Hacer periodismo con miedo
Una radiografía de la violencia que ejerce el Estado cubano contra la prensa independiente a través de tres historias
La primera vez que la periodista cubana Luz Escobar tuvo miedo fue durante una marcha convocada por las Damas de blanco, un movimiento que reúne a esposas y familiares de detenidos. La policía arrestó a varias mujeres del grupo y Escobar registró la escena con su cámara de fotos. Los agentes la rodearon y la llevaron detenida. El cineasta y periodista Carlos Melián supo que estaba en riesgo un día en que un hombre cercano al gobierno irrumpió en la casa en la que él grababa una entrevista y lo acusó de “contrarevolucionario”. Su colega Darío Valdez entró en el radar de la Seguridad del Estado el día en que firmó una carta pública denunciando presiones a la prensa independiente en Cuba. “Ese fue el inicio de una pesadilla por la defensa de tener una prensa completamente libre”, explicó.
Ser periodista independiente en Cuba significa vivir y trabajar con miedo. Aún hoy, el Estado solo reconoce legalmente a la prensa oficial. “Quien decide hacer periodismo fuera de los medios estatales se convierte según las leyes en un delincuente”, cuenta el periodista de El Estornudo Mario Luis Reyes, autor del podcast Hacer periodismo con miedo. A partir de un análisis histórico y entrevistas a tres colegas de diferentes regiones, Reyes hace una radiografía de la persecución estatal a la prensa independiente en la isla.
Hasta principios de la década del ‘90 en Cuba solo existían medios estatales. El escenario comenzó a cambiar tras la caída del bloque soviético. En esos años vieron la luz los primeros medios independientes: periódicos, algunos escritos desde el exilio, que circulaban de mano en mano. El crecimiento de la prensa independiente se detuvo en 2003. Durante tres días la policía política arrestó a 75 activistas y periodistas dando inició a lo que se conoce como “la primavera negra”.
Una segunda transformación se produjo años más tarde, con la democratización del uso de internet en la isla. Con la incipiente apertura económica y el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos parecía que el deseo de una prensa independiente se haría real. La crisis tras el derrumbe de la economía venezolana y las sanciones del gobierno de Estados Unidos pusieron fin a ese sueño y el gobierno endureció la persecución a la prensa. “A partir de 2018 a esos pequeños espacios de libertad que se habían creado en la isla le quedaron dos opciones: resistir o desaparecer”, cuenta Reyes.
Desde el día que un hombre interrumpió la entrevista que estaba haciendo y lo acusó de ser un “contrarrevolucionario”, cada vez que sale a hacer una nota, Carlos Melián siente miedo. No solo ante la posibilidad de ser enviado a la cárcel. También teme que el Estado organice un “acto de repudio” en su contra. Que vayan a su casa y lo acusen delante de su familia y sus vecinos de ser “un periodista al servicio del imperialismo”.
A pesar de las presiones, Melián nunca dejó de escribir. “Yo sigo haciendo periodismo porque para mi es un acto creativo. Dejar de hacerlo sería como morir en vida”, dice.
Dariel Valdez comenzó trabajando en Vanguardia, uno de los periódicos oficialistas de mayor tirada. El texto que firmó con varios colegas en 2016 es conocido como La Carta de Santa Clara: allí expresaron las críticas a las presiones del gobierno y de sus jefes para impedirles colaborar en medios no estatales. “Básicamente estábamos pidiendo nuestro derecho a expresarnos libremente, de contar la Cuba que no se estaba contando en los medios oficiales”, dijo.
Luz Escobar es hoy una de las periodistas más respetadas dentro de la prensa independiente. Trabaja en el diario 14ymedio, fundado por Yoani Sánchez en 2014. Pero Luz no se graduó de la carrera de periodismo, un requisito indispensable para que el gobierno cubano reconozca su profesión.
Aún sin ser considerado legal su trabajo, Luz está convencida del camino que eligió: “Yo tengo tremenda fe en esta generación que hoy está empujando poquito a poco hacia el cambio (…) Eso me ha llenado de esperanza”.
Este podcast fue realizado en el marco del Laboratorio de Periodismo Situado.