red privada virtual) permiten a sus usuarios conectarse a Internet como si estuvieran en otro país, de manera que pueden acceder a contenidos que están bloqueados en su propio país. Finalmente, el gobierno bloqueó también TunnelBear para evitar que los internautas lo utilizaran para librar la censura.

 

 

Los esfuerzos censores del gobierno, o la pésima calidad de la conexión, no son obstáculos insalvables. La generación más joven es consciente de ello y participa incansablemente de la conversación en redes. Incluso se convierte en el reportero de campo, en el periodista inesperado. Es el caso de decenas de jóvenes que convierten sus redes personales en agencias improvisadas de noticias. Por ejemplo, Salvador Benasayag H, un joven periodista de 22 años que desde su cuenta personal de Twitter mantiene una cobertura muy ágil que ha logrado el seguimiento de más de 4.000 personas.

 

 

Las redes también tienen su lado oscuro. En este caso, las noticias falsas y la desinformación corren con facilidad en un clima de caos informativo. Por eso es importante saber a quién seguir y qué leer para no perder el hilo.

 

12.000 jóvenes perdieron la vida en 2016, y el 77% quiere emigrar

 

Ante los obstáculos que presentan esta desinformación y la manipulación -las autoridades siguen afirmando que la violencia la provocan los manifestantes-, los jóvenes no cesan en su empeño de emprender una lucha que se adivina imparable si la represión del gobierno no logra lo que desea, que es acallar las voces a base de balazos y bombas lacrimógenas.

 

Los opositores más jóvenes se enfrentan con constancia a la represión de las marchas. | Foto: Marco Bello / Reuters
Los opositores más jóvenes se enfrentan con constancia a la represión de las marchas. | Foto: Marco Bello / Reuters

 

La disyuntiva de una generación

El drama en Venezuela trasciende la actual oleada de protestas. 21.752 personas fallecieron en 2016, según cifras ofrecidas por la Fiscalía General, de las cuales más de 12.000 eran jóvenes. Por otro lado, según resultados de una encuesta de la firma Datos, el 77% de los jóvenes de entre 18 y 21 años quiere emigrar. Otros muchos se han marchado ya. El hambre, la falta de medicamentos, la delincuencia generalizada o la violencia extrema hacen que el país sea insufrible. Ahora los millennials y post-millennials venezolanos están ante la disyuntiva de ser una generación perdida o seguir luchando hasta encabezar una nueva era. Save

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