De jóvenes promesas a viejos conocidos: estos son los principales candidatos demócratas para 2020
¿Quién podrá con Donald Trump? Las elecciones presidenciales de Estados Unidos que tendrán lugar este año serán decisivas para el futuro
¿Quién podrá con Donald Trump[contexto id=»381723″]? Las elecciones presidenciales de Estados Unidos que tendrán lugar en 2020 serán decisivas para el futuro de la primera potencia mundial y los demócratas ya se están preparando.
Tras la derrota de Hillary Clinton en 2016, el liderazgo del partido está en entredicho y no está claro cuál será el rumbo que lleve al candidato demócrata a intentar batir al presidente Trump. La primera tanda de resultados de los caucus en Iowa, que dieron inicio el lunes a la carrera para elegir el rival de Donald Trump en las elecciones de noviembre, ha dado un gran impulso a Buttigieg, que ha mostrado una sorprendente ventaja el martes en los resultados parciales de las asambleas ciudadanas de Iowa, que lo ubican levemente por delante de Bernie Sanders y muy por encima del favorito a escala nacional, Joe Biden, que queda en un cuarto puesto.
A pesar de que todos los candidatos basculan sobre ideas y principios muy parecidos –promover la atención médica universal, frenar el cambio climático, reducir la desigualdad y mejorar las condiciones de vida para la clase media estadounidense–, la variedad de sus orígenes, edades y currículos hacen de esta una carrera apasionante.
A continuación, estos son los principales candidatos a liderar el Partido Demócrata estadounidense:
Andrew Yang
El empresario y emprendedor Andrew Yang, fundador de la plataforma Venture for America, fue el segundo en anunciar su candidatura. Yang tiene 44 años y lleva menos de un año en política, desde que se presentó oficialmente. No ha ejercido ningún cargo público. Hijo de inmigrantes taiwaneses, Yang se vende a sí mismo como lo contrario de Trump, un hombre asiático sin ego y al que le gustan las matemáticas. Está casado y tiene dos hijos. Su propuesta estrella es lo que él denomina «dividendo de la libertad», una forma de renta básica universal de 1.000 dólares mensuales para todos los estadounidenses mayores de 18 años. Sus políticas pilotan sobre la idea de proteger a los trabajadores frente a la automatización o robotización del trabajo. Su campaña la financian sobre todo contribuyentes particulares, algunos de ellos lo hacen en bitcoins. Es el candidato favorito de Silicon Valley.
Elizabeth Warren
Elizabeth Warren es uno de los valores estrella del Partido Demócrata. A pesar de su edad –tiene 69 años– es relativamente nueva en el oficio: lleva 10 años en política. Elizabeth es la pequeña de cuatro hermanos, la de los Warren era una familia humilde de Oklahoma City. Dicen que fue una estudiante brillante y a los 16 años perteneció al equipo de debate de su instituto, destacando entre sus compañeros. Más tarde se convirtió en la primera persona de su familia con un título universitario, licenciándose en Ciencias y más tarde en Derecho. Ha pasado la mayor parte de su vida enseñando en universidades como la de Houston, la de Texas en Austin o la de Harvard. En 2010 entró en política después de haber diseñado para el Gobierno de Obama un plan para limitar los abusos de los bancos sobre los ciudadanos o las estafas como la de las hipotecas basura, especialmente sangrantes tras la crisis de 2008. Desde 2013 es senadora por Massachussets, y desde 2017 es vicepresidenta del caucus demócrata del Senado. Cuando anunció su candidatura para las primarias de 2020, Warren se convirtió en una de las favoritas de la carrera. Su propuesta estrella es la creación de un «impuesto a los ricos» del 2% sobre el patrimonio neto de más de 50 millones de dólares.
Amy Klobuchar
Amy Klobuchar tiene 58 años, de los que lleva 12 en política. Hija de una familia de clase media de Plymouth, Minnesota, se licenció en Derecho en la Universidad de Chicago. Antes de eso, pasó por la Universidad de Yale, donde se graduó en Ciencias Políticas y fue miembro del Caucus Feminista. Ha sido fiscal del Condado de Hennepin y senadora de Estados Unidos por Minesota, cargo que ocupa desde 2007. En otros momentos de su carrera, Klobuchar ha aceptado dinero de la industria alimentaria y de grandes bufetes de abogados, aunque asegura que para su carrera presidencial no aceptará estas donaciones. Una de sus medidas estrella es la de facilitar a pequeñas y medianas empresas las exportaciones.
