Los ríos del mundo están llenos de antibióticos

Desde el Támesis hasta el Tigris; desde el Danubio hasta el Níger. El mayor estudio realizado hasta la fecha sobre contaminación fluvial concluye que de los 711 ríos analizados en 72 países, en el 65% de ellos se han encontrado restos de antibióticos, incluso 111 exceden el máximo sanitario permitido hasta 300 veces.

La trimetoprima, un antibiótico de uso casi exclusivo en el tratamiento de infecciones urinarias, ha sido el más detectado, hallándose en 307 ríos de los 711 analizados, según el informe presentado el 27 de mayo en la conferencia de la Sociedad de Toxicología Ambiental y Química en Finlandia, donde han advertido que esta contaminación es una de las vías clave por las cuales las bacterias pueden desarrollar resistencia a los medicamentos, haciéndolos ineficaces para el uso humano. «Muchos de los genes de resistencia que vemos en patógenos humanos se originaron a partir de bacterias ambientales», ha asegurado el profesor William Gaze, de la Universidad de Exeter.

Y es que según la ONU, el aumento de las bacterias resistentes a los antibióticos es una emergencia de salud mundial que podría matar a 10 millones de personas en 2050. Las enfermedades resistentes a los medicamentos causan al menos 700.000 muertes al año en todo el mundo, incluidas 230.000 muertes por tuberculosis resistente a las multidrogas, según un informe del Grupo de coordinación interinstitucional de las Naciones Unidas sobre resistencia a los antimicrobianos.

Alto riesgo en Asia y África

Los ríos con más niveles de contaminación se han encontrado en Asia y África, siendo Bangladés, Kenia, Ghana, Pakistán y Nigeria los lugares donde los antibióticos superan con creces los niveles permitidos. En Kenia, en uno de sus ríos eran tan altos los niveles de contaminación que todos sus peces habían perecido; y en Bangladés, uno de sus afluentes, cercano a una fábrica de medicamentos, mostraba concentraciones de metronidazol 300 veces mayor que el nivel «seguro».

Sin embargo, aunque con mayor frecuencia los ríos de Asia y África exceden el máximo sanitario permitido, Europa y América también presentan niveles que muestran que la contaminación con antibióticos es un «problema global».

En el río Támesis,  considerado como uno de los ríos más limpios de Europa, y en uno de sus afluentes en Londres, los investigadores detectaron una concentración máxima de claritromicina de 233 nanogramos por litro (ng/l), un antibiótico que se prescribe para infecciones como la neumonía y la bronquitis. La sobredosis del medicamento puede provocar dolor abdominal, vómitos, náuseas y diarrea; y el Danubio, que fluye desde Alemania a través de 10 países hasta el Mar Negro, ha sido considerado el río más contaminado de Europa con muestras que contenían hasta siete antibióticos.

Los medicamentos encuentran su camino hacia los ríos a través de desechos humanos y animales y a través de las fugas de las plantas de tratamiento de aguas residuales y de las propias plantas farmacéuticas. Un artículo publicado en New Scientist, asegura que las fábricas en India que producen antibióticos baratos para el mundo están tirando sus desechos en lagos y arroyos.

Dónde desechar los medicamentos no utilizados

De vez en cuando toca revisar el botiquín de casa e, inevitablemente, nos encontramos con medicamentos caducados. ¿Qué debemos hacer con ellos? ¿Qué medicamentos se reciclan? ¿Dónde llevarlos?

Desde Kern Pharma aseguran que «todos los medicamentos se pueden reciclar» independientemente de si son pastillas, jarabes, pomadas, grageas, etc. y, dado que son productos especiales, «en ningún caso se deben mezclar con la basura de casa o tirarse por el desagüe«.

En España, la función del reciclaje de medicamentos la asume el Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases, más conocido como SIGRE. Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que cuenta con la colaboración de los laboratorios, los distribuidores farmacéuticos y las boticas, y que puedes encontrar en unas 20.000 farmacias en toda España.