Abel Pintos: "La canción de amor es un movimiento revolucionario"
Conversamos con el argentino Abel Pintos, uno de los músicos más exitosos de Latinoamérica en la actualidad. Pintos está en España para presentar en los escenarios de Barcelona y Madrid su nuevo trabajo: 11.
Abel Pintos según Abel Pintos es solo “un chico que hace canciones”. Su respuesta es sencilla pero contundente, y además es bastante precisa, porque Abel Pintos, lleva más de 23 años haciendo canciones. Y no, no duerme una cámara hiperbárica de oxígeno, lo que pasa es que Pintos eligió la música como la forma más cómoda de comunicarse con los demás a los 7 años, y ésta fue, poco a poco, pero sin pausa, convirtiéndose en su proyecto de vida, y a los 13 años ya estaba lanzando su primer álbum ‘Para cantar he nacido’, sin duda una premonición.
A lo largo de todos estos años de carrera han ido creciendo tanto él como sus éxitos —11 álbumes editados, varios discos de oro, platino y diamante en su haber— y sus fans, por supuesto. Imposible no mencionarlos, primero porque lo siguen más de un millón y medio de personas en Twitter, y segundo porque para Abel Pintos, los fans son su familia extendida, son con quienes ha pactado un acuerdo de confianza mutua sobre el cual ha edificado su carrera. De hecho su próximo álbum ‘La familia festeja fuerte’ está dedicado a ellos, quienes hicieron posible que cerrara el 2017 con dos Sold Out en el Estadio River Plate de Buenos Aires.
El 2018 trae a Abel de regreso a España, para presentar su álbum más reciente, 11, en dos conciertos, el 29 de Mayo en la sala Bikini de Barcelona y el 30 de Mayo en el Teatro Barceló de Madrid… y ya hemos visto que además ha aprovechado y ha compartido escenarios con Rozalen, en su primer concierto en el WeZink Center de Madrid y con Andrés Suárez en Bilbao.
Compartimos un mate con este chico que hace canciones y nuestra charla fue así…
¿Qué le dirías a alguien que nunca te ha escuchado para que vaya a conocerte?
Solamente que canto y hago mis canciones. La verdad es que yo no creo en eso de ir a conquistar un público… es como con las relaciones, yo no creo demasiado en la conquista, creo que hay una conexión que se genera y se logra de forma natural o no se logra. Y punto.
Si yo me comunico y la gente está lo suficiente abierta y dispuesta a que la conexión suceda entonces no tengo más que hacer ni más que contar. Y por otro lado considero que la música cada uno la interpreta y la experimenta de manera completamente distinta, cuando yo hago una canción y la produzco lo hago desde mis necesidades, no quiere decir que nada de todo eso tenga que condicionarte a vos qué va a significar para vos, cómo la vas a interpretar y qué importancia le vas a dar, eso es todo un tema tuyo.
Has tenido una carrera larga y ecléctica que va desde el folklore hasta el pop y hace unos años das un salto incremental tremendo… ¿a qué crees que se debió?
Al paso del tiempo y su efecto en las relaciones. La confianza que es posible entablar entre las personas con el paso del tiempo y con las cosas que se comparten y se experimentan en conjunto. El publico que me acompaña hoy hace 23 años que me conoce y hemos aprendido a confiar en el otro. Por eso les llamo familia, porque realmente el cuidado y el trato pasa a trascender un poco la condición de artista y público y pasamos a cumplir todos un rol fundamental para el éxito de un concierto, de una gira.
Y esa conexión una vez que se establece es para siempre…
Yo creo que en órdenes generales sucede siempre así. Después hay conexiones más intensas o menos intensas, pero habitualmente en cualquier orden de la vida cuando vos compartes con alguien y creas algún tipo de lazo a menos que alguna de las dos partes decida terminar con eso o faltarle el respeto a eso, no tiene por qué acabarse.
