Así es como la tecnología puede llevar a África a liderar la asistencia sanitaria
La tecnología avanza a pasos agigantados y está cada vez más presente en nuestras vidas. Ámbitos como la Defensa o los transportes se ven beneficiados por ella, pero no son los únicos. Cada vez son más los avances tecnológicos en asistencia sanitaria, y su aplicación en África podría llevar al continente a liderar la asistencia sanitaria bottom-up (‘de abajo arriba’).
La tecnología avanza a pasos agigantados y está cada vez más presente en nuestras vidas. Ámbitos como la Defensa o los transportes se ven beneficiados por ella, pero no son los únicos. Cada vez son más los avances tecnológicos en el sector de la medicina y la salud y, su aplicación en África, podría llevar al continente a liderar la asistencia sanitaria bottom-up (‘de abajo arriba’).
Desde los macrodatos hasta la genómica, la fusión de los avances tecnológicos en los ámbitos físico, digital y biológico está cambiando las herramientas y las técnicas más importantes de la medicina y la salud pública.Hasta ahora, el proyecto Watson de IBM está combinando cantidades de datos clínicos y sociales sin precedentes para transformar los ensayos de medicamentos y los sistemas de tratamiento de enfermedades. La secuenciación de ADN es en la actualidad una parte principal de la asistencia médica en países de todo el mundo.
Como médico, veo un denominador común en los cambios que se avecinan: un enfoque cada vez más centrado en el paciente para la asistencia médica. Una mejor información y una tecnología más personalizable implican herramientas y métodos más personalizados para promover el bienestar.
Sin embargo, algunos sistemas de salud del mundo desarrollado, que se centran en los modelos de asistencia del siglo XX, podrían tener problemas para adaptarse a un mundo de asistencia bottom-up (‘de abajo arriba’). En África, donde los sistemas de salud se están desarrollando rápidamente, la Cuarta Revolución Industrial en la asistencia de la salud puede afianzarse de manera más decisiva.
A pesar de todos los recursos y ventajas tecnológicas del mundo rico, muchos sistemas de salud de Europa y Norteamérica están inmersos en antiguas formas de pensar: la preocupación central en la costosa asistencia de salud secundaria y terciaria, un énfasis en el tratamiento y no en la prevención, y normas y procedimientos que dificultan aprovechar al máximo las nuevas tecnologías de información omnipresentes, como el teléfono inteligente en prácticamente todos los bolsillos. Todo esto es comprensible. Los países altamente industrializados tienen formas antiguas de hacer negocios en el sector de la salud. Es difícil transformar los sistemas heredados.
Los países africanos tienen la oportunidad de ser los pioneros de un modelo de asistencia del siglo XXI. Los países del continente ya se centran en gran medida en la asistencia preventiva: piense en la administración masiva de medicamentos para enfermedades parasitarias, la quimioprofilaxis contra la malaria o la medicación antirretroviral profiláctica para prevenir la infección por el HIV. África ya utiliza la tecnología para gestionar las limitaciones de recursos humanos: considere por ejemplo cómo los servicios de texto de médicos que se encuentran lejos apoyan a los asistentes de partos capacitados. Además, en todo el continente, los servicios basados en teléfonos móviles —como SMS For Life— han transformado las cadenas de suministro de medicamentos contra la malaria y de otros medicamentos, y han reducido notablemente el desabastecimiento de los tratamientos.
Estas transformaciones son necesarias. Con las economías y la urbanización en aumento, las enfermedades no transmisibles (noncommunicable diseases, CDN) presentan nuevos desafíos para los sistemas de salud emergentes de África. En Sudáfrica, por ejemplo, las enfermedades no transmisibles como la diabetes y las cardiopatías son responsables en la actualidad de al menos el 40% de las muertes. Además, en todo el continente, se prevé que esas enfermedades sean la principal causa de mortalidad en poco más de una década.
