El Prado se apunta al WorldPride con un itinerario de arte homoerótico
Durante dos intensas semanas, Madrid celebra el WorldPride 2017, un acontecimiento de trascendencia global con el que la reivindicación y la fiesta se darán la mano entre unos tres millones de personas. Muchas son las actividades de ocio, deportivas o culturales que acompañarán a madrileños y foráneos en torno a la diversidad, y la mayor pinacoteca de España no podía faltar. Es por eso que el Museo del Prado inaugura una nueva forma de ver su colección permanente, La mirada del otro: Escenarios para la diferencia.
Durante dos intensas semanas, Madrid celebra el WorldPride 2017, un acontecimiento de trascendencia global con el que la reivindicación y la fiesta se darán la mano entre unos tres millones de personas. Muchas son las actividades de ocio, deportivas o culturales que acompañarán a madrileños y foráneos en torno a la diversidad, y la mayor pinacoteca de España no podía faltar. Por eso el Museo del Prado inaugura una nueva forma de ver su colección permanente, La mirada del otro: Escenarios para la diferencia.
Este proyecto, que se inscribe en el marco de las actividades relacionadas con la celebración del WorldPride Madrid 2017 y viene acompañado por una publicación patrocinada por la Comunidad de Madrid, es un itinerario inédito en la pinacoteca madrileña.
Diversos recorridos por 30 obras de distintas épocas que revelan, de una forma u otra, una mirada sobre la sexualidad de manera no normativa. No es en sí una exposición de facto, como la que exhibe la Tate Gallery de Londres (Queer British Art), sino una mirada diferente a obras que ya pertenecían al Prado. Sus comisarios rechazan utilizar la palabra “homosexual” para dar nombre a este nuevo itinerario, ya que el término no apareció hasta el siglo XIX y las obras del recorrido son anteriores.
Cada uno de los diferentes recorridos propuestos, independientes pero complementarios entre sí, refleja “una realidad afectiva cuya consideración social ha sido cambiante con el paso de los siglos y en función de los lugares, y que ha ofrecido diversos y atractivos reflejos en el Arte”, aseguran los comisarios del itinerario. En ellos se subraya, por un lado, el carácter inadvertido, o incluso oculto, que se confirió en el pasado a las iconografías del amor más diverso y, por otro, “el hecho naturalmente inclusivo de su existencia”, apuntan desde el museo.
El viaje inclusivo del Museo del Prado lo iniciamos con esculturas de parejas clásicas como Orestes y Pílades, Adriano y Antínoo, Aristogitón y Harmodio o la de Safo de Lesbos, directamente llegada del almacén de la pinacoteca y que, hasta ahora, no se podía ver. Más allá del mundo clásico, destacan piezas de Botticcelli, Leonardo y Caravaggio y dos obras realmente excepcionales de la colección del Prado: El Cid de Rosa Bonheur y El maricón de la Tía Gila de Goya. Ambas son poco conocidas por el público pero visibilizan dos realidades complementarias de una artista y una iconografía claramente alusiva a los contenidos de este itinerario expositivo. Rosa Bonheur, primera pintora que recibió la Legión de Honor francesa y la Gran Cruz de Isabel la Católica, solicitó a las autoridades un permiso de travestismo para poder vestir con pantalones e ir a ferias de ganado, granjas y trabajar con animales salvajes.
La mirada del otro: Escenarios para la diferencia estará disponible en el Museo Nacional del Prado hasta el 10 de septiembre de 2017.