Yo empecé haciendo música folclórica y me fue muy bien haciendo música folclórica, después hice pop y me fue muy bien haciendo pop, no hice una cosa o la otra para cambiar la realidad. No me convertí en un artista pop porque en el folklore no me fuera bien. Fueron cambios naturales, cambios que yo necesité. Me gusta considerarme un artista por el hecho de considerarme una persona que elige el arte como medio de expresión y todo artista es curioso de forma innata y esencial y esa curiosidad me ha llevado a distintos géneros. No me preocupa ni siquiera saber qué género vaya a poder ocupar en el futuro mientras ese género y esa estética puedan representar lo que yo quiero decir que es lo que realmente importa, van a estar bien.
Es una evolución natural y no descartas que en el futuro migres a otros géneros expresivos…
Migre o regrese. Al final para mi los géneros musicales son estética pura y uno va necesitando de varias estéticas para reflejar algo tan etéreo y tan metafísico como son los sentimientos.
Has colaborado con bastantes artistas, incluidos cantantes y compositores españoles como Serrat, que no es decir poco, Rozalén y Pablo Alborán. ¿Con quién sueñas con colaborar ahora?
Rubén Blades o Marc Anthony, me gusta mucho como canta. Lo que sucede es que para mi la música es algo bastante sensible y que afecta bastante mis sentimientos y cuando la otra persona está predispuesta a recibirlo a uno eso afecta también las emociones del otro. Me sucede que cuando colaboro con alguien necesito primero encontrarme como persona antes de compartir ese idioma tan sensible y tan bonito como es la música. Me ha pasado de conocer gente que admiro mucho y de repente no tener ningún tipo de conexión y entonces preferí siendo su fan y seguir comprando sus entradas y sus discos y no hacer algo que no es genuino por mucho que me pudiera haber servido o significado desde un punto de vista artístico o de marketing si se quisiera.
En cambio tengo la felicidad y el orgullo de decir que todos los artistas con los que he colaborado son mis amigos… bueno, salvo dos excepciones o tres: León Gieco, Joan Manuel Serrat, Ana Belén y en su momento Mercedes Sosa, no podría haberlos considerado nunca amigos míos porque están en otro plano, son como semidioses de alguna forma. Pero sí me han brindado mucho cariño y me he sentido muy a gusto con todos ellos antes de cantar, de otra manera hubiese declinado las invitaciones o no las hubiese cursado yo.
Pero bueno, a lo que voy con esto es que me encantaría tomar primero un café con Rubén Blades o con Marc Anthony y si nos pasaremos un buen rato sería hermosísimo después cantar algo juntos.
¿Cuál es la fuerza motora detrás de 11, tu nuevo trabajo?
Es el álbum probablemente más maduro de mi carrera, porque cada disco de mi carrera refleja una etapa muy particular de mi vida, y creo estar entrando en esta etapa de mi vida con los primeros conceptos de madurez en líneas generales. Por eso considero y siento que este disco será un primer paso en lo que espero será todo un camino de aprendizaje en esta madurez que pretendo alcanzar en algún momento de forma completa y este disco lo siento de esta forma.
Tiene 11 canciones, de casualidad, o de causalidad, porque no lo elegí, es el disco número 11 de mi carrera. La mitad del disco la produje con Leiva a quien admiro mucho, fue un placer trabajar con él, él me hizo creer mucho musicalmente también. Él es un tipo muy maduro, muy joven pero a la vez muy maduro. Y la otra mitad del disco la produje con Martin Terefe que es un productor sueco que vive en Londres que es el productor de muchos discos que a mi me gustan mucho y entonces me di el gusto de poder ir a conocerle.
En esta era de fake news y nacionalismos exaltados… ¿la canción de amor se convierte en canción de protesta, en movimiento subversivo? ¿Cómo se planta la canción de amor hoy?
Yo creo siempre funcionó así la canción de amor en los diferentes momentos de la historia de la música y de la humanidad porque al final la humanidad siempre se ve sacudida cada tanto por situaciones que verdaderamente nos cambian. Nos cambian la forma de ver, de ser, de comunicarnos, me imagino que cuando habrá sido el papel prensa habrá sido una locura, toda una revolución y cuando la gente podía conseguir libros por primera vez y la gente podía leer por primera vez en la Argentina algo que había escrito un tipo en Alemania.
Todo eso nos ha ido cambiado, son momentos paradigmáticos y eso va a seguir sucediendo. Hoy sucede con las redes sociales y mañana sera con algo que ni nos imaginemos y que nos seguirá cambiando. Pienso que todas estas son herramientas para la evolución.
