#NeverAgain: el movimiento de los jóvenes de Parkland para acabar con las armas
#NeverAgain: el movimiento de los héroes de Parkland contra las armas
Hay muchas formas de llevar un duelo. Algunos prefieren mantenerse en silencio sin salir de casa pero, definitivamente, este no es el mecanismo que prefieren los estudiantes del instituto Marjory Stoneman Douglas que sobrevivieron al tiroteo del 14 de febrero en el que fueron asesinadas 17 personas.
Por el contrario, tan solo cuatro días después de la matanza, los jóvenes iniciaron el movimiento #NeverAgain (Nuncá más). El objetivo es que se hagan “verificaciones más estrictas de antecedentes para los compradores de armas”. También han organizado una protesta, denominada Marcha por Nuestras Vidas, para este 24 de marzo en Washington en la que exigirán un mayor control de armas en Estados Unidos.
Cameron Kasky pertenece al club de teatro de la escuela. Comenzó a publicar en Facebook algunos mensajes desde el coche después de que él y su hermano fueran recogidos por su padre tras sobrevivir al tiroteo. «Estoy a salvo», publicó dos horas después de la masacre. Durante la tarde de ese oscuro día de San Valentín, la frustración de Kasky fue creciendo.
«No puedo dormir. Pensando en tantas cosas. Estoy tan enfadado que ya no estoy asustado ni nervioso… Estoy enfadado», escribió. «Solo quiero que la gente entienda lo que sucedió y que no hacer nada no conducirá a nada. ¿Quién hubiera pensado que ese concepto era tan difícil de entender?”, se preguntó.
Estas publicaciones dieron lugar a una invitación por parte de la cadena CNN para que el chico escribiese un artículo de opinión que luego dio lugar a entrevistas televisadas, relata The New Yorker. Poco antes había sido entrevistado por el periodista, también de la CNN, Anderson Cooper.
La noche del jueves, tras la vigilia por los fallecidos, Kasky invitó a algunos amigos a su casa para tratar de iniciar un movimiento. «Manténganse alerta. #NeverAgain (Nunca más)”, puso en sus redes.
Kasky confesó que, al comienzo, había criticado al Partido Republicano, pero él y sus amigos habían decidido que el movimiento no debería ser partidista. Consideró que la mayoría de la gente, sin importar las ideologías, estaría de acuerdo en que las masacres escolares deben terminar.
De hecho, en una publicación en Facebook se disculpó y manifestó: “El objetivo de este movimiento es unir al país y a los que nos apoyan en todo el mundo para hacer algo sobre la violencia armada. Todavía apoyo mis declaraciones sobre Rick Scott y Marco Rubio, pero por el momento, no se trata de eso. Esto es sobre dos cosas: sanar el dolor de la pérdida y recordar a aquellos que hemos perdido, promoviendo el control de armas. Los maestros no necesitan armas. Esa no es la forma de combatir este problema”.
El grupo se quedó despierto toda la noche creando cuentas para redes sociales y concretando el mensaje clave que querían transmitir, «porque lo importante aquí no era hablar de sangre derramada», dijo Kasky. Fue entonces cuando surgió la idea concreta de solicitar a los políticos que creen una norma que exija una verificación de antecedentes más exhaustiva para aquellas personas que quieran adquirir armas.
Alfonso Calderón, un español nacido en Alcobendas (Madrid), estuvo con Kasky esa noche creando la organización. «Nikolas Cruz, el tirador de mi escuela, fue denunciado a la policía treinta y nueve veces», contó a The New Yorker.
Antes de la medianoche del 15 de febrero #NeverAgain lanzó su página de Facebook. «Gracias a todos los que han apoyado a nuestra comunidad y, por favor, recuerden mantener en sus mentes el recuerdo de las personas queridas que hemos perdido», escribió entonces Kasky.
Además de Kasky y de Calderón, Jaclyn Corin -presidenta del curso de primero de bachillerato de Marjory Stoneman Douglas- se despertó la mañana después del ataque ante la confirmación de que su amigo desaparecido, Joaquín Oliver, un joven venezolano de 17 años, estaba entre los muertos.
