«Liberal practicante». Así se define el eurodiputado de Ciudadanos José Ramón Bauzá en su cuenta de Twitter. Expresidente de Baleares y hombre bregado en la política -más de 20 años en el Partido Popular lo atestiguan- dice que en Ciudadanos, «el único partido liberal de España», se siente «más cómodo que nunca».
Hablamos con él sobre la nueva estrategia de Ciudadanos tras la convención del partido, los errores de la política de exteriores de España, las protestas en Cuba y la lucha del pueblo cubano, así como de la situación en algunos países de Latinoamérica y el avance de la extrema izquierda, entre otros temas.
Te defines como «liberal practicante». ¿Hay liberales que no lo son?
Hay gente que se define como liberal porque está de moda, no porque cumpla con la ideología, aunque realmente ser liberal no significa tener una ideología, sino que es un estilo de vida, es una forma de vivir, y yo lo he aplicado con hechos durante mi etapa de Gobierno en las Islas Baleares, que fue un Gobierno absolutamente liberal. Pertenezco a una formación liberal que hace escasos días se ha vuelto a reafirmar dentro de ese liberalismo de una manera absolutamente contundente.
Se puede ser liberal de izquierda o de derechas.
Liberal no significa más que tener un comportamiento liberal, los liberales pensamos en el individuo, no pensamos en colectivos, es nuestra gran diferencia con el resto de formaciones políticas, absolutamente respetables, pero el liberal lo que piensa es en el objetivo único del individuo, y se trata de que le demos todas las herramientas legales que estén a disposición de la sociedad para que él elija en libertad qué es lo que quiere hacer en el ámbito profesional, personal o vital. Darle todas las posibilidades para que viva de la forma que quiera, siempre que cumpla la ley.
Ciudadanos ha cerrado la puerta al PP y Arrimadas habla de una nueva etapa de «liberalismo progresista».
Somos liberales desde el punto de vista económico y hasta el punto de vista social. Hay partidos, los conservadores, donde tenemos más cosas en común desde el punto de vista de un ámbito puramente económico, mientras que nuestra forma de ver el ámbito social coincide más con otras formaciones más a la izquierda. Es absolutamente compatible coincidir en algunas posiciones con partidos conservadores y coincidir en otras con partidos del ámbito de la izquierda y eso es lo bueno que tiene ser un partido liberal.
En las últimas ocasiones a Cs no le ha ido muy bien en las urnas.
Nosotros hemos hecho una autocrítica interna y hemos tomado medidas y es evidente que no hemos sabido explicar nuestros objetivos a la sociedad y fruto de ello es que no nos han visto en un momento dado como un partido útil. Ahora volvemos a ponernos delante la sociedad con total humildad y con toda la honestidad diciendo que hemos tomado nota de aquellos procesos y aquellos momentos en que nuestras decisiones posiblemente no han sido las mejores ni las más adecuadas, pero no porque lo digamos nosotros, sino porque la sociedad no lo ha visto así.
Seguimos aquí, estamos aquí y seguimos siendo un partido liberal, el único que hay en España.
No se tiene la misma concepción de los liberales en Europa que en España. ¿No hemos terminado de entender el término en España?
No solo no ha sabido entenderse bien, sino que en algunos momentos el liberalismo se ha visto demonizado por parte de algunos colectivos y Ciudadanos ha sido visto como aquel partido no solamente que daba libertades, sino como una antítesis de lo que realmente éramos.
El liberalismo en España no surge hace 15 años con la fundación de Ciudadanos, el Partido Liberal tiene sus orígenes hace siglos y fruto de ello son los propios trienios liberales que se formaron. Hay una base liberal en la sociedad española y lo que se trata es de que la podamos recuperar y ponerla en valor.
A nivel europeo, ¿hacia dónde tiene que avanzar España ahora mismo?
En España es muy importante que haya un partido liberal, en este caso Ciudadanos, dentro de lo que es el grupo liberal europeo, Renew Europe. Si no hubiese un partido liberal dentro de una formación que hoy por hoy supone el tercer grupo mayoritario en la cámara parlamentaria no se podrían tomar las decisiones que afectan precisamente al ámbito español. Hoy en día no hay ni una sola decisión que se tome en Europa que no tenga que ser previamente consensuada con el partido liberal.
