Una playa en el Grand Palais y una nave espacial en el Louvre conquistan la Semana de la Moda

Una playa caribeña recreada bajo el techo de vidrio del Grand Palais y el Museo Louvre reconvertido en una nave espacial han sido los escenarios elegidos por Chanel y Louis Vuitton, respectivamente, para cerrar la Semana de la Moda en París este martes. Las colecciones primavera-verano 2019 presentadas estos últimos días han transformado las pasarelas en un ambiente jovial y colorido. Estas pasarelas han demostrado que la moda se corona como el espacio de la industria cultural que puede lograr lo imposible. Escenarios de ensueño en locaciones históricas. 

Karl Lagerfeld reafirmó su condición de «káiser» de la moda y reinventó, una vez más, la línea de Coco Chanel rejuveneciéndola en una espectacular puesta en escena playera. Poco a poco, la colección que abarcaba desde conjuntos más sobrios y monocolores fue transformándose en elegantes vestidos negros de tul que pasearon entre las olas. De lo que no se prescindió fue de los trajes en tweed y vestidos de lentejuelas que combinó con sandalias planas de piel y PVC transparente con el logo de la casa, que las modelos llevaron agarradas en la mano.

Por su parte, las prendas diseñadas por el francés Nicolas Chesquière para Louis Vuitton, que han sido descritas como una «explosión de colores», se han caracterizado por motivos geométricos, abstractos y de colores alegres. Fueron mostradas en una nave espacial, un escenario futurista para mostrar la colección de la primavera y el verano del próximo año.

Chanel y Vuitton coincidieron en la tendencia de los minibolsos. En el caso de Vuitton, algunos de estos complementos recordaban a una pelota de béisbol o un platillo volante. Chanel, criticada en su último desfile por los ecologistas por haber talado viejos robles para el decorado, ha asegurado que se compromete a «reciclar, reutilizar (…) los elementos decorativos utilizados en sus pases».