¿Qué es en realidad el Captagon, 'la droga de los yihadistas'?
El Captagon es el nombre comercial que ha adoptado la Fenetilina, una combinación de anfetaminas y teofilinas que relaja el músculo alrededor de los pulmones.
El martes, las autoridades francesas anunciaron que a principios de año confiscaron unos 135 kilos de Captagon, conocida como ‘la droga de los yihadistas’, en el aeropuerto de Roissy, cerca de París, un hecho sin precedentes en Francia. El primer cargamento fue interceptado el 4 de enero, cuando incautaron unos 350.000 comprimidos escondidos en moldes industriales procedentes del Líbano.
La segunda confiscación tuvo lugar el 22 de febrero. En esta ocasión fueron retirados 67 kilos de estos comprimidos escondidos de la misma forma. En total, fueron incautadas 750.000 píldoras con un valor estimado de unos 1,7 millones de dólares.
Saisie de 750 000 comprimés de Captagon la drogue des djihadistes ds des moules industriels en provenance du Liban ➡️https://t.co/VjfAG9z0FO pic.twitter.com/4Tnxf5rBa2
— Douane Française (@douane_france) 30 de mayo de 2017
El consumo de esta droga, que elimina el cansancio y el miedo, y genera una sensación de euforia, está cada vez más generalizado, e incluso en los últimos meses se han centuplicado en Google las consultas sobre este subproducto.
El 10 de mayo, los investigadores holandeses descubrieron un laboratorio de drogas en plena producción de Captagon; y en marzo, en Grecia, la policía confiscó más de 600.000 píldoras de esta droga. Llegados a este punto cabe preguntarse, ¿qué es realmente esta anfetamina y por qué es conocida como ‘la droga de los yihadistas’?
El Captagon es el nombre comercial que ha adoptado la Fenetilina, una combinación de anfetaminas y teofilinas que relaja el músculo alrededor de los pulmones y se utilizaba para tratar la narcolepsia y el déficit de atención o hiperactividad. En 1961, una empresa alemana sintetizó por primera vez este estimulante; sin embargo, 20 años después, en la década de los 80, se convirtió en ilegal en la mayoría de países después de ser enumerada por la Organización Mundial de la Salud para la programación internacional en virtud del Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas.
Así, mientras la Fenetilina desaparecía en gran parte del mundo, el Captagon, el nombre que ésta adoptó en el mercado negro, proliferaba en Medio Oriente. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Columbia, muestra cómo los consumidores más prolíficos se encuentran en las naciones del Golfo, como Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos; y Siria, desde el comienzo de la Guerra Civil en 2011, es el principal productor de esta droga. La razón es doble: no sólo es una droga fácil de producir, sino que también proporciona la euforia, la resistencia y la energía necesarias que necesitan los combatientes para seguir luchando. En un documental de la BBC en árabe, emitido en 2015, los combatientes describen una sensación de invencibilidad cuando tomaron el fármaco. Y aunque la ley islámica prohíbe el consumo de alcohol y otras drogas, hay quien no lo consideran un estupefaciente sino un medicamento.
En este punto, en más de una ocasión se ha podido comprobar como los yihadistas del autoproclamado Estado Islámico se muestran proclives al consumo de este psicoestimulante, de ahí que haya pasado a ser conocida como ‘la droga de los yihadistas’. Así lo aseguraba un ex militante del grupo islamista en una entrevista con la CNN en 2014: «nos daban drogas, píldoras alucinógenas que harían que vaya a la batalla sin preocuparse de si vive o muere». Además, a raíz de los terribles atentados en París el 13 de noviembre de 2015, que dejaron 137 muertos, hubo una serie de informes que sugerían que los atacantes podrían haber consumido Captagon. Ahora, en esta última incautación realizada en Francia, se ha podido comprobar que estos comprimidos no tenían como destino la República Checa, como en un principió se pensaba, sino que en realidad su destino era Arabia Saudí pasando por Turquía.