Cómo prohibir el plástico en la ciudad que usa tres millones de bolsas al día
Ciudad de México ha prohibido la distribución y venta de bolsas de plástico de un solo uso a partir del 1 de enero de 2020
En Ciudad de México se utilizan al día alrededor de 3,6 millones de bolsas de plástico de un solo uso. Cada uno de los casi de nueve millones de habitantes de la capital —sin contar los otros 12 millones de la zona metropolitana— consume 150 de estas bolsas al año, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente mexicana. Duran de media entre 12 y 15 minutos. Después, a la basura. Allí tardan más de 100 años en desintegrarse, y no sucede en todos los casos. El porcentaje de reciclaje es mínimo, por su difícil descomposición. Mientras, la ONU advierte de que en 2050 habrá más plástico que peces en los océanos.
Las cifras obligaron a despertar al Gobierno de la capital mexicana, que aprobó el 9 de mayo de este año que se prohibiera la venta y la distribución de bolsas de plástico desechables. La medida entra en vigor este 1 de enero de 2020.
A partir de esta fecha, los establecimientos que ofrezcan estas bolsas se enfrentan a multas de entre 37.000 y 161.000 pesos mexicanos (entre 1.750 y 7.500 euros). Sí se podrán distribuir aquellas bolsas necesarias por «razones de higiene o que prevengan el desperdicio de alimentos”.
La iniciativa del Ejecutivo mexicano es incluso más ambiciosa que la aprobada en España en mayo de 2018 —que empezó a funcionar el 1 de julio—: no solo elimina su distribución gratuita sino que tampoco permite a los establecimientos cobrar por las bolsas.
Según los datos del Ministerio de Transición Ecológica español en nuestro país se redujo casi un 24% el consumo de las bolsas de plástico ligeras (entre 15 y 50 micras) con solo obligar a pagar por ellas, un precio que iba de cinco a 30 céntimos.
La norma en Ciudad de México comienza con las bolsas, pero la prohibición se extenderá en enero de 2021 a cubiertos, platos y vasos de plásticos, cápsulas de café, globos, bastoncillos o aplicadores de tampones. Así más de una decena de artículos de plástico no podrán venderse en la capital al año que viene.
«Este tipo de medidas son el paso correcto. No solucionan todo el problema de la contaminación, pero ayudan a disminuir los residuos que estamos generando, que son a la vez los principales que están contaminando», explica a The Objective Ornela Garelli, portavoz de la campaña Océanos sin plástico de Greenpeace México.
En Ciudad de México se generan cada día 12.816 toneladas de residuos sólidos, un promedio de 1,4 kilogramos por persona, según los datos Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad (SEDEMA). De ese total, 128 toneladas diarias corresponden a residuos plásticos y menos de la mitad se recicla, informó Marina Robles, la titular del ministerio.
Ante la prohibición total de entregar bolsas de plástico, el Gobierno local ha firmado un acuerdo con supermercados, como Walmart y Chedraui, o la cadena de tiendas Oxxo, para ofrecer gratis bolsas de tela o de otros materiales sostenibles durante el mes de enero. Después de ese período se distribuirán bolsas de plástico compostables.
«Al usar una bolsa de tela, podrás ahorrar seis bolsas por semana. Es decir, 24 bolsas al mes, 288 al año o 22.176 bolsas durante una vida promedio», explica, por su parte, en un documento online el Gobierno de la ciudad.
Bolsas de tela, mochilas o morrales son algunas de las alternativas para dejar de usar bolsas de plástico desechables. ¿Qué otra opción agregarías? 👀 pic.twitter.com/gaH6FkF8r7
— Secretaría del Medio Ambiente (@SEDEMA_CDMX) December 29, 2019
La representante de Greenpeace también hace hincapié en la huella ambiental de estas alternativas: las de cartón o papel «trasladan la presión ambiental a otras áreas, como la deforestación de los bosques», y las llamadas biodegradables «requieren de ciertas condiciones de calor y humedad para poder desintegrarse que no existen en el entorno natural, por lo para poder descomponerse necesitan instalaciones industriales. Y en la Ciudad de México, por ejemplo, esta planta de compostaje no funciona».
Así, Garelli insiste: «Es importante que dejemos atrás la cultura de usar y tirar, ya que este tipo de bolsas siguen siendo desechables y generando basura, y no las pidamos ni aceptemos cuando vayamos a hacer las compras«.
Esta reforma no implica que las bolsas desaparecerán por completo, pero sí afecta a la producción. México es el décimo mayor productor mundial de plástico y la industria mueve alrededor de 30.000 millones de dólares, según datos de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico. Esta organización ha acusado al Gobierno de provocar con ella el cierre de cinco fabricantes de bolsas de plástico y el despido de 380 trabajadores de la Ciudad de México, según El Financiero.
La diputada Alessandra Rojo de la Vega, quien presentó esta iniciativa en el Congreso de Ciudad de México, explicó que las grandes empresas fabricantes son precisamente el foco de esta reforma. La ley persigue que pasen a utilizar en la producción «material 100% compostables».
La representante de Greenpeace también considera que el objetivo es que los productores de plásticos de un solo uso «se comprometan a rediseñarlos». «La segunda parte sería que se hagan cargo además de la gestión de los residuos. Cuando nosotros compramos una botella de agua, queremos el agua, no el envase. Entonces, estas empresas deberían hacerse cargo de recuperarlo y reciclarlo o de brindarnos alternativas. Por ejemplo, poder comprar la bebida en una envase retornable«.
Con esta norma, la capital se suma así a 60 países y otra veintena de ciudades y estados mexicanos que ya tienen legislaciones similares. Veracruz fue el primero en mayo de 2018 en lanzarse contra los plásticos de un solo uso. Sin embargo, los esfuerzos de las asambleas locales no se han visto respaldados con la aprobación de una ley federal que se aplique a todo el país.
La portavoz de Greenpeace reconoce «la dificultad» de una ley nacional y refiere que incluso «varios senadores han boicoteado el proceso de modificar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos«.
En 2019, se organizó un parlamento abierto en el Senado de la República con representantes del movimiento ciudadano y de la industria. «Salieron conclusiones y se presentaron bastante iniciativas. Hasta este momento, se han dejado ahí las conclusiones, no han llevado a la dictaminación de estas propuestas. Ante este panorama, es un gran paso que las asambleas locales estén votando para prohibir el plástico«, considera Garelli.
Consejos para el ciudadano
Aunque las organizaciones recalcan que la principal responsabilidad en la lucha contra el plástico es de las empresas y los fabricantes, el ciudadano tiene la opción de «apoyar el cambio, en vez de bloquearlo».
En Greenpeace México han publicado un mapa con los puntos en los que se puede comprar productos sin plástico o alimentos a granel y el Gobierno mexicano ha recopilado una serie de iniciativas ciudadanas para reducir el uso de plásticos como llevar recipientes para comprar la carne o el pescado en los supermercados o utilizar botellas de vidrio para llevar el agua.