Camiones, pakistaníes hacinados y drogas: cae una red en Zaragoza que introducía inmigrantes en la UE
En camiones, hacinados en el maletero y llevados por conductores bajo los efectos de las drogas. Así fueron introducidos hasta 400 migrantes pakistaníes ilegalmente en la UE
En camiones, hacinados en el maletero y llevados por conductores bajo los efectos de las drogas. Así fue como hasta 400 migrantes pakistaníes fueron introducidos ilegalmente en la Unión Europea (UE), comandados por una red de tráfico de personas, con sede principal en Zaragoza y que ha sido desarticulada por la Policía Nacional.
La operación, en la que han colaborado otras policías europeas, se ha saldado con 15 detenidos, 12 en territorio español, y los demás en Eslovenia, Croacia y Rumanía, donde fue arrestado el cabecilla de la organización, por delitos de tráfico de personas, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
La sede logística, no obstante, estaba en España, concretamente en Zaragoza, desde donde otro de los líderes de la red se encargaba de gestionar el alquiler de los camiones y la contratación de conductores que más tarde recorrían el territorio europeo y recogían a los inmigrantes pakistaníes en Croacia para transportarlos a Italia, Alemania y España. Los destinos finales.
Fue precisamente en uno de esos viajes de vuelta hacia Europa, en agosto de 2010, en la República de Eslovenia, cuando agentes de la Policía eslovena advirtieron un camión que circulaba con exceso de carga. Tras interceptar al conductor español, revisaron el vehículo y descubrieron que en el maletero había un total de 53 inmigrantes pakistaníes.
Tras esa primera detención, dio comienzo la investigación, dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 6 e impulsada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Nueve meses de pesquisas en los que los agentes han dado cuenta de que esta organización había introducido al menos 400 migrantes de origen pakistaní en la Unión Europea para lo que utilizaban la ruta de los Balcanes.
Dos millones de euros
Sin embargo, la Policía Nacional tiene constancia de que esta red operaba desde hace varios años por lo que el número total de inmigrantes introducidos de forma clandestina puede ser muy superior, según indicaron en una rueda de prensa responsables de las policías española, rumana y croata.
Se estima que solo en los nueve viajes detectados en los últimos meses de pesquisas los líderes de la organización obtuvieron un beneficio de unos dos millones de euros. Cobraban 3.000 euros por ir a Eslovenia, entre 5.000 y 8.000 a Italia y otras cantidades para llegar a Alemania y España, por lo que el coste total del viaje desde Pakistan oscilaba entre los 12.000 y los 20.000 euros.
Parte de ese beneficio millonario, han revelado fuentes policiales a THE OBJECTIVE, era reinvertido por la organización en el tráfico de drogas y también en el consumo para toda la estructura criminal. Según revelan las mismas fuentes, los conductores que transportaban a los inmigrantes solían hacerlo bajo los efectos de las drogas y, en ocasiones, los viajes eran express. Duraban menos de 24 horas pese a que los camioneros recorrían miles de kilómetros.
La actuación policial, entre tanto, permitió interceptar en un punto cercano a la frontera entre Croacia y Bosnia un camión en el que viajaban hacinadas 77 personas, cuatro de ellas menores de edad, en condiciones infrahumanas. Se encontraban en un espacio de apenas ocho metros cuadrados y habían hecho agujeros en el techo para poder respirar.
‘Modus operandi’
La red desarticulada es considerada por la Policía como una de las más destacadas y dedicadas al tráfico de personas de origen pakistaní. Eran especialistas, y muestra de ello era la estructura de la organización que, según fuentes policiales, era prácticamente idéntica a la del narcotráfico.
Los inmigrantes, una vez alcanzado el campo de refugiados, situado en la localidad bosnia de Bihac, eran guiados por pasadores de la red para cruzar las montañas que separan Bosnia de Croacia. Una vez allí, eran recogidos por los conductores en camiones para ser transportados a la frontera de Eslovenia.
Para poder sortear ese control fronterizo los migrantes bajaban de los camiones y cruzaban a pie por lugares donde no eran detectados. Después, se volvían a montar en los vehículos para seguir su camino hacia Italia. Posteriormente, desde ese país, los inmigrantes pakistaníes eran trasladados, por distintos medios, a los destinos finales. Principalmente, Alemania y España.
Los conductores de los camiones contaban con la ayuda de otros miembros de la organización, procedentes del mundo del tráfico de drogas, quienes les advertían de los controles policiales que podían encontrar por el camino y les ofrecían rutas alternativas para que la misión fuese exitosa.