La hermanastra de Oliver, Andre Ghersi, había compartido horas antes una foto del chico y pedía pistas sobre su paradero. “No hemos oído nada de él. Por favor compartan esta foto y contacténme si tienen cualquier información”. Sin embargo, en la madrugada del jueves la madre de Joaquín confirmó a Univision Noticias que Oliver había fallecido. Llevaba viviendo en Estados Unidos 15 años.
Por esto, Jaclyn Corin comenzó a publicar -al igual que Kasky- su frustración en redes sociales. «Póngase en contacto con sus representantes locales y estatales, ya que debemos tener leyes sobre armas más estrictas de inmediato», escribió en Instagram.
La joven es hoy una de las líderes que organizó el viaje de más de un centenar de estudiantes a Tallahassee, para pedir al gobernador de Florida y a los legisladores que pongan freno a las armas.
Llegaron este miércoles, tras más de siete horas de trayecto. Amanecieron con una apretada agenda de 70 reuniones planificadas a contrarreloj, según Univisión. Corin ha confesado a varios medios que antes de esta situación no había sido políticamente activa. «Es tan personal ahora. Me sentiría horrible si no hiciera nada al respecto», señaló. Corin y Kasky han unido fuerzas bajo el mismo movimiento Never Again.
Lo mismo ha hecho Emma González, una chica de padres cubanos, que se ha convertido en uno de los rostros más visibles de esta valiente generación. Salvó su vida al esconderse en un armario del centro y dio un conmovedor discurso en un un mitin en Ft. Lauderdale en contra de las armas que se volvió viral.
«Ciertamente no entendemos por qué es más complicado hacer planes con amigos los fines de semana que comprar un arma automática o semiautomática en Florida», dijo entonces Emma. También afirmó: “Seremos los niños sobre los que se leerá en los libros de historia. No porque vayamos a ser otra estadística sobre tiroteos masivos en colegios de Estados Unidos, sino porque, tal como dijo David (Hogg), vamos a ser el último”. David Hogg, que lleva adelante el periódico escolar del instituto de Parkland, fue otro de los primeros en presentarse en la televisión para exigir a los legisladores estatales y federales leyes más duras sobre las armas de fuego.
Volviendo a Alfonso Calderón, impulsor de #NeverAgain, le contó a un periodista de The New Yorker que una vez se encontró, junto a un amigo, con Nikolas Cruz en un Walmart. Esto fue después de que Cruz fuese expulsado del instituto donde atentó. Los dos amigos se pararon y escucharon mientras este alardeaba de una escopeta que acababa de comprar. Ese momento pesa sobre Calderón. Insiste en que debió haberlo contado a alguien más pero sus compañeros aseguran que ninguno fue escuchado por las autoridades. El primer paso del movimiento Never Again fue creer en una idea que el resto de Estados Unidos pudiese considerar imposible: que el de Marjory Stoneman Douglas High realmente podría ser el último tiroteo escolar en Estados Unidos. El impulso de hacer del dolor acción podría convertir a esta idea en una realidad.
Entre otros “héroes” se encuentra Anthony Borges. No ha podido unirse al movimiento porque se encuentra convaleciente. El jóven de 15 años y de origen venezolano que junto a una profesora que murió en el acto, logró cerrar la puerta de su aula para evitar que Nicolás Cruz, de 19 años, atentara contra sus 20 compañeros. Recibió cinco balazos y ahora se recupera en un hospital de Broward.
Sus padres tuvieron que apelar a la ayuda económica para pagar los gastos clínicos. La página GoFundMe inició una campaña que en cinco días superó el objetivo de 500.000 dólares.
Uno de sus amigos, Carlos Rodríguez, contó a ABC News que la acción rápida de Borges salvó su vida. «Ninguno de nosotros sabía qué hacer. Él tomó la iniciativa para salvar a sus otros compañeros», dijo Rodríguez.
Su padre, Royer Borges, señaló en una entrevista en el programa ‘Un nuevo día’ de Telemundo, que una de las balas le afectó un pulmón y el hígado, aunque aseguró que ya Anthony está fuera de peligro. «Es mi héroe. Solo pido a la gente que recen por él», dijo.