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Medio Ambiente

¿Por qué está la selva del Amazonas en manos de Noruega?

Si la deforestación no para, Noruega dejará de dar dinero para la supervivencia de esta gran selva

¿Por qué está la selva del Amazonas en manos de Noruega?

La selva tropical del Amazonas es una de las grandes joyas naturales que esconde el planeta en el que vivimos. La Amazonía, esa vasta región que ocupa hasta ocho países, entre los que están Brasil, Perú, Colombia y Venezuela, es el bosque tropical más extenso del mundo, lo que supone ser también el gran pulmón de la Tierra. Lo curioso es que a casi 10.000 kilómetros de distancia se encuentra una pequeña nación europea sobre la cual recae la principal fuente de ingresos para proteger este gran pulmón: Noruega.

Según datos publicados por Amazon Fund, la principal organización de preservación de la selva del Amazonas, Noruega es el sustancial donante del fondo con 7.692.680.000 coronas noruegas, casi 800 millones de euros comprometidos. Por detrás están Alemania, con 54.920.000 euros comprometidos, y la compañía petrolera brasileña Petrobras, que ha donado casi 7.000.000 de euros al fondo, la totalidad de lo que había prometido.

Ahora, este importantísimo apoyo económico está en peligro: si la deforestación no para, Noruega dejará de dar dinero para la supervivencia de esta gran selva.

El Amazon Fund fue creado en 2008 por el entonces presidente Lula Da Silva con el ánimo de impulsar la conservación de la Amazonía y poder recaudar el dinero necesario para ello. Aunque en los primeros años el rendimiento del fondo fue excelente, en 2015 se estancó. Aquel periodo fue el primero en 10 años en el que la deforestación creció, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales del Brasil. Según las cifras más recientes, la intensa deforestación de los últimos 50 años ha acabado ya con el 17% de la vegetación de la región, y los expertos advierten de que, de alcanzar el 20%, la selva puede quedar convertida en una extensa sabana. La Amazonía está a un 3% de perder su condición de pulmón planetario, lo que sería una enorme catástrofe medioambiental, pero también está a un 3% de perder la financiación del país nórdico.

La deforestación se suma a la truculenta situación política brasileña y los constantes escándalos de corrupción que salpican al establishment del país sudamericano. Hace no mucho veíamos un hecho sin precedentes: el encarcelamiento del propio Lula, el gran impulsor del Amazon Fund hace 10 años. Una imagen reveladora y que puede influir negativamente la supervivencia de estos bronquios planetarios.

Noruega no está dispuesta a que los fondos que proporciona para salvar el gran pulmón del planeta vayan a corruptelas. Y, de retirarse, el problema no haría más que aumentar. El Amazon Fund lo coordina el Banco Brasileño para el Desarrollo, que es muy consciente de que sin el apoyo noruego la capacidad operativa del fondo se desmorona. El país nórdico ya ha amenazado con retirar su apoyo si no se emplean correctamente los millones y millones de euros que dona para paralizar una deforestación que no cesa. El futuro de la Amazonía está en manos de Noruega.

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