La sorprendente relación entre el café y la marihuana para nuestro organismo
¿Sueles desayunar con una taza de café? ¿Haces parones para el segundo y el tercero, y tal vez otro más caída después de la comida?
¿Sueles desayunar con una taza de café? ¿Haces parones para el segundo y el tercero, y tal vez otro más después de la comida?
Un nueva investigación ha analizado la reacción de nuestro organismo ante el consumo más o menos abundante de café. Lo que este grupo de científicos ha averiguado es que nos afecta en una docena de maneras distintas, por ejemplo sobre nuestras hormonas esteroides –que ayudan a nuestro sistema inmunológico y en el control del metabolismo, entre otras funciones– o sobre los neurotransmisores que habitualmente se ven afectados por el consumo de cannabis.
En este sentido, aquellas personas que bebían entre cuatro y ocho tazas de café diarias sufrían un deterioro de estos neurotransmisores, una pérdida de rendimiento. En cambio, con el cannabis experimentan una activación, según el estudio realizado por la Northwestern University de Estados Unidos. Esos neurotransmisores son los químicos que envían mensajes entre células nerviosas y los canabinoides, los químicos propios de la planta que reúnen las propiedades médicas y recreativas.
Los científicos comprobaron otro tipo de efectos que produce el café en nuestro cuerpo. Lo hicieron al detectar que ciertos metabolitos relacionados con el sistema androsteroide aumentaban tras el consumo de entre cuatro y ocho tazas diarias. Esto les condujo a la conclusión de que el café puede facilitar la eliminación de esteroides, que son un foco de ciertas enfermedades, como determinados tipo de cáncer.
“Se trata de líneas de investigación completamente nuevas sobre cómo el café puede afectar a nuestra salud”, dice Marilyn Cornellis, profesora asistente de medicina preventiva en la Facultad de Medicina en la Northwestern University y autora principal del estudio, en unas declaraciones recogidas por la revista Futurity. En el estudio, participaron 47 personas en Finlandia que siguieron un estricto régimen durante tres meses.
En el primero, no tomaron ni un solo café al día. En el segundo, cuatro diarios. En el tercero, la dosis aumentó hasta ocho. Tomaron muestras de sangre de cada uno de ellos y examinaron más de 800 metabolitos después de cada una de las etapas de estudio. Pudieron observar que los metabolitos del sistema endocannabinoide disminuyeron con el consumo de café, en proporción al nivel ingesta.
Esto es particularmente importante si atendemos a que el sistema endocannabinoide tiene una influencia destacada sobre nuestra respuesta al estrés. Cornelis explica que algunos canabinoides disminuyen el estrés crónico, y esa no es su única función: afectan directamente a nuestra capacidad cognitiva, nuestra presión arterial, nuestro sistema inmunológico, nuestro sueño, nuestro apetito, nuestra energía. Incluso repercute en nuestro control del peso y propicia una reducción del riesgo de padecer diabetes de tipo 2.
“A menudo se piensa que se debe a la capacidad de la cafeína para aumentar el metabolismo de las grasas o los efectos reguladores de la glucosa de los polifenoles”, argumenta Cornelis. “Por ello, nuestros nuevos hallazgos, que relacionan el café con los endocannabinoides, ofrecen explicaciones alternativas que merecen un estudio mayor”.