Durante 20 años militaste en el PP para luego dar el salto a Cs. ¿Qué ha fallado en el PP?
El Partido Popular, empezando en las Islas Baleares, es un partido nacionalista y como consecuencia de la toma de decisiones nacionalistas por parte del Partido Popular en Baleares y siendo arropado por parte del ámbito nacional yo no podía formar parte de un partido al cual me veía incapaz de votar, no podía formar parte de un partido que hacía simplemente las políticas opuestas a las que yo he llevado a cabo como presidente.
Toda la legislación que hoy ponen en marcha y que se lleva a cabo por parte de los partidos independentistas, por parte de los partidos republicanos catalanistas y seccesionistas no son más que las leyes que aprobó el Partido Popular. Durante mi época yo revoco todas esas leyes y quito, por ejemplo, el requisito del catalán para acceder a puestos de la administración.
Soy el único presidente en España, y lo digo humildemente, que legisla activamente contra el nacionalismo, en este caso nacionalismo catalán. Después de mi etapa se hace todo lo contrario, para vivir con la connivencia y los complejos con el independentismo. No puedo pertenecer a un partido que hace todo lo contrario a lo que yo pienso y por eso estoy en este partido liberal, en donde me siento absolutamente cómodo y mejor que nunca.
Eres reservista del Ejército: ¿Debe España invertir más en Defensa para llegar a los estándares europeos?
Evidentemente, pero no por el hecho de adecuarnos a estándares europeos, sino también para tener una capacidad de defensa propia y para evitar amenazas y tener capacidad de disuasión contra territorios vecinos, hablo en este caso del Reino de Marruecos, donde la debilidad diplomática española ha sido una evidencia, y no solamente en Marruecos. El hecho de vernos diplomáticamente débiles y con una capacidad defensiva menor que en tiempos anteriores afecta.
Marruecos está cada vez más fortalecido en sus capacidades mientras que España se ve cada vez más debilitada y eso es una evidencia. Cuanto más débiles nos vean, más capacidades tendrán los demás. Hay que creer en la Defensa por una cuestión propiamente de Estado.
¿Está fallando España en política exterior?
Estamos fallando y no estamos dando una. La debilidad diplomática es tan enorme que directamente no tenemos ningún tipo de solvencia en fortaleza donde se nos ve a nosotros como un país sobre el cual tú te piensas hacer las cosas dos veces antes de tomar determinadas decisiones. Todo el mundo sabe que, si a nosotros nos vieran como a Estados Unidos, como a Reino Unido, como a Francia o como a Italia en algún momento, a Marruecos ni se le ocurre mover ni hacer tambalear la la verja en absoluto.
Lo de González Laya ha sido todo absolutamente desproporcionado y, desgraciadamente, para reír y para llorar al mismo tiempo en muchas de las tomas de decisiones, tarde y a destiempo, en el caso de que tomara decisiones.
Pero también hay que hablar del nuevo ministro de Exteriores, que en sus primeras 24 horas dice que la situación que se está produciendo en Cuba es una situación de pobreza, entre otras muchas cosas por la consecuencia de la falta del turismo y que la falta del turismo se produce como consecuencia de la pandemia. ¿Este señor no se ha enterado, y es el máximo representante de la acción exterior de España, de que hay una dictadura desde hace 60 años que empezó con Fidel, que siguió con Raúl y que ahora continúa con Díaz-Canel? Es tan aberrante la declaración del ministro que tenía que haber dimitido en esas primeras horas de ser nombrado.
Cuba ha sido una de tus luchas personales en el Parlamento Europeo. ¿Por qué este interés en Cuba?
Los liberales y los demócratas siempre tenemos compromiso y yo soy una persona comprometida. Soy miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y uno de mis puntos importantes, aparte de la geopolítica, es la situación de la falta de libertades de las dictaduras en muchos países hermanos que tenemos en Latinoamérica. Estamos hablando de Cuba pero podemos hablar de Venezuela, de Nicaragua, de Bolivia o de cómo se amenazan también por populistas Estados o países democráticos como es el caso de Colombia.
