¿Existe la libertad de expresión en España?
A raíz de la condena de Pablo Hasél en muchos de los hogares, medios de comunicación y redes sociales ha habido un gran debate sobre los límites de la libertad de expresión en nuestro país y si es o no necesario modificar las leyes
La Real Academia Española define la libertad de expresión como: «El derecho a manifestar y difundir libremente ideas, opiniones o informaciones». En las últimas semanas, a raíz de la condena de Pablo Hasél, en muchos de los hogares, medios de comunicación y redes sociales ha habido un gran debate sobre los límites de la libertad de expresión en nuestro país y si es o no necesario modificar las leyes.
El pasado 8 de febrero, la Secretaría de Estado de la Comunicación lanzaba un escueto mensaje en el que anunciaba que el Ministerio de Justicia va a revisar los delitos relacionados con la libertad de expresión para que solo sean castigadas las conductas que supongan un riesgo para el orden público o la provocación de conductas violentas con penas que no conlleven cárcel. ¿Existe la libertad de expresión en España?
«El problema es que en las últimas reformas que se han hecho del Código Penal se ha legislado de manera un poco inexacta, es decir, aplicando muchos conceptos jurídicos que no están bien definidos», afirma María Isabel Serrano Maíllo, profesora de Derecho y Directora de la Sección Departamental de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.
La libertad de expresión forma parte del artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (publicada en 1948). Este derecho conlleva a deberes y responsabilidades, y está sujeto a ciertas restricciones a fin de respetar tanto los derechos o la reputación de otros, como el orden, la salud y la moral pública.
María Isabel explica que hay dos cosas muy diferentes, una es cuando se supera el límite de la libertad de expresión y otra es que al pasar ese límite de la libertad de expresión sea considerado delito. «Yo puedo estar ofendiendo a alguien pero que mi ofensa no sea suficiente como para constituir un delito, por ejemplo, si yo te digo que eres un imbécil estoy vulnerado su honor desde el punto de vista del ámbito civil pero no llega a ser delito, es una infracción, una vulneración, para que sea delito tiene que estar recogido en el Código Penal», afirma la profesora de Derecho y Directora de la Sección Departamental de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.
«Los jueces tienen que condenar todo lo que este recogido en el Código Penal. Otra cosa es que el juez pueda modular la pena, y es que como están ahora redactadas las leyes se coge todo con horquillas, pueden poner la pena inferior o la pena superior. Los jueces en realidad su función no es hacer justicia, sino aplicar la ley, si los jueces pudieran aplicar sentencias ignorando la ley que existe estaríamos vendidos», dice María Isabel.
«Las constituciones y todas las leyes que existen responden a la situación de una sociedad concreta. ¿Cómo es la sociedad española? Es una sociedad en la que ha habido muchísimo problema de terrorismo, y eso ha hecho que se condene muy gravemente todas aquellas conductas relacionadas con el terrorismo», cuenta María Isabel.
Terrorismo de palabra
Los atentados del 11 de marzo de 2004, la banda terrorista ETA o el atentado de Barcelona de 2017 son algunos de los ejemplos de terrorismo que a los que se ha tenido que enfrentar España. «Hemos tenido muchos problemas de terrorismo, hay muchos delitos que se refieren al terrorismo y no solo al físico de matar a gente, sino todas aquellas conductas que se entendieron en su momento que podrían favorecer los movimientos terroristas», cuenta la profesora de Derecho y Directora de la Sección Departamental de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.
«En la última reforma se introdujo lo que yo llamo el terrorismo de palabra, y es que ya no se considera solo terrorismo poner una bomba o matar, también se incluye la expresión de cierto tipo de ideas o manifestaciones. Uno de ellos es la apología del terrorismo, que ha existido toda la vida y se encuentra en todos los países democráticos del mundo. La apología significa que por medio de la palabra consigues que otras personas cometan un delito», dice María Isabel.
Pero la apología no es el único delito de palabra. El enaltecimiento, la justificación y la humillación a las víctimas son otros ejemplos que aunque son bastante parecidos pero tienen sus matices.
Otros delitos de palabra
«El de humillación a las víctimas consiste en hacer bromas, chistes, insultar o hacer mofa de una persona que ha sufrido un delito violento. La justificación del terrorismo significa que si justificas los actos terroristas directamente te condenarían por un delito de terrorismo. Y el enaltecimiento es aplaudir los actos terroristas. Estos tres delitos son los que afectan de manera excesiva a la libertad de expresión en nuestro país», cuenta María Isabel.
«La humillación a las víctimas debería considerarse injuria en todo caso. Otro que me parece excesivo es el de justificación del terrorismo, aunque sea una opinión despreciable, porque no vas a a poder opinar lo que quieras. La libertad de expresión no solo protege las libertades generales o las que acepta todo el mundo, también las opiniones que a los demás nos parecen despreciables», dice la profesora de Derecho y Directora de la Sección Departamental de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.
«Y del enaltecimiento que es más complicado si puede provocar violencia. Hay dos posturas: la americana en la que todo debe ser libertad de expresión excepto aquello que provoque violencia real y la española que condena las palabras. En mi opinión, solo sería condenable aquel enaltecimiento del terrorismo que cumpla una serie de condiciones: que el que esta hablando tenga la intención de generar violencia, tenga una posibilidad real de hacerlo, los que te escuchen te sigan y que realmente se produzca el acto», afirma María Isabel.
¿Qué se podría hacer para cambiar esta situación? Para poder adquirir una libertad de expresión real, lo que hay que hacer es reformar el Código Penal y cambiar la ley, hasta que eso no se haga no se va a conseguir.