Las señales para descubrir si están ligando contigo
No nos damos cuenta, pero nuestros ojos nos traicionan. En cuanto comenzamos a fijar nuestra mirada en otra persona, comenzamos a dar información valiosa. Ya sea en la intensidad de la mirada o en qué partes del cuerpo lo hacemos, la otra persona puede descubrir cuáles son nuestras intenciones, si la observamos como amigo o como pareja, si la vemos como un amor romántico o como un amor fugaz.
No nos damos cuenta, pero nuestros ojos nos traicionan. En cuanto comenzamos a fijar nuestra mirada en otra persona, comenzamos a dar información valiosa. Ya sea en la intensidad de la mirada o en qué partes del cuerpo lo hacemos, la otra persona puede descubrir cuáles son nuestras intenciones, si la observamos como amigo o como pareja, si la vemos como un amor romántico o como un amor fugaz.
Al menos así lo defiende una investigación publicada en Archives of Sexual Behavior. En esta, un grupo de investigadores de las universidades de Wellesley y Kansas analizaron los movimientos oculares de 105 personas heterosexuales mientras observaban fotografías de personas que debían interpretar como potenciales romances o potenciales amigos.
“La mirada es un indicador válido para estudiar el interés entre parejas”, sostiene el estudio. “Para las mujeres, mirar a la cabeza suponía un interés mayor en la amistad. En cambio, los hombres miraban la cabeza cuando estaban interesados en algo más”.
El estudio destaca que las mujeres solteras invertían más tiempo observando a sus potenciales romances que las mujeres con pareja al mirar las fotos de sus novios. Los expertos concluyeron que fijarse en la parte central del cuerpo –piernas, cintura, caderas y pecho- correspondía con un interés ambivalente de romance y amistad. Las mujeres que mantenían más tiempo mirando la cabeza estaban más interesadas en la amistad. Finalmente, los científicos resumen que las piernas y los pies fueron las partes más ignoradas por los participantes.
En la investigación se defiende que el atractivo físico, lo que comprendemos como belleza, responde a las aspiraciones de cada persona, a lo que buscamos en el otro. “Las investigaciones sobre el atractivo tienden a dar por hecho que existen una serie de patrones que convierten a una persona en deseable”, dice Angela Bahns, coautora del estudio y profesora de Psicología en la Universidad de Wellesley, argumentando que eso no ocurre en esta investigación, donde se enfatiza que no existe un patrón homogéneo de atractivo sexual.
Bahns concluye con un punto particularmente interesante. Las personas se dejan llevar enormemente por las convenciones sociales y por lo que interpretan que esas personas pueden aportar a sus vidas. Una vez más, se pone de relieve la importancia de la apariencia y el aspecto físico del otro a la hora de decantarnos por alguien.