Zika, un virus prácticamente desconocido y de rápida expansión

El Zika es un virus muy semejante al dengue y a la fiebre amarilla. Su descubrimiento data de 1947, en Uganda, en monos que fueron monitoreados para controlar la fiebre amarilla. Su principal modo de transmisión es a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, que también puede ser portador de la fiebre amarilla. También se han dado casos de contagio por transmisión sexual, sanguínea y perinatal -de la madre al feto-, siendo este último tipo de transmisión el foco de la creciente preocupación.

Primer brote registrado en humanos

A pesar de llevar casi 60 años en los listados de enfermedades contagiosas, no fue hasta 2007, cuando se produjo un brote masivo en la isla de Yap (al norte de Australia), que se reveló como un virus que podría afectar al ser humano. Más de 8.000 fueron los afectados durante ese periodo, un número considerable dada la escasa población de la zona -el último censo, en 2010, habla de 11.000 habitantes-.

Relación con malformaciones fetales

El principal problema derivado de este virus afecta a mujeres embarazadas o en edad de gestación. Las malformaciones, esencialmente microcefalias, están estrechamente relacionadas con el virus Zika.

El virus se instala en la sangre de la embarazada, por la cual llega a la placenta y, finalmente, al cerebro del feto. El momento más crítico se da, esencialmente, durante la décimo segunda semana de gestación. En ese periodo las células nerviosas se multiplican rápidamente, formando las conexiones cerebrales del feto. Entre las semanas 14 y 16 de gestación, un examen de ultrasonido puede detectar atrofias y calcificaciones en el cerebro del feto y puede mostrar su desarrollo frágil.

A partir de noviembre del año pasado se comenzó a observar en Brasil que, junto el contagio masivo del virus, se daban numerosos casos de microcefalia en recién nacidos. Las cifras son alarmantes. Según el Ministerio de Sanidad brasileño, entre 2010 y 2014 se dieron 160 casos de microcefalia en un país de 200 millones de habitantes. Desde la aparición del Zika, a finales de 2015, estos casos se han disparado: “Hasta la primera semana epidemiológica de 2016 -del 3 al 9 de enero- fueron registrados 3.530 casos de microcefalia con sospecha de infección por el virus Zika en 21 estados del país”. 46 casos terminaron en muerte.

Algunos países, entre ellos Estados Unidos, han recomendado a las mujeres embarazadas que no viajen a 14 países de América Latina, entre ellos Brasil, Puerto Rico y Colombia. En Brasil, el Ministerio de Sanidad ha creado una campaña para prevenir a las embarazadas, sugiriendo que eviten los horarios y localizaciones en los que haya mosquitos, y que vistan de manera que cubra la mayor parte del cuerpo, aparte de recomendar encarecidamente el uso de repelentes. El gobierno colombiano, por su parte, ha recomendado a las mujeres no quedarse embarazadas hasta el mes de julio.

Todavía se desconoce cómo actúa el virus en el organismo humano, ni qué tipo de mecanismos provocan la microcefalia, pero las investigaciones siguen en curso.

Principales síntomas

La mayoría de personas infectadas por el virus no tiene manifestaciones clínicas, lo cual es preocupante en el caso de mujeres embarazadas, ya que no pueden prevenir posibles malformaciones fetales. Cuando se manifiestan, estos síntomas suelen ser manchas rojas en la piel, manchas en los ojos, dolor muscular y articular o fiebre intermitente. También se han registrado, en menor medida, síntomas como dolor de garganta, tos, vómitos y sangre en el semen. Estos síntomas suelen desaparecer entre 3 y 7 días, aunque el dolor articular puede permanecer durante más tiempo.

Brasil: el foco de la epidemia actual

La epidemia actual parece haber partido de Brasil. Es el país con una germinación e instalación del virus más potentes. Los casos de recién nacidos con microcefalia son alarmantes, pero también ha habido muertes. Hasta el momento, concretamente tres: un bebé, un adulto que también padecía de lupus y una adolescente de 16 años.

Mientras este virus se expande en Brasil y otros países de Latinoamérica, crece la preocupación por la inminente celebración de eventos de gran magnitud como el Carnaval o los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El flujo de personas, generalmente extranjeras, que ocasionan estos grandes eventos podría convertirse en un riesgo de consecuencias desconocidas, expandiéndolo a través de los cinco continentes. El temor a que esto ocurra podría tener provocar un desastre en la economía brasileña, que centra ahora sus esfuerzos en organizar estos acontecimientos.

Rápida expansión

Como hemos mencionado anteriormente, en apenas un mes el virus ha doblado su influencia geográfica. Ya está presente, entre otros, en Estados Unidos. Allí la preocupación crece tras el aumento de casos de contagio y de microcefalia en bebés recién nacidos. Por ahora, se han confirmado tres casos en el estado de Florida, otros dos en mujeres embarazadas en Illinois, y también en Texas y Hawaii, incluido un bebé que ha nacido con malformaciones. Se esperan nuevos casos, de ahí el mensaje de precaución que lanzan las autoridades.

En 14 países de Latinoamérica luchan contra este virus inesperado. Entre ellos Venezuela, donde según los expertos el Zika podría seguir presente durante más de un año. La falta de recursos -los repelentes están agotados en el país- agrava considerablemente el problema. La oposición denuncia que el gobierno de Maduro está silenciando la existencia y relevancia de este y otros virus de naturaleza tropical.

El viaje hacia Europa

El mosquito contagiado podría viajar a Europa. La probabilidad está latente. A la pregunta de si el Zika podría llegar a Europa, el especialista en enfermedades tropicales Fernando de la Calle responde: “Llegar, estos virus llegan. En Unidades especializadas como la nuestra vemos muchos casos de dengue, chikungunya… lo que hay que vigilar es que, si llegan casos a zonas donde existe el vector, se vigile y controle el entorno para que no ‘se ponga en marcha’ la cadena enfermo-mosquito-persona sana. Lo bueno de Europa es que nuestros inviernos son fríos como para que el mosquito permanezca”.

El componente meteorológico es fundamental, aunque no eximente. El virus cruzará el charco, por ello debemos estar prevenidos e informados sobre sus características.

Sin vacuna ni tratamiento

No existe una vacuna ni un tratamiento para prevenir o curar este virus. Se pueden combatir los síntomas, como en la mayoría de enfermedades. Seguir las recomendaciones de salubridad e higiene es de vital importancia, sobre todo -insistimos- en mujeres embarazadas. Los repelentes no siempre funcionan, pero son mejor que nada.

Los científicos se afanan ahora en comprender mejor este virus y encontrar una vacuna antes de que se expanda todavía más. Sin embargo, con este crecimiento exprés, tal vez sea tarde para evitar la llegada del Zika también al otro lado del charco. No sería la primera vez que un virus prácticamente desconocido y geográficamente restringido corre como la pólvora.