Bernie Sanders
El veterano socialista –así se denomina él mismo– vuelve al ruedo. El que fuera candidato en las primarias del Partido Demócrata para las presidenciales de 2016 sigue en plena forma y aglutina a una masa de seguidores muy fiel. Nacido en el neoyorquino barrio de Brooklyn en 1941, tiene un currículum extenso: fue alcalde de Burlington, miembro de la Cámara de Representantes y senador por Vermont, entre muchas otras cosas. De sus 77 años, 38 los ha pasado en política. Su intención de llevar a cabo “un cambio desde abajo” le llevó a desafiar a Hillary Clinton, aunque no pudo con ella. Sus ideas extremadamente progresistas han hecho de él una rara avis en la política estadounidense. Entre sus principales ideas están la sanidad universal, la lucha contra el cambio climático, la protección de los derechos LGTBI y de las minorías raciales e incluso cuestiones algo más radicales para el panorama político estadounidense, como la gratuidad de las matriculas de las universidades públicas. Sus principales fuentes de financiación incluyen el grupo de defensa liberal MoveOn.org, empleados de la Universidad de California, dos sindicatos de empleados postales y Communication Workers of America.
Michael Bloomberg
Michael Bloomberg fue alcalde de Nueva York durante los años 2002 a 2013. Comenzó su carrera en el banco de inversión Salomon Brothers, antes de formar su propia compañía en 1981, Bloomberg LP, una compañía global de servicios financieros, software y medios de comunicación que lleva su nombre, y es conocida por su Terminal Bloomberg. En noviembre de 2019, se convirtió en la novena persona más rica de Estados Unidos y la decimocuarta persona más rica del mundo; con un patrimonio neto de 58.000 millones de dólares, por lo que ha afirmado que tiene más que suficientes fondos para hacerse cargo de su campaña él solo. Motivado por la necesidad de Estados Unidos de tener un proyecto coherente para luchar contra el cambio climático, no le ha sido difícil presentarse como un opuesto del presidente amigo de los combustibles fósiles. Bloomberg, que no participa en las primarias de Iowa y New Hampshire, se presenta como un candidato moderado poseedor de una «condición única» por su «experiencia en los negocios, gobierno y filantropía», que le permitirán «ganar y liderar». Fun fact: fue amigo de Donald Trump mucho antes de que fuera uno de sus rivales más directos.
Joe Biden
«Sleepy Joe» (Joe el dormilón), como le llama despectivamente Trump. Fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) y senador por Delaware antes de llegar a la Casa Blanca, ha hecho gala de su imagen de moderado para reforzar la idea de que es el único progresista capaz de recuperar el electorado perdido en los comicios de 2016. Votó a favor de la resolución que autorizó la Guerra de Irak en 2002, pero se opuso al aumento de las tropas estadounidenses en 2007. Biden ha sido foco de ataques de Trump, que en julio supuestamente pidió a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, que lo investigara junto a su hijo Hunter por presunta corrupción en Ucrania; un hecho por el que el presidente enfrenta actualmente a un juicio político en el Senado. Ya se ha presentado dos veces como candidato a presidente, en 1988 y en 2008, y ninguna de esas candidaturas acabó bien. Su financiación viene de firmas de abogados, la industria de seguros y de donaciones.
Pete Buttigieg
Alcalde de South Bend (Indiana), exmilitar, joven -es el benjamín de los candidatos con sus 38 años, de los que ha pasado 17 en política- y posible primer presidente gay. Así se muestra este devoto cristiano que forma parte del ala moderada del partido. Buttigieg esgrime su falta de experiencia en la política de Washington como un soplo de aire fresco y no como una debilidad. En 2018 se casó con Chasten Glezman en la catedral de San Jaime de South Bend, Indiana –su ciudad natal–, un templo que pertenece a la Iglesia episcopal estadounidense, una de las pocas iglesias cristianas que bendice las uniones entre personas del mismo sexo. Buttigieg ha sido claro y meridiano en cuestiones de inmigración. El aspirante a presidente defiende la necesidad de proteger a los soñadores, o dreamers, que buscan un futuro en Estados Unidos. Empresas locales y sus presidentes respaldaron su campaña para la alcaldía en South Bend. Lleva desde 2017 aceptando donaciones para financiar su carrera hacia la presidencia de Estados Unidos en 2020.