El superhechizo de la superluna
Se deja ver en la noche, pero siempre está ahí. Bella, radiante, imperial. Gobernando el cielo en la oscuridad con su dulce fulgor. La poderosa energía de su influjo es objeto de veneración y estudio a partes iguales. La trascendencia de su naturaleza roza el misticismo.
«Cuando el sabio señala la Luna, el necio se fija en el dedo» Proverbio chino
Se deja ver en la noche, pero siempre está ahí. Bella, radiante, imperial. Gobernando el cielo en la oscuridad con su dulce fulgor. La poderosa energía de su influjo es objeto de veneración y estudio a partes iguales. La trascendencia de su naturaleza roza el misticismo.
Así es la Luna, nuestra Luna, símbolo de inspiración para poetas y enamorados. “En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la Luna”, escribió Gustavo Adolfo Bécquer. El romanticismo que desprende su embrujo es inabarcable.
Y este 14 de noviembre de 2016, ese talento innato cobrará una fuerza especial. En su elíptico viaje alrededor de nuestro planeta, la Luna estará muy cerca del punto de su órbita más cercano a la Tierra, llamado perigeo. Concretamente 48.280 kilómetros más cerca que cuando está en el punto más lejano, el apogeo. La Luna se podrá observar un 14% más grande y un 30% más luminosa de lo habitual, algo que no ocurría desde enero de 1948.
A este espectacular fenómeno se le conoce como superluna, un nombre muy apropiado para definir la hegemonía del astro en el firmamento nocturno. El término fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle, que describió el suceso como “una luna nueva o llena que se encuentra dentro del 90% de su máximo acercamiento a la Tierra en una órbita determinada”. Así, la Luna recibe luz solar y la reflecta directamente haciendo que se vea más grande y brillante. Con el paso del tiempo, el término se ha popularizado para referirse a una luna llena que está más cerca del perigeo que la media.
Las superlunas son relativamente frecuentes, aunque su intensidad varía en cada ocasión. La última tuvo lugar el pasado 16 de octubre y, después de la de este 14 de noviembre, habrá otra el próximo 14 de diciembre. No obstante, la superluna que nos atañe con motivo de este artículo tiene un protagonismo particular, ya que no se repetirá ninguna semejante hasta el 25 de noviembre de 2034. Lo dice la NASA, que también asegura que será la más grande hasta la fecha en el siglo XXI.
Según Nolle, la presencia de una superluna estaría asociada a un mayor riesgo de fuertes huracanes, erupciones volcánicas y terremotos. Al estar cerca del perigeo, la fuerza gravitacional de la Luna sería considerablemente superior, lo que además afectaría a su influencia en las mareas. Sin embargo, numerosos expertos internacionales han negado esta teoría rechazando la posibilidad de que se produzcan dichos fenómenos naturales. De hecho, en anteriores superlunas no ha ocurrido nada de esto.
Un mito más que se une al ya amplio repertorio de leyendas atribuidas a la Luna. Todas las culturas que han habitado en la Tierra le han asignado muchos de los acontecimientos que ocurren por otras causas, normalmente naturales. Sus ciclos duran 28 días, igual que el periodo menstrual de las mujeres, lo que hizo que en la antigüedad la Luna fuera adorada como una deidad que marcaba la fertilidad humana. En general, desde siempre ha representado el poder femenino, el conocimiento interior o la protección de la luz frente a la oscuridad, aunque también ha tenido otros significados menos “amables” en el mundo del esoterismo y la magia negra.
La superluna de este 14 de noviembre está preparada para hechizar cualquier mirada. Habrá ojos tan abiertos y tan absortos que a buen seguro harán disfrutar a la reina de la noche, lista para sembrar de seducción los cielos de todo el planeta desde su posición privilegiada. En ocasiones previas, dejó maravillosas imágenes como las que tenéis a continuación.