Navidades hispanoamericanas
¿Curioso por probar algunos platos latinoamericanos propios de las fiestas? Te contamos cuáles son los que más nos apetecen.
Nadie hubiera podido imaginar la explosiva invasión de las grandes –y no tan grandes- ciudades españolas por las casas de comidas que nos traen las cocinas de la América otrora española: México y Perú en cabeza, una ya veterana presencia argentina y cubana, y pinceladas venezolanas, dominicanas, colombianas y ecuatorianas, fundamentalmente. La cocina de la Hispanidad ha invadido España, y nos hemos vuelto todos –empezando por este cronista- de lo más adictos a ella.
En estos días de fiestas navideñas y de Año Nuevo a uno le haría ilusión en uno de esos restaurantes encontrarse con algunos platos o postres propios de estas fiestas en sus países de origen. Seguro que algunos lo hacen: será cuestión de acertar.
Claro que, debido a la base cristiana y europea –no sólo española e italiana, sino a veces francesa o alemana- de estos platos navideños, no hay entre ellos tanta originalidad autóctona: sí, en Buenos Aires se toman su rico panettone después de zamparse el vitel tonné (o ‘vitello tonnato’, si prefieren la ortografía itálica a la piamontesa, pero siempre es ternera con salsa de atún). Y qué decir del Perú, uno de los países americanos que nos dieron el pavo (llamado ‘peru’ en Portugal), que toman asado como lo tomamos todos…
Pero busquemos algunas cosas más autóctonas y originales, y a ver si las encontramos. En cabeza de la lista de quien suscribe estarían esos tamales que en Venezuela llaman hallacas: la base es una masa de maíz coloreado de amarillo con onoto, rellena de pedacitos picados de gallina, cerdo y vaca, aceitunas, alcaparras, pasas, y envuelto en una hoja de plátano.
En México reina también el pavo, que aquí es guajolote, y, en la capital federal y zona centro, un guiso peculiar, los romeritos, guiso de pan hierba preparado con mole, papas, nopalitos y camarones secos.
¿Y el Perú, que con México se reparte el primer puesto en España? Allí predominan, sobre todo en Lima, tradiciones hispanas, pero con un toque local: así, el lechón se asa en el cilindro, el típico horno peruano. Pero también tiene mucho color local el cordero al palo de Ayacucho, que se asa entero a la brasa tras sazonarlo con pimienta, ají panca, sal, ajo y vinagre, y se sirve con papas, camotes y yucas sancochadas, además de la imprescindible salsa de ají. Y se bebe chicha de jora.
A ver si acertamos… ¡Feliz Navidad!