Helados con sabor a postre para vivir un verano a tu manera
Desde Tolosa, Guipúzcoa, y directos desde su obrador, llegan a pleno de centro de Madrid, los helados con sabor a postre de Casa Eceiza.
Qué mejor forma para combatir las altas temperaturas y la llegada del verano que con un buen helado. Y si es artesano y elaborado a partir del sabor de la tradición, mejor. Olvídate de la operación bikini y de las dietas milagro y vive un verano a tu manera, porque cuando el calor aprieta, el helado es, y siempre será, tu mejor aliado, el must have del verano.
Desde Tolosa, Guipúzcoa, y directos desde su obrador, llegan a pleno de centro de Madrid, los helados con sabor a postre de Casa Eceiza dispuestos a sorprender a los paladares más exigentes. Vainilla con nueces pecán, yogurt con miel, tocino de cielo, crema de mango y cereza negra, tarta de limón…
Íñigo Murua, que fue profesor del área de panadería y pastelería en el Basque Culinary Center durante cinco años, es el creador de estas delicias gustativas. Su fórmula secreta, en palabras del propio diseñador heladero, es «mucho cariño, mimo y tiempo». Porque la cocina sin prisas es sin duda la mejor aliada de un buen producto. «En casa Ezeiza no sabemos hacer las cosas de otra manera», nos cuenta Íñigo, quien asegura que es más difícil hacer un buen helado, que un buen postre. «Yo me paso los días delante del ordenador haciendo fórmulas para dar con la textura correcta. No es lo mismo degustar un helado cuando te lo sirven directamente desde la vitrina al cucurucho, que comprarlo en una tienda y llevarlo a tu casa, con todo el tiempo que eso implica».
Con más de una veintena de sabores diferentes inspirados en tartas, chocolates, turrones, polvorones… Íñigo se decanta por el de vainilla, el de turrón y el de mango con cereza. «La tradición siempre gana», apunta risueño.
Pero claro, para gustos, los colores, así que para hacer tu propia selección, puedes probarlos en Jaleo, C/Mayor, 6, en pleno centro de Madrid. Así que… ¡Al rico helado! Porque en esa cuidada paleta de rosas, amarillos, naranjas, verdes y tostados, el disfrute es tan personal como cada uno de ellos. Y es que con un buen helado en la mano, el verano se ve de otra manera.