Creemos que el camino hacia el éxito al abordar la «carga de enfermedad doble» de África, tanto las CDN como las enfermedades infecciosas, se llevará a cabo mediante el desarrollo y la adopción de sistemas médicos de bajo costo y alta calidad que animen a las personas a gestionar su propia salud. Las tecnologías móviles y los nuevos avances en la asistencia personalizada pueden hacer que el éxito sea posible.
Las transformaciones ya están sucediendo en países como Ghana, en donde el proyecto comunitario de mejora de la hipertensión (community-based hypertension improvement program, ComHIP) tiene como objetivo cambiar el momento en el que los pacientes con presión arterial alta acceden a la asistencia médica desde el hospital regional (que a menudo está atestado y distante) a la comunidad. En todo el continente, se utilizan dispositivos móviles y telemedicina para ayudar a las enfermeras de la comunidad a tomar decisiones y garantizar una conexión fluida con los trabajadores de la salud y los médicos de la comunidad, según sea necesario. Los mensajes SMS y de voz se utilizan para la educación del paciente a fin de reducir los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y apoyar el cumplimiento del tratamiento. Ruanda se convirtió recientemente en el primer país del mundo en incorporar tecnología de drones a su sistema de asistencia médica, y la utiliza para entregar sangre para transfusiones; Tanzania ahora también está implementando un modelo similar.
No todas las soluciones inteligentes son de alta tecnología: En Kigali, la capital de Ruanda, por ejemplo, existe un día libre de automóviles por mes para fomentar la prevención y el bienestar a través del desplazamiento en bicicleta y a pie. Esto es algo que pocas ciudades europeas o estadounidenses han podido lograr.
Ciertamente, la doble carga va más allá de África. Los países asiáticos y sudamericanos están lidiando con el envejecimiento de la población y los desafíos constantes de las enfermedades infecciosas. También están desarrollando programas que pueden servir como modelos para África y el resto del mundo.
Solo aproximadamente de un tercio de los ciudadanos de la India tienen acceso a servicios de asistencia médica modernos, y alrededor de dos tercios del país viven en áreas rurales. En este contexto, Novartis creó un programa llamado Arogya Parivar («familia saludable» en hindi) para reclutar y capacitar al personal local de pueblos remotos para que se conviertan en «educadores de la salud». Estas personas ayudan a informar a las comunidades sobre la buena salud, la prevención de enfermedades y la importancia de buscar un tratamiento oportuno. Los equipos locales trabajan con médicos para organizar campamentos de salud en aldeas remotas: clínicas móviles que ofrecen acceso a exámenes de detección, diagnóstico y terapias. Actualmente, el programa también está probando un proyecto de e-salud (asistencia de salud informatizada) para vincular a los habitantes con los médicos en las instalaciones de asistencia primaria de salud, y de este modo, acercar los servicios de salud de calidad a las comunidades más remotas.
Arogya Parivar tuvo tanto éxito que desde entonces hemos reproducido el programa en Kenia y Vietnam. Desde 2010, el alcance en las áreas rurales a través de estos programas ha proporcionado educación sobre salud a más de 30 millones de personas y beneficios directos de salud a tres millones de pacientes mediante el diagnóstico y el tratamiento. Estas innovaciones sistémicas se verán intensificadas por la aparición de nuevas tecnologías de salud intersectoriales.
Es una buena noticia que muchos gobiernos africanos apunten a una cobertura de salud universal basada en un sistema de asistencia primaria competente, equitativo e innovador. A medida que los sistemas de asistencia de salud europeos y norteamericanos hacen frente a una demanda extraordinaria por parte de poblaciones que envejecen rápidamente, podemos ver la adopción de innovaciones Lean (esbeltas) iniciadas en África y otras partes del mundo en desarrollo. En la nueva era de la asistencia ‘de abajo arriba’ personalizada, los países en desarrollo tienen una poderosa oportunidad de liderar.
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Artículo publicado originalmente en el World Economic Forum en español.