Hay muchas amenazas en el ámbito geopolítico de Latinoamérica y Cuba, sin ninguna duda, es una de ellas, porque ya lleva 60 años, y donde la falta de respuestas o incluso connivencia por parte del Alto Representante de la Comisión Europea, Josep Borrell, que actúa en muchas ocasiones más como ministro de Asuntos Exteriores en las sombra del Gobierno de Pedro Sánchez que como alto representante de la Comisión Europea.
Los cubanos han salido a la calle, y una vez más el Gobierno cubano ha silenciado las protestas.
Esta última manifestación para mí supone un punto de inflexión importante, llega un momento en que el hartazgo del pueblo cubano es absoluto y a pesar de las amenazas, como saben que no tienen nada que perder, que están malviviendo de una forma tan absoluta, pues salen a la calle. Tengo contacto directo y continuo con muchísimos opositores en la isla y fuera de la isla, en el exilio, y han cortado internet y algunos han sido detenidos, y esta situación es la que se lleva produciendo en Cuba desde hace años.
El levantamiento es simplemente una manifestación absolutamente pacífica en la que el pueblo pide simplemente poder comer, tener capacidades y posibilidades para luchar contra una pandemia y tener las mismas oportunidades que cualquier otro país del mundo. La represión está siendo tan dura como nunca se había imaginado. Díaz-Canel, que no es más que la marca blanca de Raúl y de Fidel Castro, está sacando a la calle todos sus efectivos, el Ejército y la Policía, y los CDR, que no son más que la Policía sin uniformar pero que están saliendo a la calle con Kalashnikov y están disparando directamente a la población civil, asesinando.
Si el dictador saca todo eso para actuar en contra del ese movimiento es porque se ve amenazado, y más amenazado que nunca. No puedo poner ejemplos muy particulares porque todo lo que se habla está siendo grabado y estudiado y si doy algún detalle demasiado específico pongo en riesgo precisamente a la persona que lo cuenta, porque allí se sabe todo.
¿Cómo se acaba con la revolución cubana?
No es fácil y sobre todo porque tiene apoyo exterior, como el de Putin. Detrás de todo está Rusia, y detrás de Rusia está Cuba y detrás de Cuba está Venezuela, Nicaragua, Bolivia y en algún momento los grupos terroristas que amenazan la democracia de Iván Duque en Colombia.
Los dictadores solo entienden una cosa: la presión que se pueda ejercer sobre ellos. La mayor presión que se puede ejercer sobre un dictador es sobre sus recursos económicos, por eso yo le he pedido a Josep Borrell que actúe con contundencia, que se deje de ambigüedades, que diga directamente que lo que hay que hacer es actuar contra el régimen, reconociendo la ausencia de democracia, reconociendo la necesidad de democracia y de que hay una dictadura en Cuba, exigiendo la liberación de todos los presos políticos, exigiendo que nuestra delegación de la Unión Europea en Cuba permita a los familiares saber dónde están sus detenidos.
El dictador solamente entiende de presión económica, y eso es lo que hay que hacer, una presión directa y que no haya más alternativa. Si le dejas margen de maniobra al dictador, va a coger todo el margen que pueda y va a actuar en contra de su propia población. Es necesario ser contundente contra el dictador y con las instituciones europeas mirándole de tú a tú y diciéndole que a partir de ahí esa ‘patria o muerte’ va a ser simplemente esa ‘patria y vida’ que es el lema con el que se ha producido ese levantamiento pacífico, natural, lógico y democrático del pueblo cubano.
En Cuba también hay que hablar del embargo y del bloqueo de EEUU, que lejos de perjudicar a las élites acaba repercutiendo en los cubanos de a pie.
Se trata también de que se suspenda esa cláusula democrática del acuerdo de asociación y cooperación y que yo he pedido a Josep Borrell que la suspenda de una manera inmediata y definitiva y él ha dicho directamente que no. Para eso tiene que haber voluntad política. Los últimos días estamos viendo en el Gobierno de España que algunos ministros están siendo preguntados sobre si lo que hay en Cuba es o no es una dictadura, y son capaces de decir que no es una dictadura, que es la no democracia. Seamos claros, es tiranía, son directamente asesinatos puros y duros.
