El 3 de mayo de 2017, el fotógrafo venezolano Ronaldo Schemidt captó una de las imágenes más icónicas de la violencia policial en Venezuela. Era José Víctor Salazar Balza, de 28 años, envuelto en llamas. Ahora esa fotografía ha sido elegida por el World Press Photo de 2018 como una de las imágenes del año, junto a otras cinco. La ganadora se conocerá el 12 de abril en una ceremonia en Amsterdam. Schemidt es uno de los nominados al premio principal que incluye, además del prestigioso reconocimiento, 10.000 euros y un equipo de material fotográfico.
En esta edición se han presentado más de 73.000 imágenes de fotógrafos de 125 países. Para elegir a las seis imágenes finalistas, el jurado ha valorado que traten acontecimientos de actualidad y que supongan una nueva forma de contar historias. «Con una foto World Press Photo tienes que sentir un puñetazo en tu estómago«, dijo Thomas Borberg, miembro del jurado y jefe de fotografía del periódico danés Politiken.
Eso es lo que ocurre con la imagen de Schemidt, fotógrafo de AFP. «Es una imagen simbólica. El hombre en llamas lleva una máscara en la cara. No se representa a sí mismo. Representa cómo está quemándose Venezuela«, consideraron los miembros del jurado. La fotografía muestra a un protestante contra Maduro, después de incendiar una moto abandonada de la Guardia Nacional, atrapado por el fuego de la explosión del vehículo.
«Yo estaba muy, muy cerca y de espaldas. Solo sentí la explosión, el calor en mi espalda. Reaccioné volteándome rápidamente. Tenía mi cámara colgada en el hombro derecho, la levanté y disparé y no paré de disparar en la bola de fuego. En ese momento no sabía qué estaba sucediendo realmente. Todo se desarrolló en pocos segundos, no más de cinco. Cuando revisé mi cámara, sentí impresión cuando vi las fotos, por el muchacho, por el accidente, por el nivel de violencia al que había escalado el conflicto», cuenta Schemidt a The Objective.
«El muchacho fue rápidamente ayudado por sus compañeros y luego por los paramédicos, que lo enviaron a un hospital», recuerda Schemidt. Se recuperó físicamente de las quemaduras, después de una intensa rehabilitación, pero en un país desabastecido de medicamentos aún sufre las dificultades de la recuperación.
El fotógrafo venezolano recuerda esta imagen como una de las más duras que ha tomado. «Otras coberturas también me han marcado, como el incendio de una guardería en México, donde murieron más de 50 niños quemados», cuenta. Respecto al debate sobre la responsabilidad de los fotógrafos cuando presencian este tipo de escenas, Schemidt tiene clara su posición: «Creo que la verdadera ayuda es hacer nuestro trabajo, estar presentes y hacer fotos de las historias que aquejan a las sociedades, darles visibilidad. Gracias a muchas fotos fuertes, terribles, que la gente preferiría no ver, se han denunciado tragedias, se han cambiado historias«.
Las otras imágenes que compiten por el World Press Photo son:
“Boko Haram les ató bombas suicidas. De alguna manera estas adolescentes sobrevivieron”, así tituló el fotógrafo freelance Adam Ferguson esta imagen. Vemos unas cortinas azules, veladas por la luz de fuera. Vemos unas paredes y en el centro de ellas, ella. Aisha, una niña de 14 años fue secuestrada por Boko Haram y asignada, obligada, forzada a una misión suicida. No vemos sus ojos, ni su rostro. Pero sabemos su historia. De alguna manera consiguió escapar y pedir ayuda. Nunca detonó las bombas. “Se nota que el fotógrafo tuvo una gran conexión con la niña. Es como una Mona Lisa”, dijo el jurado para elegir como candidata. “No hay sangre, no hay violencia, no hay fuego, pero no lo necesita para transmitir el mensaje”.
En una Europa conmocionada por los continuos ataques yihadistas, el puente de Westminster en Londres se convirtió el 22 de marzo en un nuevo escenario del pánico. A las 14:40 horas, un vehículo irrumpió en la acera que une el palacio de Westminster y el Big Ben con el otro lado del Tamésis. Una de las zona más concurridas y turísticas de Londres. Khalid Masood atropelló a decenas de personas y después estrelló su coche contra las vallas que rodean el palacio de Westminster. Esta fotografía de Toby Melville para Reuters es una de las imágenes que inmortalizó el caos. Una mujer socorre a otra, mientras los heridos y los muertos siguen en las aceras. En el ataque fallecieron seis personas: cuatro peatones, un guardia que vigilaba el palacio y el propio Masood. «Es la fotografía de noticias perfecta, es capaz de contar al mundo lo que está ocurriendo en ese momento. Describe el terrorismo, el miedo, la confusión, pero también las relaciones humanas. Los ojos de la víctima miran directamente a la cámara, te miran a ti como observador, te confronta con la persona que fue atacada directamente. Ella te está mirando a ti», consideró el jurado para elegirla.
