Las especies de las islas Galápagos están amenazadas por los turistas que las visitan
Hasta 2017 se han registrado un total de 1 579 especies introducidas en Galápagos, de las cuales el 98 % llegó gracias a los seres humanos, ya fuera de forma intencional o accidental.
Las especies nativas de islas son especialmente vulnerables, porque cuando llegan invasores como las ratas, las especies nativas no tienen a dónde ir ni pueden defenderse.
La principal característica de una isla es su aislamiento. A unos cuantos cientos de kilómetros de tierra firme, se mantiene solitaria. Debido a esto, generalmente tienen una diversidad única de especies de plantas y animales, muchas de las cuales no se encuentran en otro lugar. Eso hace que todas las islas sean únicas.
Sin embargo, a pesar de estar geográficamente aisladas, las islas ahora forman parte de una red. Están conectadas globalmente con el mundo exterior por aviones y barcos. Su aislamiento se ha roto, lo que ofrece una vía para la llegada de especies introducidas.
Las islas Galápagos, situadas a 1 000 km de la costa de Ecuador, son un gran ejemplo. Hasta 2017 se han registrado un total de 1 579 especies introducidas en Galápagos, de las cuales el 98 % llegó gracias a los seres humanos, ya fuera de forma intencional o accidental.
Mas del 70% de estas especies han llegado desde la década de 1970 –cuándo Galápagos se convirtió en un destino turístico–. De media, 27 especies introducidas han llegado a estas islas en los últimos 40 años.
Nuevas llegadas
Las especies introducidas –plantas y animales llevados artificialmente a un nuevo lugar, generalmente por humanos– pueden causar daños a la flora y fauna nativa. Estas especies están entre las principales amenazas a la biodiversidad mundial, y son una de las amenazas más importantes a islas oceánicas. El Convenio sobre la Diversidad Biológica tiene un objetivo específico para tratar con las especies introducidas y su forma de llegada:
Para 2020, se habrán identificado y priorizado las especies exóticas invasoras y sus vías de introducción, se habrán controlado o erradicado las especies prioritarias y se habrán establecido medidas para gestionar las vías de entrada, a fin de evitar su introducción y establecimiento.
Las islas Galápagos son el hogar de tortugas gigantes, cormoranes no voladores, y los famosos pinzones de Darwin, especies que han evolucionado en aislamiento y de acuerdo a las diferentes características en cada una de las islas.
No obstante, los atributos naturales de Galápagos han convertido a las islas en un importante destino turístico. Irónicamente, esto amenaza la supervivencia de muchas de las especies que hacen de este un lugar único.
Incremento en la población humana
En 1950, Galápagos tenía tan solo 1 346 residentes y no había turistas. En 2015 llegaron más de 220 000. Estos, así como los 25 000 habitantes, necesitan alimentos y otros productos que vienen desde Ecuador continental.
Estos fuertes vínculos entre Galápagos y el Ecuador continental han abierto las vías para la llegada y dispersión de especies introducidas al archipiélago, y entre sus islas.
Las plantas son el tipo de especies introducidas más comunes, seguidas por los insectos. La forma más frecuente de introducción de estos animales es accidental, como contaminantes en plantas. Unos cuantos vertebrados también han sido registrados como polizontes en medios de transporte, incluidas serpientes y zarigüeyas. Otros han sido introducidos deliberadamente en la última década, como la tilapia, perros y peces de acuario.
El número, frecuencia y origen geográfico de las vías de introducción de especies introducidas se ha incrementado con el tiempo. Nuestra investigación muestra una estrecha relación entre el número de vías de introducción y el crecimiento constante de la población en Galápagos, tanto por parte de residentes como de turistas.
Por ejemplo, el número de vuelos se ha incrementado de 74 vuelos por semana en 2010 a 107 en 2015. El número de pasajeros también ha aumentado hasta el 40 % de turistas, mientras que el resto son residentes o transeúntes.
Las conexiones globales entre Galápagos y el mundo exterior han crecido también. En 2010 las islas recibieron visitantes de 93 países, mientras que en 2013 fueron de 158. En 2015 y 2016, la Agencia de Bioseguridad de Galápagos interceptó más de 14 000 productos prohibidos, de los cuales el 70 % fue a turistas.
Creemos que es posible que las introducciones intencionales de especies disminuyan cuando se fortalezca la bioseguridad. Sin embargo, al ser los turistas vectores conocidos de especies introducidas y el turismo en Galápagos el sector de mayor crecimiento en la economía local, las introducciones accidentales seguirán creciendo.
A pesar de eso, la actual pandemia de COVID-19[contexto id=»460724″] no ha mejorado esta situación. El Gobierno ecuatoriano ha propuesto abrir las islas a vuelos internacionales, lo que podría dañar la conservación de las Galápagos y aumentar el riesgo de introducciones no deseadas.
Para que las islas se mantengan aisladas, es de suma importancia manejar las vías de introducción. Nuestra investigación espera ayudar a quienes toman decisiones y a los organismos de conservación que trabajan en Galápagos para minimizar las nuevas introducciones. Nuestro siguiente paso es evaluar cómo los barcos de turismo local conectan las islas dentro del archipiélago. Así se minimizaría el ingreso de especies dañinas para este Patrimonio Natural de la Humanidad.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.