Avalancha de titulados en Periodismo: solo hay trabajo para uno de cada siete licenciados

En todas las actividades, las carreras profesionales comienzan a forjarse en torno a los 20 años, cuando se accede por primera vez al mercado laboral. En el caso del periodismo, además, no es inusual que algunos comiencen entonces a ganarse cierta notoriedad, como consecuencia de la mayor exposición pública de su trabajo.

Buena parte de los nombres que nos vienen a la memoria cuando pensamos en los grandes de la profesión tenían menos de 30 años cuando empezaron a labrarse su reputación. Bernstein y Woodward no llegaban a los 30 cuando destaparon el caso Watergate; su predecesor por aquellos lares, Mark Twain, andaba en la veintena cuando viajaba por Estados Unidos como periodista e impresor errante. Y si cruzamos el Atlántico, Oriana Fallaci publicó su primer artículo en El Europeo con 22 años, edad con la que Manu Leguineche se fue a cubrir una guerra en Argelia.

Pero, más allá del éxito profesional, parece útil tratar de conocer si hoy en día hay lugar para todos los licenciados en periodismo en España, y la respuesta es rotunda y contundente: no.

Teniendo en cuenta que la primera licenciatura en periodismo fue en el año 1974, y anualmente se gradúan unas 3.000 personas, España cuenta ahora con más de 70.000 licenciados en periodismo. Sin embargo, ¿sabes cuántos periodistas están contratados actualmente? La irrisoria cifra de unos 10.000, por lo que la mayor parte de estos 3.000 jóvenes que cada año salen de las facultades de periodismo tendrán que buscar trabajo en otro sector. Y quien les diga otra cosa les estará mintiendo, porque en la actualidad sólo hay trabajo para uno de cada siete licenciados.

Son datos que figuran en el Informe Anual de la Profesión Periodística 2018 que ha presentado la Asociación de la Prensa de Madrid. «La industria de los medios españoles no tiene capacidad de absorción», ha puntualizado el periodista Luis Palacio, director del informe, para quien «existe un desajuste completo entre el sistema educativo y la industria de los medios de comunicación. Están saliendo más licenciados y graduados que los que la industria puede reclamar”. Y mientras tanto, las facultades siguen produciendo miles de periodistas con doble o triple titulación. En el curso 2017-2018, la oferta de las distintas universidades españolas, públicas y privadas, era de 66 grados y 83 títulos de máster en Periodismo e Información.

Por eso hay un número importante de encuestados, el 56%, que considera que el título de periodista debería ser obligatorio para ejercer la profesión. [Para la elaboración del informe se ha entrevistado a 1694 periodistas]

Menos paro, misma precariedad

A este panorama hay que añadir la precariedad de los profesionales del periodismo y la comunicación, sobre todo, desde el punto de vista salarial. El 50% de los participantes en el informe cobra menos de 1.500 euros al mes.

En cuanto a los autónomos, la figura del periodista que trabaja para varias empresas es cada vez mayor y llega en este 2018 a situarse en el 50%, lo cual es una prueba más de que los precios que se pagan por las colaboraciones, al igual que los salarios, están cayendo en demasiadas ocasiones por debajo de la proletarización de este oficio.

Las presiones que reciben los periodistas a la hora de ejercer su profesión, es otro factor clave en esta precariedad que sufre el periodismo en pleno siglo XXI. «Sólo el 20% de los periodista se escapa de estas presiones» con las que se vulneran algunos derechos como el de «no revelar sus fuentes de información», apunta Palacio. En este sentido, en torno al 70% de los periodistas dice haber practicado alguna vez la autocensura debido a las presiones.

El número de horas en el trabajo, es otra cuestión que destaca el análisis. Y es que, el estudio recoge que el 61% de los contratados en periodismo y el 58% de los contratado en comunicación dedican más de 40 horas semanales  a su trabajo. Unas cifras notablemente peores que las del conjunto nacional, pues en una reciente encuesta del INE se informaba de que eran un 51% de los trabajadores contratados que superaban el limite legal.

Como consuelo, aunque el presente aún sigue siendo oscuro, parece que lo peor ha pasado ya. Según las cifras registradas en el SEPE, el paro se ha reducido este año un 4,3%, de modo que,  en este momento, hay inscritos en el servicio de empleo algo más de 6.800 periodistas. Hace cinco años, el número de periodistas parados era más 10.500. Si bien hay que constatar que, de la cifra total de parados en la actualidad, la mayor parte, el 63%, corresponde a mujeres, y un 37% a hombres.

Mujer, discriminación y periodismo 

Al igual que la precariedad, la desigualdad de género continúa presente en la profesión. Si bien es cierto, que el número de mujeres y de hombres en las redacciones es prácticamente el mismo, sigue habiendo muchos más directivos que directivas en el mundo de los medios. Según un balance realizado en las 30 mayores empresas de medios en España, de un total de 268 cargos de gestión, el 75% estaban ocupados por hombres que ejercen, a su vez, el 72% de los puestos de responsabilidad en las áreas informativas.

Si tomamos como referencia los medios públicos, sólo la Radiotelevisión de Canarias aprueba en igualdad: sus ocho cargos directivos se reparten al 50% entre hombres y mujeres. En el lado opuesto se encuentra, por ejemplo, la Agencia EFE —donde los hombres suponen el 76% de los cargos superiores— o RTVE —donde ellos son el 88% de los directivos—.

Llama la atención que el 57% de mujeres que respondieron a la encuesta manifestaron que a lo largo de su vida profesional habían tenido la oportunidad de ascender dentro de la empresa pero habían terminado rechazándolo. Las razón principal es que prefirieron seguir desarrollando su trabajo periodístico o de comunicación.

El informe también hace referencia por primera vez al acoso que sufren las mujeres en los centros de trabajo por el hecho de ser mujer. En este sentido, el 48% de las entrevistadas asegura haber sufrido algún tipo de acoso laboral, un acoso que en el 17% de los casos provenía de algún compañero y en un 31% de algún jefe.