Jonas Hector, el mundialista con Alemania que jugará en Segunda por amor a su equipo
Hay muchos aficionados a este deporte que reclaman el fin del fútbol moderno, que ponen el grito en el cielo cuando los futbolistas se mueven en términos económicos y no pasionales, cuando traicionan a sus clubes de origen declarándose en rebeldía para marcharse a otro club con un traspaso más bajo. Sin embargo, en plena burbuja de precios, cuando se ha multiplicado por tres el precio de los mejores jugadores en apenas un año y medio, se mantiene el ejemplo de algunos profesionales que anteponen los colores sobre los contratos altos y la posibilidad de competir por títulos. Es el caso de Jonas Hector, defensa titular con Alemania y estrella del Colonia, que acaba de descender a Segunda División con su equipo y que ha confirmado que seguirá en él para conseguir su ascenso la próxima temporada.
Hay muchos aficionados que reclaman el fin del fútbol moderno, que ponen el grito en el cielo cuando los futbolistas se mueven en términos económicos y no pasionales, cuando traicionan a sus clubes de origen declarándose en rebeldía para marcharse a otro club con un traspaso más bajo. Sin embargo, en plena burbuja de precios, cuando se ha multiplicado por tres la ficha de los mejores jugadores en apenas un año y medio, se mantiene el ejemplo de algunos profesionales que anteponen los colores a los contratos suculentos y la posibilidad de competir por títulos. Es el caso de Jonas Hector, defensa titular con Alemania y estrella del Colonia, que acaba de descender a Segunda División con su equipo y que ha confirmado que seguirá en él para conseguir su ascenso la próxima temporada, tras la conclusión del Mundial de Rusia.
Su historia ha llamado la atención de los medios alemanes, que destacan que Jonas Hector tiene ofertas de gigantes europeos como Liverpool, Borussia Dortmund o Juventus. Pero sus valores lo llevan a perder esa oportunidad para afrontar el reto de devolver al Colonia a la Bundesliga. “Jonas es un jugador excepcional y una persona extraordinaria”, declaró el director deportivo de su club, Armin Veh, tras confirmarse la noticia. “Su decisión de continuar con nosotros pese a ser internacional con Alemania lo demuestra”.
El seleccionador Joachim Löw está enamorado de sus prestaciones en defensa, de su versatilidad para adaptarse al lateral izquierdo y al centro del campo. Encontró en este jugador de 28 años un relevo para el retirado Philip Lahm: el técnico germano lleva cuatro años incorporándolo a su lista de seleccionados y el defensa acumula 38 internacionalidades. Hector ha logrado con el combinado nacional llegar a las semifinales de la Eurocopa de 2016 en Francia –gracias a su gol de penalti contra Italia– y proclamarse campeón de la Copa Confederaciones del año pasado.
Además, miles de aficionados aprecian su postura contraria a las redes sociales, su voluntad por mantenerse en el anonimato y su interés por formarse más allá de tener el futuro resuelto: Jonas Hector es estudiante de Administración y Dirección de Empresas.
Su permanencia en el Colonia, como él mismo afirma, es una cuestión de lealtad. Cuando ya se sabía que su club había descendido, firmó la renovación de su contrato hasta 2023 y agradeció el esfuerzo por retenerlo: “Este club me permitió pasar de una liga regional a jugar con la selección”. Todo ello a pesar de no pertenecer a su cantera, de llegar cuando tenía ya 20 años. Lo hizo después de una largas conversaciones y procedente del SV Auersmacher, el humilde equipo de su pueblo y de sus amigos, del que era reticente a salir.
Lukas Podolski, uno de los mayores goleadores de la historia de Alemania, tuvo la oportunidad de hacer lo mismo en 2006, cuando descendió con el Colonia. Sin embargo, el punta decidió fichar por el Bayern de Múnich, el club más poderoso del país, para seguir progresando en su carrera. He ahí el valor del gesto de Jonas Hector, que ha demostrado su lealtad incondicional.
La explicación que da para justificar su decisión es clara: “Mi objetivo no es tener 400 millones de euros cuando acabe mi carrera. El sentimiento es más importante que el dinero”.