Esos miembros del Gobierno de España y sus ministros, que están absolutamente tutelados y absolutamente condicionados en sus explicaciones, en sus argumentarios y en sus manifestaciones a los diferentes medios de comunicación, son los que precisamente condicionan al presidente del Gobierno, que es rehén de los populistas que dan cobijo y amparo indirectamente a los dictadores de otros países.
En la última resolución sobre Cuba nosotros pedimos la liberación de los presos políticos y el Partido Socialista vota en contra de la liberación de los presos políticos.
Hace unos años también se dieron las protestas en Venezuela y parecía que se iba a echar a Maduro. La realidad es que el chavismo sigue ahí y que hoy los venezolanos están en uno de sus peores momentos.
Hay del orden de cinco millones y medio de venezolanos en el exilio, lo cual es una cifra muy preocupante, y ahí también hay que hablar de voluntad política. Se produce una convocatoria de elecciones el año 2020 donde no concurre la oposición, porque ya sabe que van a ser un fraude electoral.
El último presidente electo en la Asamblea Nacional venezolana, en el año 2015, es Juan Guaidó, que no se presenta en 2020 porque sabe que las elecciones están amañadas. El Gobierno de Pedro Sánchez y el alto representante lo que hacen es no reconocer a Juan Guaidó como presidente electo pero sí reconocen que ha habido unas elecciones y que, como Guaidó no se ha presentado, no pueden reconocerlo.
Si el político que tiene que tomar las decisiones es el que es connivente con la dictadura, qué imagen le damos al dictador, pues simplemente hace lo que hace, se ríe de nosotros.
¿Qué decir sobre el avance de la izquierda en algunos países de América Latina y que algunos consideran una amenaza? (Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Argentina, Bolivia…)
Podríamos hablar de todos ellos porque en todos existen unas fuerzas políticas populistas de extrema izquierda que están siguiendo esas esas hojas de ruta de cómo se han comportado en países anteriores. Pero también podemos hablar de Iván Duque en Colombia, presidente electo democráticamente que lo que hace es poner en marcha una serie de reformas sobre las cuales la población sale a la calle para decir que no está de acuerdo. Eso pasa en cualquiera de los países democráticos que todos conocemos y no pasa nada. El problema es que cuando retira el anuncio de esa normativa economicofiscal se aprovecha ese momento para seguir haciéndose un movimiento mucho más populista.
Lo que vemos en el Parlamento Europeo es que por parte del partido de Los Verdes, que sería el Podemos aquí en España, pues que están justificando ese tipo de decisiones en base a que se está oprimiendo a la población civil. Son movimientos populistas perfectamente diseñados que no dejan nada al azar y que siguen de una manera absolutamente metódica el proceso y los procedimientos comunistas que se aplican en otros países.
También es una amenaza el crecimiento de los populismos de extrema derecha en Europa.
Todos los extremos son malos y en España se está abriendo otro frente entre esos dos bandos extremistas, más allá de los independentistas seccesionistas.
Hablando del ámbito internacional, tanto latinoamericanos como países europeos, todo esto siempre se produce después de momentos de crisis, de pandemias. En el populismo la receta es muy fácil: dar respuestas muy sencillas a problemas muy complicados.
En momentos de necesidad, donde la gente está desesperada, pues los partidos populistas es donde tienen mayor capacidad de entrada y entran como punta de lanza. Luego, con el tiempo, se ve realmente lo que son y, en función de la madurez de la sociedad, de la capacidad de penetración en las instituciones y su connivencia para llevar a cabo una serie de proyectos y programas, que están perfectamente diseñados por mentes terribles, esos partidos populistas actúan sobre la sociedad.
Partidos populistas de la extrema derecha y de extrema izquierda siempre son negativos para una sociedad que lo que demanda en condiciones lógicas y normales pues es equilibrio, la respuesta a sus necesidades económicas, educativas, sociales y sanitarias. En definitiva, una sociedad madura que en estos momentos de crisis se ve mucho más convulsa y, sobre todo, agitada y azotada.