Sweet Space: el museo del dulce llega a Madrid

Todos hemos querido en algún momento ser Charlie e ir con su entrañable abuelo a la fábrica de chocolate de Willy Wonka. Que ésta fuese real, abrir una chocolatina y encontrar uno de esos tickets dorados. En algún momento nos resignamos, pero lo cierto es que ha llegado a Madrid –al ABC de Serrano– algo que se le parece mucho (si le añades un toque de Avatar). Se trata de Sweet Space, un museo donde el dulce es el protagonista y donde varios artistas –entre ellos, Agatha Ruiz de la Prada y Okuda San Miguel– se han unido para poner todos tus sentidos a prueba.

Una «aventura interactiva». Un recorrido por diez salas temáticas –cada una, diseñada por uno de estos artistas– con exposiciones interactivas y un toque de dulce en cada una. Sobre todo, un buen plan para hacer en familia y dejar un rato de lado este presente tan poco dulce que vivimos.

Algunas pinceladas de lo que espera aquí dentro: un laboratorio de helados donde una persona se encargará de estudiar tu personalidad para sorprenderte con ese sabor que te apetecía, aunque quizás no lo supieses. También está el ‘helado eterno’, creación de Lusesita. Un bosque de caramelo donde te espera una de las creaciones del chef pastelero Christian Escribà (spoiler: sus bombones son la marca de la casa). Un cuarto de sensaciones donde se prueban gominolas de distintos sabores para jugar a localizarlos en las diferentes partes de la lengua.

Agatha Ruiz de la Prada ha creado su propia versión del cielo, con esas nubes que ya sabes, ya las tienes en la cabeza. Con ellas ha creado unos paneles que los visitantes podrán mover a su antojo para tener el mejor encuadre de foto, el cielo a su antojo. Ivanna Gautier ha diseñado una sala cuyas paredes pintó con spray durante un mes y que recrea la puerta de entrada al universo ‘Sweet’. Seguimos: una cascada de piruletas, las lunes de Inés Valls y, por último, un tobogán que recuerda a ese por el que cayó Alicia y que la dejó en el País de las Maravillas. Pues algo parecido: llegamos a la última sala, diseñada por Okuda San Miguel. Un universo paralelo a todo color donde encontramos sus figuras más características: el unicornio, el cerdo y, como no, el atrapasueños, que custodia la sala y «protege de las pesadillas». Todo ello, claro, rodeado de los triángulos de colores con los que el artista impregna todos sus trabajos. Ah, y unas bolas de brownie para rematar.

El recorrido acaba en una tienda donde se pueden comprar réplicas de las obras de los artistas colaboradores y, además, la mejor parte, la guinda del pastel: unos gofres que hacen al instante y con una gran variedad de toppings.

Todo esto nos lo cuentan Corina y Alexandra, que también anuncian que el museo abrirá sus puertas el próximo tres de diciembre y las entradas se pueden comprar ya en su página web.