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“Se han ido todos a Mingorrubio porque no tienen dos dedos frente”: la solitaria despedida a Franco en el Valle de los Caídos

El día de la exhumación de Franco apenas una treintena de personas se ha acercado al Valle de los Caídos a despedir al dictador antes del traslado de su féretro al cementerio de Mingorrubio

“Se han ido todos a Mingorrubio porque no tienen dos dedos frente”: la solitaria despedida a Franco en el Valle de los Caídos

Reuters

Lleva la boina verde de operaciones especiales y anda bien estirado pese a los años. Lorenzo Fernández, antiguo coronel de Infantería, condujo anoche casi seis horas desde A Coruña para llegar a velar a Franco en el Valle de los Caídos. Ha dormido en el coche junto a Adolfo Coloma. Son viejos soldados, han estado en la Legión y en el Sáhara. No se quejan del frío aunque las temperaturas en la sierra del Guadarrama a las siete de la mañana no suben de los seis grados. Le bromean a un Guardia Civil para ver si les deja pasar a por un cafecito a la zona acreditada para periodistas. Juraron “no abandonar a su caudillo ni vivo ni muerto”. Pero no aguantan mucho en la concentración de este jueves.

Como ellos han pasado esta mañana por el Valle una treintena de personas, cuatro pancartas bastante desangeladas y algunas banderas, constitucionales y franquistas. En el momento de máxima concentración, los españoles que se han acercado a la puerta del Valle de los Caídos no hubieran podido ni jugar un partido de fútbol 11. Al preguntarle dónde está la gente, Sandra, que aguanta con una rama el cartelón de “Franco vive”,  lo resume así: “Se han ido todos a Mingorrubio porque no tienen dos dedos frente”.

Foto: Paul White | AP

Mientras en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio el mismo Tejero del 23-F ha ido a saludar y dar las gracias a los defensores de Franco, a las afueras del Valle apenas se ha formado un corro de cháchara con cinco o seis personas de unánime dirección ideológica. Una tertulia sin debate para tratar de justificar su presencia aquí y no El Pardo, donde se han concentrado alrededor de 300 personas para ensalzar al dictador antes de su reinhumación.

A los pies del monumento que Franco erigió para “desafiar al tiempo y al olvido”, sus acólitos lo recuerdan con lo típico como el mayor jefe de Estado de España, véase: que todos los pantanos que tenemos los construyó él, que hay que ver con la seguridad de ahora que no hay manera, que no sabes si al salir a la calle te van a “dar de hostias”, que lo que hizo el PSOE con los GAL sí que fue fuerte y ahí no pasó nada. Nadie ha dicho que con Franco esto de la exhumación no pasaba.

Todo para acabar llegando a la misma conclusión: ahora no hay separación de poderes y este Gobierno de Sánchez es un Estado dictatorial.

Ellos sí que son dictadores, así los voy a llamar a partir de ahora”, se queja alterada Sandra, que tiene 39 años y la bandera franquista agarrada fuerte con la mano. Ha venido a las puertas del Valle con su madre, Pilar Gutiérrez, que es la líder de Movimiento por España. Palo y astilla.

—Sandra que dice tu madre que grites con el megáfono viva España cuando salga la familia.

—Hombre, para eso estoy.

Sandra posa con la bandera franquista y el cartel de “Franco vive”. | Foto: Bea Guillén | The Objective

En las charlas de espera no solo le caen palos a Sánchez, también al PP al que consideran «cómplice» de este «atentado contra la libertad» y a la Benemérita por permitir que saquen a Franco. Un insensato grita contra las vallas que «viva la Guardia Civil» a los agentes que llevan toda la mañana controlando el dispositivo policial. Y hacia allá que va corriendo Pilar a espetarle que no es el día para decir eso, que son una «banda armada». «Pero están cumpliendo con su función», balbucea el hombre. «Pero ilegal», taja la líder del Movimiento por España. Punto en boca.

Tan pronto los congregados se confiesan llorando como magdalenas por el caudillo como se dan palmadas en el pecho por la muerte del prestigioso historiador Santos Juliá. «Mira este ya murió ayer, van a ir cayendo todos…». «Y mejor que sea uno cada día».

El tono sube en cuanto salen los coches de la comitiva familiar escoltados por la policía. Del «viva Franco y arriba España» se pasa rápido a la verborrea gritona («profanadores, cobardes, asaltatumbas, bellacos») y las advertencias («malvados ya lo pagareis, gentuza, lo pagareis todo»). Después, el silencio. Todos mirando los móviles para ver si pillan en el directo el momento en el que el helicóptero despega, porque del Super Puma desde aquí ni rastro.

«Yo soy un hijo de la democracia, vengo a defender la libertad»

Cuando no queda nada más por ver porque familia, autoridades y dictador están fuera del Valle, nos acercamos a Álvaro Marín. Se ríe cuando le decimos que parece el más joven de todos: “Pues me casó al año que viene”, dice educadísimo. Tiene 24 años y ha venido por su cuenta a la entrada para protestar contra la sentencia del Tribunal Supremo porque no está de acuerdo con que le «dicten a una familia donde enterrar a sus muertos». También porque «impide la libertad de culto»: él suele venir mucho a rezar al Valle y ahora, al estar cerrado, lleva dos semanas sin poder ir a misa.

Así que ayer les escribió a sus amigos por WhatsApp para avisarles de que él iba a ir  «a defender la libertad, porque mañana ya sería tarde». Un par de ellos también se han apuntado. Viene con la bandera española constitucional y lo recalca: “Yo soy un hijo de la democracia y tengo familiares fusilados en ambos bandos”. Cree que sacar a Franco es un movimiento electoralista del PSOE que va a provocar desgarros.

Álvaro Marín y Estefanía Aguirre rezan un rosario. | Foto: OSCAR DEL POZO | AFP

Este joven madrileño ha conocido a Estefanía Aguirre esta misma mañana. Ambos le tienen aprecio al «pobre padre Santiago» y se acuerdan mucho de él porque «lo está pasando muy mal al sentirse perseguido». El prior Santiago Cantera trató de impedir la exhumación de Franco con el argumento de que «el templo es inviolable».

Han rezado por él nada más llegar a las puertas del Valle. Han sacado sus rosarios y otra mujer les ha puesto al lado la estampa de la Virgen. También han pedido por la unidad de España y por los periodistas para que narren la verdad. «Parecemos bichos raros, pero reza muchísima gente»Han dejado la mejor foto de la jornada.

A Álvaro le encantaría ir a la misa en Mingorrubio, pero tiene mañana un examen superimportante y ya ha tenido que pedir libre en las prácticas para poder estar este jueves por la mañana aquí. Aún así insiste: «A la misa hay que ir, pero donde merece la pena venir es aquí».

Porque este jueves de octubre Francisco Franco ha salido, después de 44 años, del Valle de los Caídos.

Foto: Sergio Perez | Reuters
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