Cabinas de ‘última generación’, con problemas inesperados
Mapas interactivos, pantallas táctiles, WiFi gratis… Todo la tecnología punta recogida en una cabina telefónica ‘última generación’. Solo hay un problema: nada funciona.
Mapas interactivos, pantallas táctiles, WiFi gratis… Todo la tecnología punta recogida en una cabina telefónica de ‘última generación’. Solo hay un problema: nada funciona.
Ha ocurrido en Londres, la ciudad de las cabinas y de los autobuses rojos. Una empresa de publicidad, Clear Channel, ha instalado cien cabinas ‘tecnológicas’, y de momento solo son paneles publicitarios con un diseño elaborado.
El objetivo era ser tan útiles como lo fueron en su día las tradicionales cabinas, pero adaptándolas a las nuevas exigencias de nuestro tiempo. La publicación The Memo (sobre futuro, innovación y tecnología) describe varios problemas:
– La pantalla táctil es lenta y si consigues escribir todas las letras del lugar que buscas en el mapa, el mensaje que aparecerá, (o aparecía, al menos, hasta hace unos días) será este: “¡Lo sentimos! El servicio de mapa no está disponible esta vez”.
– No ofrece conexión WiFi gratis, y nadie se atreve a usar su tarjeta de crédito para llamar por teléfono por si, simplemente, no consigues la tarjeta de vuelta.
Según The Memo, la empresa que las ha puesto en marcha ha dado una respuesta a los problemas que se han generado: “Como con toda la nueva tecnología, habrá un período corto de tiempo para que los quioscos sean completamente operacionales”. Y piensan seguir adelante, porque el plan es instalar otras 500 cabinas negras y ‘modernas’ a lo largo y ancho de la ciudad londinense.
Éxito en Nueva York
Pero esta idea no nace en Londres: la han imitado de Nueva York, donde, al parecer, sí que funcionan. Tanto es así, que en tan solo un año (desde enero de 2016), una media de 40.000 personas a la semana se registraron por primera vez en esta red gratuita neoyorquina. También semanalmente, se iniciaron 4 millones de sesiones WiFi en los llamados quiscos LinkNYC, que han sustituido a las antiguas cabinas telefónicas.
Desde luego, en cifras está siendo todo un éxito, sin embargo, también ha habido algunas cuestiones polémicas. En septiembre de 2016, la empresa retiró el servicio de navegación web de las tabletas incluidas en el propio quiosco, por la gran cantidad de quejas que hubo al respecto. Al parecer, demasiada gente monopolizaba esta conexión usando el Internet gratuito de la máquina para ver películas, pornografía, e incluso masturbarse a plena luz del día.
Ahora no se puede navegar por la web pero los quiscos siguen ofreciendo WiFi gratis, llamadas ‘domésticas’ gratuitas, mapas interactivos, puertos de carga para USB, y un botón rojo del 911.
Aunque la iniciativa está enfocada a ser un moderno escaparate publicitario, ofrece servicios que nos pueden ser útiles si visitamos la ciudad (más en Nueva York que en Londres, al menos de momento). Sin embargo, nunca está de más llevar una guía por si ese día los mapas interactivos, simplemente, no funcionan.