Son las seis y media de la mañana, amanece en San Gregorio, Zaragoza. Quien conoce este campo de maniobras ya sabe lo que hay: mucho frío en invierno y mucho calor en verano, sin termino medio, pero sobre todo, mucho polvo. Es el segundo campo de maniobras en extensión terrestre más grande de Europa. Los carros de combate Leopardo de la Brigada Guadarrama XII avanzan lentamente. El ruido de las cadenas es inconfundible. Suben la loma de la montaña, hacen fuego, y rápidamente descienden para ocultarse del enemigo. Mientras, por el flanco izquierdo, avanzan los vehículos de combate de infantería Pizarro que transportan a los soldados que se desplegarán en la zona.
Hemos acompañado a la Brigada Guadarrama XII del Ejército de Tierra, élite acorazada española, en su ejercicio más importante del año, el Hit & Run, en su preparación como parte de la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad (VJTF) de la OTAN.
«Aprisa, Duro, Lejos» es el lema de la Brigada de Infantería Acorazada Guadarrama XII, que actualmente es la única Gran Unidad Acorazada del Ejército de Tierra de España, al contar entre sus filas con dos Compañías de Carros de Combate del Batallón de Infantería de Carros de Combate León III/61.
Unica en su especie en nuestro Ejército, la Guadarrama XII es una unidad potente y de maniobra, capaz de realizar acciones rápidas, violentas, profundas y resolutivas, y que cuenta con una dilatada experiencia de despliegues en el exterior. La Brigada se ubica principalmente en la base El Goloso al norte de Madrid aunque el Grupo de Caballería se encuentra en la base El Empecinado, en Valladolid.
El ejercicio se desarrolla en el campo de maniobras de San Gregorio, mayor campo militar de España y el segundo en extensión terrestre más grande de Europa, ya que aquí los carros de combate Leopardo y los obuses pueden hacer fuego libremente por su alcance.
Dentro de un carro Leopardo no hay mucho espacio ni muchas comodidades. Apenas caben cuatro militares que pueden pasar horas y horas dentro del blindado, saliendo únicamente en caso estrictamente necesario para repostar, hacer mantenimiento de la cadena o municionar. Si fuera estrictamente necesario, comer, orinar e incluso descansar, se puede hacer dentro del blindado. No hay asientos cómodos, no hay aire acondicionado y apenas contacto con el mundo exterior, salvo la radio y lo que puedas ver a través de los visores. Pero lo que si que hay es mucha camaradería.
El Teniente Coronel Perete, del Batallón León y experimentado carrista lo tiene claro: «El factor más importante para ser un buen carrista es el factor equipo, la cohesión de todos los tripulantes del carro, ya que la convivencia es muy estrecha».
Carro de combate Leopardo, la bestia acorazada
El carro Leopardo 2E es la joya de la corona de la Brigada, la bestia de más de 60 toneladas y cuyo coste unitario es de aproximadamente 11 millones de euros. Es una versión modificada del Leopard 2 alemán adaptado a las necesidades de las Fuerzas Armadas de España. Entre otros cambios, cuenta con un mayor blindaje en determinadas zonas del vehículo acorazado.
Un carro con patente alemana, pero fabricado con grandes mejoras en Sevilla por General Dynamics, que pesa más de 60 toneladas de peso y tiene un depósito de 1.150 litros de combustible que le permiten recorrer entre 300 y 500 kilómetros de distancia, aunque todo depende de la orografía del terreno y otros factores como el clima.
Con una potencia de disparo de hasta 42 disparos (15 proyectiles listos para su uso y 27 en reserva) es capaz de alcanzar objetivos a 3,5 / 4 kilómetros de distancia (tiene un alcance máximo de cinco kilómetros). Su capacidad destructiva dependerá de proyectil que se utilice: flecha, carga hueca singular y alto explosivo.
Cuatro militares conforman la tripulación del carro: el jefe de carro, el conductor, el cargador y el tirador.
