Los sanitarios vuelven a dar ejemplo: «Tuve que trabajar 41 horas sin descanso hasta que me rescataron»
La solidaridad se abre paso una vez más para mostrar lo mejor del ser humano, la cara más amable de la gran nevada en Madrid
De nuevo dando ejemplo. Tras duros meses luchando contra la Covid en primera línea de batalla, llega Filomena para ponerlos una vez más a prueba, por si había espacio y motivo para la duda. Y una vez más, se merecen que salgamos a aplaudir a las 20.00, a las 00.00 o a las 07.00 para agradecerles su dedicación absoluta al cuidado de todos nosotros.
Hablo del personal sanitario de nuestro país, esta vez con especial mención al de la Comunidad de Madrid, que tras 30 horas seguidas entre el 8 y el 9 de enero de nieve no tuvieron dudas a la hora de doblar y triplicar turnos ante la imposibilidad de ser sustituidos por compañeros.
Las enfermedades, la Covid o los males repentinos no entienden de nevadas, ni de carreteras cortadas, ni de transportes públicos suspendidos. Las operaciones no se pueden detener. La vacuna contra el coronavirus, tampoco. Los partos se presentan de la misma forma que Filomena nos sorprendió a todos con su arrolladora llegada. Y de esto bien saben los sanitarios, quién si no, los ya conocidos, desde el inicio de la pandemia, como ‘los héroes de bata blanca’.
Muchos han sido los vídeos que se han viralizado de enfermeros o médicos caminando durante horas con un frío helador y bajo los copos de nieve para llegar a los hospitales y relevar el turno a sus compañeros. Sin embargo, a algunos les fue imposible llegar y sus colegas se vieron obligados a doblar jornadas para atender a los enfermos.
Es el caso de Leticia Bartolomé, una madrileña de 25 años enfermera del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes. Leticia entró el viernes a las 15.00 sin esperar lo que se le venía encima: «En el servicio de Urgencias no tenemos muchas ventanas, estuvimos trabajando toda la tarde y cuando a las 22.00 me dispuse a salir vi que no podía». Esta joven tuvo que doblar turno, hasta las 08.00 del sábado, ante la imposibilidad de otros compañeros de llegar a su trabajo. La cafetería les ofreció comida gratuita, y aquellos compañeros que sí pudieron llegar, llevaron también algo de comida, destaca emocionada; eso sí, ningún paciente pudo ese día ser dado de alta: «Teníamos pacientes en Urgencias que los teníamos qua haber subido a planta pero no podíamos porque las plantas estaban saturadas», cuenta a The Objective. Leticia pasó la noche del sábado al domingo en un hotel que sus padres, previsores, habían reservado ante tal situación.
Ataques de ansiedad y 41 horas sin descanso
Los ‘héroes del todoterreno: «Hay gente que me dice que le he salvado la vida»
Quirón Pozuelo – Las Rozas; Colonia Jardín – Pozuelo; Pozuelo – Boadilla del Monte; Centro de Salud Condes de Barcelona-Ventas de la Retamosa; Ventas de la Retamosa – Parla; Hospital Severo Ochoa – Leganés; Hospital Severo Ochoa – Fuenlabrada; Hospital Severo Ochoa – Moraleja de Enmedio. Esos fueron los recorridos que Giancarlo realizó el fin de semana transportando gente. Y durante esta semana así seguirá dando portes «hasta que la situación se normalice», nos cuenta este ingeniero informático de 34 años. Por supuesto, todos los gastos de gasolina, herramientas o material necesario corren a su cuenta. «Eso es lo de menos. Lo hago desinteresadamente», explica el joven, que asegura que durante toda esta semana, a pesar de que estará trabajando, en la hora de la comida y en su tiempo libre saldrá a seguir ayudando.
Se coordinan, explican, a través de Telegram, que ponen en contacto a enfermos y trabajadores de hospitales con personas que de forma gratuita y completamente desinteresada les trasladan en sus coches, preparados para circular por la nieve.