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Sociedad

El niño que murió en Caracas esperando al Cardioxane

Adriana Medina, una venezolana que buscaba un medicamento para su sobrino de tres años, y que finalmente informaba de que el niño había muerto, ha convertido su caso en viral, lo cual ha servido para poner cara a un drama denunciado desde hace años.

El niño que murió en Caracas esperando al Cardioxane

Cuando pensamos en la escasez en Venezuela, nos llegan a la mente cientos de imágenes de supermercados vacíos, o el recurrente ejemplo de que es imposible encontrar productos básicos como el papel higiénico. Cuando lo que faltan son medicamentos, entonces la desesperación es cuestión de vida o muerte.

Redes sociales: gritos desesperados y una denuncia viral

Cuando los venezolanos no encuentran un medicamento, acuden a las redes sociales. En muchos casos este es el último recurso, un grito desesperado tras una odisea cuyo mapa ha dibujado decenas de farmacias. El uso de redes sociales como Twitter o Facebook no es, ni mucho menos, algo aislado. Cientos de usuarios acuden a ellas en busca de medicamentos, especialmente antirretrovirales -necesarios para los tratamientos del VIH-, medicamentos para la hemofilia o para el cáncer.

Los usuarios con mayor influencia en Venezuela, es decir, con mayor número de seguidores, comparten cada caso para llegar al mayor número de personas posible. Los más afortunados tienen contactos que le pueden facilitar el medicamento que necesitan. Sin embargo, a pesar de la incansable lucha, la mayoría de peticiones no llega a ningún lado.

La tuitera Adriana Medina (@cotidiana) realizaba hace unos días una petición de esta índole en su cuenta, y horas después comunicaba que su sobrino había fallecido “gracias a este maldito gobierno”.

 

 

Más de un 70% de medicamentos escasean

Ya en el pasado mes de octubre, el Presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana, Freddy Ceballos, alertaba de un dato preocupante: el desabastecimiento de medicamentos en Venezuela se ubica en el 70%. Además, apuntaba a que la inacción del gobierno venezolano agravaba considerablemente la situación.

La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro ha sido siempre negar los hechos. El ministro de Salud, Henry Ventura, ha declarado recientemente que su gobierno «garantizaba» el abastecimiento de medicamentos y de materias primas. Sin embargo, la desesperación de los ciudadanos es palpable: basta un paseo por las redes para ver a familiares y amigos de enfermos pidiendo con urgencia medicamentos, o recorrer las farmacias de todo el país para comprobar que el abastecimiento no está garantizado.

La última de las excusas del gobierno de Maduro es decir que la derecha quiere acaparar los medicamentos y otros productos de primera necesidad para presionar al gobierno. Medios afines al gobierno chavista se hacen eco de la detención de un opositor por «contrabando de medicamentos», concluyendo que todo forma parte de una «guerra económica».

Una importación imposible

La mayoría de medicamentos se importan del exterior, y los farmacéuticos acusan al gobierno de que no les otorgan las divisas necesarias para adquirir nuevas medicinas. Algunas de estas, necesarias para los tratamientos de diabetes, VIH y cáncer, las deben proveer el propio gobierno. La deuda de este con empresas farmacéuticas acentúan el problema, que ya no pueden ofrecer a los venezolanos los medicamentos que necesitan.

Mientras el gobierno y la oposición se enfrentan por determinar la responsabilidad de la escasez, las farmacéuticas denuncian las trabas que deben superar para abastecerse. Y, también mientras tanto, los venezolanos intentan buscar una solución desesperada a través de los medios de los que disponen. Por el momento, el caso del sobrino de Adriana Medina no es único, y tampoco será el último.

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