Puerto Rico: cuando un chat de Telegram amenaza con derrocar todo un Gobierno
Un polémico chat en Telegram ha llenado de protestas las calles de San Juan de Puerto Rico y mantiene en jaque al gobernador de la isla, Ricardo Rosselló
Ricky Martin, Bad Bunny o Residente de Calle 13. Podría ser el line-up de un festival de música latina de primer orden, pero son solo algunos de los artistas que han apoyado una de las manifestaciones más recientes y numerosas de Latinoamérica. Está teniendo lugar en Puerto Rico, la antigua colonia española que fue anexada a Estados Unidos después de la guerra hispano-estadounidense de 1898 y que tiene su propio gobierno y Constitución desde 1952, cuando adoptó el estatus de «estado libre asociado» de Estados Unidos. La isla caribeña está viviendo unas efervescentes protestas que tienen en su raíz un escándalo sin precedentes y que ya ha sido apodado como chatgate.
Pero ¿qué ha pasado exactamente en Puerto Rico? El pasado 13 de julio se filtró un polémico chat entre el gobernador de Puerto Rico, Ricardo ‘Ricky’ Rosselló,
y otros 11 hombres de su Ejecutivo y de su entorno más cercano. En la conversación, mantenida a través de la aplicación móvil Telegram, se compartieron memes, bromas e incluso insultos de carácter sexual, homófobo y machista. El chat incluía bromas sobre los damnificados por el huracán María. Esto, junto con los casos de corrupción de los que la fiscalía acusa a exfuncionarios del Gobierno de Rosselló, ha desatado una oleada de protestas en la isla que pide la renuncia de Rosselló y que amenaza con derrocar a su Gobierno.
Los mensajes de la polémica
Los brothers de Rosselló –así llama el gobernador a los miembros del polémico chat– son exaltos cargos del Gobierno de Puerto Rico, como Ramón Rosario, exsecretario de Asuntos Públicos del Ejecutivo boricua. En el famoso chat de Telegram trataban temas del Gobierno pero también chismorreos y bromas burdas. Todo recogido en 889 páginas divulgadas por el medio puertorriqueño El Nuevo Día.
En las páginas del chat, cuyos mensajes comienzan en diciembre de 2018 y llegan hasta finales de enero de 2019, Rosselló y sus colaboradores cercanos utilizan un lenguaje soez y denigrante, especialmente cuando se trata de mujeres. En un alarde de clara misoginia, con frecuencia emplean expresiones como «puta» o «hija de puta» para referirse a adversarias políticas. A veces, también usan la expresión «gatita» con el mismo sentido.
El publicista Carlos Bermúdez envió una fotografía de una activista de un colectivo feminista que vestía una camiseta que rezaba: «antipatriarcal, feminista, lesbiana, trans, caribeña, latinoamericana». El gobernador Rosselló, entonces, comentó con sorna: «Eso tiene que ser algún tipo de récord, ¿no?».
La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, era blanco habitual de las bromas de los miembros del chat. El propio gobernador boricua se refiere a ella diciendo: «¿La comandanta dejó de tomar sus medicamentos? Es eso o es tremenda hija de puta».
La misoginia no es la única característica de los insultos del chat. Rosselló y sus brothers se refieren también con un lenguaje homófobo a algunos de sus contrincantes políticos. Es el caso del senador Eduardo Bathia, del opositor Partido Popular Democrático (PPD), sobre quien el propio Rosselló comenta que es un «mamabicho –algo así como comepollas en España– de niveles históricos».
No solo políticos o periodistas, los mensajes también iban dirigidos a personajes de la cultura, como es el caso de Ricky Martin. De él dicen que “es tan machista que se folla hombres porque las mujeres no dan la talla. Puro patriarcado».
El chat, de carácter privado –así lo ha defendido el propio Rosselló– y completamente coloquial, muestra un lado de los políticos que estaba reservado a quienes tenían acceso a sus esferas más íntimas. La revelación de su contenido no ha sido, sin embargo, más que la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los puertorriqueños.
Un escándalo de corrupción
La filtración de la conversación entre Rosselló y sus brothers tuvo lugar unos días después de la detención de varios funcionarios de su Gobierno acusados de corrupción. El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump[contexto id=»381723″], acusó en un tuit a los líderes políticos de Puerto Rico afirmando que muchos de ellos son «corruptos».
Para comprender la trama de corrupción en la cual estaría inmerso el Gobierno de Ricky Rosselló hay que remontarse a septiembre de 2017, cuando el huracán María azotó duramente la isla, causando la muerte de 3.000 personas. Tras la tormenta, las familias pasaron un promedio de 84 días sin electricidad, 64 sin agua y 41 sin cobertura móvil. María provocó alrededor de 90.000 millones de dólares en daños, clasificándose como el tercer huracán más costoso en Estados Unidos desde 1900.
Para la reconstrucción de la isla después del paso del huracán María, según denuncia la investigación de la trama, muchos de los contratos fueron otorgados bajo presión o a dedo, incumpliendo los procesos regulares, malversando más de 15 millones de dólares de fondos federales y enriqueciéndose gracias a una catástrofe.
Protestas enardecidas: «¡Puerto Rico se respeta!»
El caso de corrupción, añadido a la filtración del chat, ha indignado a la sociedad puertorriqueña dentro de la isla, pero también en ciudades como Los Ángeles, Nueva York o Miami, que cuentan con un importante grueso de población puertorriqueña.
Cientos de miles de personas han marchado en los últimos días para exigir la renuncia del gobernador de Puerto Rico. El expreso Las Américas –la principal avenida de San Juan– ha sido sede y emblema de las protestas, donde las pancartas exigiendo respeto para el pueblo de Puerto Rico y la dimisión de Rosselló se han multiplicado.
En las últimas horas, las autoridades han requisado los móviles de los implicados en el chat y los rumores sobre la inminente dimisión de Rosselló están sobre la mesa.