El aceite de oliva y el vino, en jaque por el cambio climático
Si la temperatura global sigue aumentado, la vid y el olivo serán árboles que no se podrán plantar y, por tanto, el vino y el aceite podrán desaparecer de la producción de nuestro país.
Las consecuencias del cambio climático están afectando a nivel mundial. Huracanes cada vez más potentes, sequías e inundaciones más intensas, la temperatura media y el nivel del mar en aumento, desiertos más áridos, tierras incultivables… El cambio climático constituye la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad, eso es ya un hecho avalado por estudios y expertos. Haití, Guyana y Bolivia son, por ejemplo, los países más vulnerables de América ante este fenómeno; España, Grecia e Italia los de Europa.
«De forma general, el cambio climático responde peor en las zonas llanas como las dos Castillas, Andalucía y el Levante, donde la carencia de agua ya es algo crónico», cuenta a The Objective Javier Andaluz Prieto, coordinador de Clima y Energía de Ecologistas en Acción, y agrega: «En las llanuras los incrementos de la temperatura global se dan de una forma mucho más rápida por los pisos bioclimáticos, las zonas más elevadas suelen tener más resistencia».
En este sentido, Prieto hace hincapié en un tema al que, según su opinión, no se le está prestando la suficiente atención. «La Marca España está amenazada por el cambio climático». Esto es, «si la temperatura global sigue aumentado, la vid y el olivo serán árboles que no se podrán plantar y, por tanto, el vino y el aceite podrán desaparecer de la producción de nuestro país».
Esta afirmación la avala el informe ‘Cambio climático en Europa. Percepción e impactos’, elaborado por el climatólogo y experto del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU Johathan Gómez Cantero, para Equo, el cual asegura que «el calor haría prácticamente inviable la supervivencia de las vides en algunas zonas como los valles del Duero, del Guadiana y en Navarra», y «afectará a sectores clave de la economía española como el turismo o la producción de productos tradicionales como el aceite de oliva».
El estudio se sitúa en un plazo de 35 años y en un escenario en el que las temperaturas suban entre 4 y 5Cº de media. Panorama no muy incierto dado que según el experto, «no parece que vayamos a cumplir el compromiso de mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2ºC». Cerca de 200 países acordaron fijar en 1,5 ºC el umbral máximo de aumento de la temperatura del planeta, sin embargo, para ello es necesario reducir las emisiones de carbono lo más cerca posible a 0 para el 2050.
De esta forma, de producirse esta certeza, las consecuencias económicas para España serían devastadoras. Hablar del aceite de oliva es comprender la importancia de nuestro país como productor estratégico y fuente de abastecimiento de todo el mundo ya que su producción supone el 44% del total mundial y el 62% de la europea, con unos ingresos económicos en las dos últimas campañas que han superado los 3.500 millones, según datos publicados por Cooperativas Agroalimentarias. Además, en 2017 también lideramos el mercado mundial del vino con unas ventas de 22,8 millones de hectolitros por 2.850 millones de euros, según los datos manejados por el Observatorio Español de los Mercados del Vino.
Veranos más calurosos, lluvias torrenciales
Los fenómenos meteorológicos extremos son una de las características del cambio climático. Consecuencias que ya estamos viviendo. Como el pasado verano, cuando sufrimos la segunda temporada veraniega más calurosa desde que se tienen registros (1965), alcanzando una temperatura media de 24,7 ºC. En este ranking sólo le supera el verano del 2003, cuando la temperatura media alcanzó los 25ºC.
«No debemos olvidar que el calor es un fenómeno que mata», hace hincapié Javier Andaluz, «solo hay que recordar el verano de 2015 en Francia, cuando 700 personas fallecieron por olas de calor en el país«.
En este punto, también informa del riesgo que sufre España por una invasión de mosquitos con la subida de temperaturas. Insectos que ahora no están en la península y y que traen enfermedades «bastantes complicadas», como el portador del ébola o el de la malaria.
Pero por si fuera poco, las lluvias no ayudarán a contrarrestar estas elevadas temperaturas, ya que llegarán de forma torrencial con consecuencias, sobre todo para la agricultura, devastadoras. «Estas precipitaciones producirán más riadas de barro y agua que no te hacen enfermar, pero no te pueden matar», aclara el experto, que recuerda que vivimos en un país donde «no ha importado» construir dentro de cauces y zonas donde habitualmente no pasa el agua durante el año pero sí cuando se producen estas lluvias torrenciales.
Gobierno y cambio climático
Para el coordinador de Clima y Energía de Ecologistas en Acción, los grados de concienciación en la sociedad «cada vez son mayores», algo que no es así en nuestra clase política. Este año, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) dispondrá de 1.810 millones de euros en 2018 para aguas, costas y cambio climático. Sin embargo, para el experto es insuficiente ya que lo importante es aprobar lo más pronto posible una ley contra este fenómeno. «Todos los países de nuestro entorno tienen leyes contra el cambio climático desde 2008», sin embargo, España cuenta solo con un borrador que se prevé sea aprobado en junio pero que según teme, «con esto de la moción llegará cuando llegue», muestra con poco entusiasmo el experto que asegura que antes de 2050 «habrá un punto crítico».