El huracán María: suicidios, oscuridad y comenzar de nuevo
La tasa de suicidios en Puerto Rico aumentó en un 57% durante 2017 (253 muertes de este tipo) en comparación con 2016 (192).
La tasa de suicidios en Puerto Rico aumentó en un 57% durante 2017 (253 muertes de este tipo) en comparación con 2016 (192). El principal funcionario de Salud dijo a The New York Times que ya están viendo “los síntomas de una severa crisis de salud mental” que se ha profundizado tras el paso del huracán María en septiembre del año pasado. Desde entonces, para muchos la vida se apagó.
En el cuadro de datos que ofrece el Departamento de Salud de Puerto Rico se observa un aumento a partir de septiembre -con 27 muertes por suicidio- que se mantiene hasta diciembre y no baja de al menos 20 suicidios por mes en una isla en la que viven 3,4 millones de personas, según datos oficiales de 2016.
En Puerto Rico, el suicidio es la tercera causa de muertes violentas (en Estados Unidos es la décima). Se debe, entre otras cosas, a la recesión económica que cuenta ya más de 16 años; a que el 45% de la población está en la pobreza y el desempleo dobla la media de Estados Unidos. A esto se le suma la devastación que dejó María, lo que ha aumentando este riesgo y ha hecho de los balcones y las pastillas una amenaza constante para muchas personas que perdieron casi todo. La mayoría de los que preservan la vida y el ánimo tienen que “empezar de nuevo”.
Otros que no han mantenido la calma cuentan con una asistencia que ha salvado vidas. Las llamadas telefónicas a los centros de asistencia de personas con ataques de ansiedad y depresivos que se concentran en La Línea PAS (1-800-981-0023) no cesan, tal y como lo muestra un documental hecho por The New York Times publicado en septiembre. Allí se cuenta la historia del 1,5 millones de personas que ya entonces llevaban más de 40 días sin electricidad y sin sus principales pertenencias. En el reportaje las voluntarias de esta línea de ayuda cuentan cómo cada vez que llueve las llamadas incrementan debido a que las personas entran en pánico al pensar en que una situación como María se pueda repetir.
La Línea PAS opera todos los días del año, 24 horas. El surgimiento de esta ‘hot-line’ nació tras el ataque terrorista al World Trade Center, en Nueva York del 11 de septiembre de 2001. “El programa empezó dos días después, el 13 de septiembre, porque la gente no sabía qué hacer o con quién hablar”, contó la directora del programa, Monserratte Allende, una de sus fundadoras al medio local Primera Hora.
Muchas vidas han sido salvadas gracias al trabajo de más de 10 profesionales que desde una humilde oficina ubicada en Bayamón se sientan ante ordenadores y teléfonos para responder a los pedidos de ayuda, emergencias o ofrecer simplemente respuestas a aquellos que se sientan desolados, tristes o no tengan con quién hablar.
Los psicólogos que allí trabajan tienen claro que las llamadas no cesarán en los próximos meses. El servicio energético, que resultó devastado por el huracán, no será restablecido en su totalidad hasta junio, informó Thomas Holden, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (Usace, en inglés), según el medio local El Nuevo Día.
A finales de enero, las autoridades informaron de que 450.000 personas permanecían sin electricidad cuando ya se habían cumplido cuatro meses del paso del fenómeno natural que destruyó por completo la red eléctrica de la isla, dejando así al 100% de los abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) sin el servicio. El problema no se ha resuelto aún y algunos no tendrán luz hasta junio.
“Creemos que alcanzaremos el 100% para mayo o junio”, expresó Holden, director del Programa de Reparación de la Red Energética del Usace a El Nuevo Día. De modo que muchas familias pasarán hasta nueve meses sin luz.
Holden añadió que para el 28 febrero, un 95% de abonados debería tener luz. El restante 5% consiste de abonados ubicados en áreas bastantes remotas o cuya conexión con la AEE fue dañada prácticamente en su totalidad. Ese 5% es el que será el último en restablecerse para junio.
El pasado 17 de enero un vídeo con unos niños brincando de jubilo en una escuela de San Juan de Puerto Rico se volvió viral. Hizo recordar a muchos lo afortunados que son por el simple hecho de tener luz. Los chicos de la Academia Bautista celebraban que había vuelto la electricidad tras 112 días en oscuridad. Aún así, ese día el 40% de la población seguía sin luz.
Además, el ciclón destruyó unas 57.000 viviendas y dejó al menos 254.000 fuertemente afectadas. Otro de los resultados fue un éxodo masivo de puertorriqueños a EEUU. Aún se desconoce el número de familias que huyeron de la isla y que se encuentran en refugios en distintas ciudades.
La pérdida humana ha sido brutal. La cifra oficial de muertes directas e indirectas se eleva a 64, pero otros estudios independientes hablan de centenares de fallecidos. De hecho, un análisis estadístico publicado por The New York Times sugiere que podría tratarse de más de mil muertes.
María causó daños por valor de 90.000 millones de dólares. “Se ubica como el tercer desastre climático y meteorológico más costoso jamás registrado en el país, e Irma se clasifica como el quinto», señaló un informe de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El pasado 1 de Febrero se dio a conocer que el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (HUD) otorgó 1.500 millones de dólares para ayudar a Puerto Rico a recuperarse , pero la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) y el departamento del Tesoro estadounidense determinaron -el 17 de enero- que no desembolsarán el préstamo de 94.400 millones de dólares que solicitó el gobernador Ricardo Rosselló.
El Gobierno de Estados Unidos está dispuesto a ayudar, pero quiere garantías por la experiencia reciente del mal manejo de recursos que llevó a Rosselló a anunciar en mayo del año pasado que la isla se declaraba en quiebra con el fin de reestructurar su multimillonaria deuda de más de 70.000 millones de dólares.
La cadena Univisión reportó este miércoles que FEMA ha comenzado a notificarles a unas 200 familias puertorriqueñas que ya no les pagarán más los hoteles en donde se han estado hospedando durante las últimas semanas tras haber perdido sus viviendas. A pesar de esto, unas 3.700 familias seguirán recibiendo la ayuda del TSA hasta el próximo 20 de marzo. FEMA ha gastado 21.3 millones de dólares en el pago de hoteles, según sus portavoces, con el programa que es temporal y periódicamente revisa el estado de las familias para determinar su elegibilidad. Los que opten por volver a la isla, tendrán que empezar de nuevo.