Y la canción de amor al final también ha resultado -creo- un movimiento revolucionario. Solemos pensar que las revoluciones son para afuera para cambiar algo que está afuera, pero en realidad estamos revolucionándonos constantemente contra nosotros mismos. Nuestro cuerpo, nuestro espíritu se revoluciona constantemente contra nuestra mente que piensa en crear cosas que no existen, que no son esenciales, entonces nuestro espíritu le juega la contrarespuesta diciendo “la verdad está aquí adentro, no está ahí afuera”.
Considero que la música y sobre todo la canción de amor funcionó siempre de esa manera porque la canción de amor siempre nos va a llevar a pensar en algo más esencial que externo o pasajero…
…y por lo tanto más universal, supongo.
Exacto. Y por eso sigue funcionando la canción como este idioma del que te hablo y por eso en la canción de amor parece que todos estuviéramos hablando de lo mismo, y sin embargo todos estamos hablando de algo distinto porque todos somos un universo y todos tenemos algo que decir, que aportar desde ese lugar.
Siendo cantante desde los 11 años… ¿alguna vez te ha pasado por la mente alguna otra cosa?
Me pasó pero antes de saber que podía ser cantante, cuando era un niño. A los 5 o 6 años, quería ser bombero o superhéroe, pero tan pronto entendí que la música podía funcionar, elegí la música.
Yo era un niño muy extrovertido o muy enérgico, pero no sabía poner en palabras lo que me sucedía, por ejemplo era capaz de decir que sentía miedo, pero no era capaz de decir por qué sentía miedo, entonces cuando me encontraba en esa situación me servía mucho ir a buscar música que me gustara, dar play a una canción que me generara algo parecido a lo que me estaba pasando para que alguien más pudiera interpretar lo que yo estaba sintiendo en ese momento.
Más adelante empecé a cantar yo esas canciones y ahí realmente sentí que funcionaba, que yo sabía hablar con canciones. A partir de ahí ya no tuve la ilusión de ser o de hacer nada más.
Existe algún tema social que te interese explorar a través de la música o fuera de ella. ¿Tiene Abel Pintos una causa?
En realidad me ocupan todas las situaciones que nos afectan de forma social porque son responsabilidad de todos al final. La conciencia sobre el cuidado de los elementos naturales, la conciencia sobre el cuidado de nosotros como elementos naturales y también la conciencia sobre las estructuras y la reestructuración constante de las reglas como parte de una sociedad, de las reglas de convivencia para que todos podamos convivir de la mejor manera posible, dentro de lo posible.
Me pasa, sin embargo, que nunca me ha tocado de tener el instinto natura de a al hora de escribir una canción, hacer como una especie de crónica de una situación social en particular sino que lo que me sucede es: pienso en determinada situación social que me ocupa y termino escribiendo una canción, probablemente de amor, o que habla de amor, con la que siento que puedo hablar de eso sin tener que hablar literalmente de esa situación en particular. ¿Por qué? Porque verdaderamente considero que el amor es la raíz de todo lo inherente, y también lo adherente, al ser humano. Considero que ahí nace todo. Todas nuestras virtudes y todos nuestros defectos. Entonces a mi me gusta ir a la raíz, abrazarme a la raíz, y si la raíz está podrida, bueno abrazarla igual al final. Es mi forma de ver las cosas.
¿Cuáles son tus expectativas de esta nueva gira por España?
Muchas, claro, porque es aún de las primeras veces que vengo y para mi salir de Argentina y poder representar a toda aquella gente que confió a mi durante tantos años y tratar de conectarnos a todos con personas de otros lugares es una situación y una oportunidad muy valiosa. Cada concierto que di en Madrid, y en España en órdenes generales, siempre fue en recintos cada vez más grandes, la atención es cada vez mayor, y al final las expectativas son siempre las mismas ¿viste? Yo considero que es un gesto muy amable que el público venga al concierto y yo voy a estar ahí dando lo mejor para que ellos se la pasen tan bien como me lo paso yo arriba del escenario.
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Si queréis seguir conociendo a Abel, ahora de una manera un poco más distendida (¡y en vídeo!) aquí las 11 Preguntas Random que le hicimos.