El drama, la tristeza, la decepción humana. Eso es lo que representa “la crisis de los rohingya”, inmortalizada por Patrick Brown. Los cuerpos sin vida de niños refugiados que se ahogaron cuando trataban de escapar de la limpieza étnica, las violaciones, las torturas, la destrucción que el ejército birmano estaba —y está— ejerciendo sobre esta minoría musulmana. Se ahogaron donde se han ahogado miles de ellos. En la playa de Inani, cerca de Cox’s Bazar, ya en Bangladesh. Cruzan con barcas tan precarias que solo esa noche, explica Brown, de las 100 personas que iban en la embarcación sobrevivieron 17. La imagen fue tomada en septiembre de 2017 y utilizada por Unicef para tratar de concienciar sobre la catástrofe. “Esta foto es capaz de contar lo que supone la muerte de niños. Es algo muy difícil de conseguir. Y él lo hizo”, consideró el jurado.
Estas dos fotografías candidatas pertenecen al mismo fotógrafo: Ivor Prickett. Ambas pertenecen a la batalla de Mosul. Están tomadas con unos meses de diferencia. La primera es en marzo. Muestra a dos filas de civiles, divididos por sexos. «Muestra a los que no tienen voz. A veces, nosotros somos su voz y tenemos que hacer nuestro trabajo. El mundo se está cayendo y ahí está esa niña que tiene, esperas, toda la vida delante de ella. Tú te sientes vinculado con esa niña pequeña. Eso es lo que la hace poderosa«, concluyó el jurado.
La siguiente fotografía es todavía más poderosa: un grupo de soldados iraquíes rescata a un niño entro los escombros de una zona tomada por el ISIS. «Es una historia sobre la vida, sobre la muerte, sobre el dolor. El soldado que lo rescató fue el mismo que luego lo adoptó. Puedes ver la esperanza. Esta foto tiene que afectarte», dijeron los miembros del jurado.
La foto ganadora del año pasado la captó Burhan Ozbilici, fotógrafo turco que captó el momento después de que el embajador ruso Andrey Karlov fuera asesinado en una galería de arte en Ankara (Turquía), el 19 de diciembre de 2016. Karlov fue asesinado por un oficial de la policía turca fuera de servicio, Mevlüt Mert Altıntas, que gritó justo en el que Ozbilici disparó su cámara: «Allahu akbar. No olvides a Aleppo. No te olvides de Siria».
Además de la fotografía del año, hay ocho categorías más: gente, naturaleza, proyectos a largo plazo, noticias generales, medio ambiente (incluida este año), asuntos contemporáneos, deportes y cobertura de deportes. Y hay seis fotografías —excepto en proyectos largos que hay únicamente tres—nominadas por cada categoría. De los 42 fotógrafos nominados, 15 han ganado ya premios anteriores de World Press Photo. Estas son algunas de las fotografías nominadas:
El jurado está formado por nueve mujeres y ocho hombres, pero los seis finalistas para ganar el premios a la imagen del año son todos hombres. Durante el proceso de elección de las fotos finalistas, los jueces en ningún momento conocen quienes son los autores. Aun así, Magdalena Herrera, la presidenta del jurado, asegura que no hubiera supuesto ninguna diferencia: “No podemos elegir según si es una mujer o hombre, elegimos porque es una imagen potente y emocionante”.
“Me hubiera gustado que hubiera más mujeres en las categorías de noticias, porque siempre es importante tener diferentes puntos de vista en las coberturas”, dijo Herrera a The New York Times. Solo el 16% de las personas que se presentaron al premio fueron por mujeres. «Me decepcionó que fueran solo hubiera un 1% más de mujeres solicitantes que el año anterior, porque tratamos este tema como una prioridad y nos asociamos con organizaciones de mujeres fotógrafas y periodistas», dijo Lars Boering, director general de World Press Photo Foundation.