“La moda pasa, solo el estilo permanece”. Estas son palabras que Coco Chanel, la mujer que revolucionó la moda, pronunció y que llevó siempre como bandera. Sin embargo, sus inicios estuvieron lejos del lujo y la alta costura con la que la relacionamos al oír su nombre. La muerte de su madre propició el abandono de su padre y su consiguiente ingreso en un orfanato de la localidad de Aubazine. La austeridad que envolvía aquel entorno, los trajes rectos de las monjas y el blanco y negro del uniforme fueron las líneas que luego marcaron sus diseños. Siguiendo esas premisas Megan Hess publica Coco Chanel. La revolución de la elegancia, una biografía ilustrada que en España publica Lunwerg.
La autora, para la que su Montblanc se ha convertido en su mejor amigo, siempre tuvo claro que quería dedicar su vida a dibujar. Sin embargo, “no tenía ni idea que la ilustración de moda era un trabajo en sí mismo”, afirma. De hecho, combina la ilustración por encarga que le hacen prestigiosas marcas como Dior, Prada, Cartier o Louis Vuitton con colecciones propias. Tras interminables investigaciones en la vida de Chanel e infinitos bocetos para recrear el ambiente de la época, la autora ha dividido esta biografía en tres secciones (la mujer, la marca y la leyenda). A través de estos apartados Hess recorre la vida de Chanel de manera cronológica desde sus inicios en una pañería junto a su tía hasta el surgimiento de su propio imperio.
“Creo que ha sido una de las mujeres más inspiradoras de la historia. Coco Chanel fue valiente, talentosa e inspiradora”, aduce Hess. A los 20 años la diseñadora conoció a Étienne Balsan, un adinerado con el que se fugó y convivió a pesar de sus infidelidades. Ella, obstinada y determinada a triunfar con sus ideas, exprimió aquella relación gracias a la que pudo montar su línea de sombreros para mujer. La alta alcurnia francesa pronto se envolvió en la sencillez y comodidad que la diseñadora proporcionaba con sus prendas.
La ropa de hombre, los pantalones y la comodidad primaron siempre en los diseños de Chanel, haciendo de ello la seña de identidad con la que destacó. Las prendas más holgadas le imprimían ese punto andrógino tan reconocible y destacable aún hoy. Cuando abrió una sombrerería en una céntrica calle parisina sus clientas se volvieron leales, su negocio empezó a crecer y sintió la necesidad de experimentar en otros terrenos como la ropa de baño y de deporte. Para 1918 abrió una tienda que se convirtió en la columna vertebral de su emporio donde empezó a diseñar joyas y perfumes.
Su verdadero logro reside haber “creado una de las marcas más prestigiosas del mundo de la moda en un momento en el que las mujeres no estaban en posición de tener su propio negocio”
Aquella tienda fue el centro en el que pasaba las horas e ideaba sus novedades. La falta de una cama en aquel edificio la llevó a residir en una de las habitaciones del Hotel Ritz de la misma calle. En ese local, que se ha convertido en una joya arquitectónica, trabajando con el cigarro en l boca la retrata Hess en estas páginas repletas de figuras alargadas y elegantes que casan a la perfección con el espíritu de la diseñadora. Su verdadero logro reside haber “creado una de las marcas más prestigiosas del mundo de la moda en un momento en el que las mujeres no estaban en posición de tener su propio negocio”, opina Hess. Por eso, compartir su vida y trayectoria “nos recuerda que todo es posible”.
A su paleta de colores, basada desde el principio en el negro y el blanco, se unieron el rojo y el crudo por influencia veneciana. Chanel, que nunca renunció ni al lujo ni a la comodidad, decidió cerrar su imperio cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial y no volvió al negocio hasta 15 años después. Pero cuando lo hizo, tal y como recoge esta biografía ilustrada, lo hizo para quedarse y elevarse por encima de Dior, que dominaba la alta costura entonces. Aunque le costó volver a recuperar la confianza de los franceses Chanel arrasó en Gran Bretaña y Estados Unidos con sus sobrios diseños. ¿Quién no reconoce sus zapatos bicolor, su bolso acolchado o su chaqueta?
Sin duda ella fue la encargada de renovar la manera de vestir de la mujer y ella la ‘culpable’ de la imagen de mujer moderna tal y como la conocemos hoy. Conocedora de su mundo, Hess ha creado una biografía en los tonos de la propia Chanel y rescata la leyenda de esta diseñadora, calificada como una de las 100 personas más influyentes.
A pesar de la muerte de Chanel en 1971 su impronta sigue siendo la de renovar el armario de las mujeres abogando siempre por la comodidad. Ahora que la firma tiene a Karl Lagerfeld al frente del timón este revisita los diseños clásicos de esta para volver a traerlos a la actualidad en cada temporada. “Las nuevas creaciones siguen teniendo la memoria de Chanel y, por eso, su legado sigue vivo”, cree la autora de esta biografía. A Chanel no le gustaba su vida así que decidió crear una vida nueva y, con ella, su leyenda. Y, en algunos casos, incluso el misterio.