Tecnología 3D para reconstruir los cuerpos mutilados por la guerra
Leemar es una joven siria de 8 años. Hace casi dos años, ella y su familia estaban en su casa en Dara’a, en el sudoeste del país, cuando la ciudad fue bombardeada. Resultó gravemente herida en ambas piernas y fue tratada inicialmente en Siria. Seis meses después del bombardeo, su familia huyó de la guerra. A su llegada al campamento de refugiados de Azraq en el norte de Jordania, la red médica desarrollada por Médicos Sin Fronteras (MSF) permitió que fuera derivada al Hospital Al-Mowasah de cirugía reconstructiva de la ONG en Amán, el primer centro médico de Oriente Próximo que imprime prótesis en 3D para víctimas de la guerra.
Leemar es una joven siria de 8 años. Hace casi dos años, ella y su familia estaban en su casa en Dara’a, en el sudoeste del país, cuando la ciudad fue bombardeada. Resultó gravemente herida en ambas piernas y fue tratada inicialmente en Siria. Seis meses después del bombardeo, su familia huyó de la guerra. A su llegada al campamento de refugiados de Azraq en el norte de Jordania, la red médica desarrollada por Médicos Sin Fronteras (MSF) permitió que fuera derivada al Hospital Al-Mowasah de cirugía reconstructiva de la ONG en Amán, el primer centro médico de Oriente Próximo que imprime prótesis en 3D para víctimas de la guerra.
Desde principios de 2017, MSF utiliza la tecnología de impresión en 3D para diseñar y producir prótesis para amputados de miembros superiores como una alternativa a las prótesis convencionales, así como acceder a la viabilidad de otras Dispositivos prostéticos y de rehabilitación impresos en 3D.
Las prótesis “son menos costosas y más ligeras” que las tradicionales, cuyo precio puede alcanzar miles de dólares. Tienen un coste de entre 20 y 50 dólares y están concebidas de forma individual “según las necesidades del paciente”, explica Pierre Moreau, coordinador del proyecto Prótesis 3D en Amán.
El procedimiento comienza con un balance clínico seguido de un escáner para hacer una imagen 3D del muñón. Un programa informático de modelado concibe después el encaje y la prótesis, antes de imprimirlo en 3D mediante la superposición de capas de plástico u otro material, explica en su página web la Fundación MSF, que asegura que “la reconstrucción física y psicológica de los pacientes es un proceso a largo plazo”.
Los pacientes están alojados en el hospital o en la ciudad de Amán, y MSF les brinda asistencia social. Un familiar puede acompañarlos durante el tratamiento y la rehabilitación. Un proceso que puede llevar meses o incluso años y que los mantiene durante todo o parte de este tiempo fuera de casa y de sus seres queridos.
El siguiente reto para la Fundación MSF es atender a los pacientes con quemaduras en la cara que necesitan una máscara de compresión para limitar la formación de cicatrices. En las poblaciones desplazadas, los refugiados, con condiciones de vida precarias, son frecuentes los accidentes domésticos relacionados con la cocina o la calefacción, debido a las instalaciones antiguas e inseguras.