Para el Teniente Coronel Perete, del Batallón León, el puesto más importante es el del cargador, ya que tiene la misión de gestionar la munición, cargarla en el cañón, gestionar y alimentar la munición de la ametralladora coaxial y además, desempeña la misión de seguridad inmediata contra enemigos próximos con la ametralladora con capacidad antiaérea (situada en la parte superior de la torreta). Por si fuera poco, también se dedica a la seguridad en los movimientos, ya que normalmente va por fuera auxiliando al conductor para evitar situaciones de riesgo en la navegación (zanjas, pendientes laterales, obstáculos, vehículos próximos…). Este puesto lo suelen ocupar soldados de entre uno a tres años de antigüedad.
El jefe de carro gestiona su periscopio para designar y localizar objetivos y el sistema de radiocontrol BMS, que es un sistema de posicionamiento en tiempo real de alertas y de posición propia, una información que comparte con los demás jefes de vehículo del Batallón. Este puesto tiene la peculiaridad de que, en caso de que el tirador cause baja, el jefe de carro puede disparar prácticamente con la misma eficacia que el tirador. No obstante, el jefe de carro tiene otras muchas funciones como: mandar el vehículo, integrarse en una sección o una compañía o, en el caso del jefe del Batallón, comandar el batallón. Normalmente este puesto lo ostenta un mando, que puede ser desde Teniente Coronel a Sargento.
El tirador maneja la torre y hace fuego con el principal elemento de puntería, el EMES, que tiene un canal diurno y otro térmico. Si la torre recibiera un impacto y dejara de funcionar de manera automática, o sufriera una descarga eléctrica de sus sistema eléctrico, el tirador podría seguir haciendo fuego de manera manual, calculando la distancia, con unas probabilidades de acierto enormes, debido a que las flechas de los proyectiles es muy tensa, no tiene mucha parábola.
El conductor es el puesto que va más protegido en el carro, con mayor blindaje, ya que cualquier impacto en esta zona o la pérdida de este tripulante supondría tener un carro inoperativo. Cuenta también con elementos de visión nocturna.
San Gregorio es el segundo campo de maniobras más grande de Europa. Aquí pueden practicar el tiro sin miedo nuestros carros de combate y obuses -estos últimos tienen una alcance de hasta 30 kilómetros-. Durante todo el ejercicio, desde el puesto de mando ven en tiempo real la situación de los efectivos y el cumplimiento de los objetivos. Para todo esto, para ver el escenario al completo y cartografiar / localizar las amenazas, ayuda el dron Reaven que se despliega para algunas maniobrar y que puede operar durante 90 minutos y hasta una altura de 300 metros.
Una brecha en el terreno impide cruzar a los carros. Aquí es donde entran en juego los zapadores. Montan un puente, que podría llegar hasta los 40 metros, y que permite a los carros sortear ese obstáculo en el terreno. Los Leopardo y los Pizarro cruzan el puente y avanzan hacia la siguiente amenaza. Nada impide llevar a cabo la misión.
Los Pizarro llegan a un poblado, descargan a a la tripulación y, en grupos, van limpiando casa por casa de enemigos. Escenarios como el de Casas Altas, una zona del campo de San Gregorio construida como si fuera un pueblo, son muy útiles en la preparación de nuestros militares. Desde hace unos años los conflictos asimétricos mandan y los combates urbanos están a la orden del día.
Mientras, en otra zona del campo, los obuses autopropulsados M109 toman posiciones. Comienza la cuenta atrás, «cinco, cuatro, tres, dos, uno, fuego». Y un estruendo sacude el ambiente, el polvo se levanta y el proyectil sale del cañón de 155 mm. Un arma poderosa donde las haya y con un alcance de hasta 30 kilómetros. Este es solo el primero de los 40 disparos que van a efectuar durante las próximas horas. El soldado Ardila no usa tapones (abre la boca, eso sí), dice que está acostumbrado. 14 años de servicio en el arma de artillería hacen que te acostumbres al sonido de los obuses.
Una dura preparación para formar parte de la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad (VJTF) de la OTAN para el año 2022. La Brigada Guadarrama XII tiene la responsabilidad de proporcionar un Grupo Táctico Acorazado, así como una Unidad de Zapadores, una Unidad de Artillería de Campaña y una Unidad de Artillería Antiaérea. El compromiso OTAN tiene una duración de tres años, siendo 2021 año de preparación, 2022 año de respuesta inmediata y 2023 año de alta disponibilidad.
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