La población de España supera los 47 millones gracias a la inmigración, y eso es positivo
La oportunidad de la incorporación de personas inmigrantes en España es una de las soluciones al problema de envejecimiento de nuestra población
Por primera vez en su historia España supera los 47 millones de residentes. Según los últimos datos de población en España, este aumento se produjo debido al saldo migratorio positivo de 209.097 personas.
Por otra parte, seguimos la tendencia de envejecimiento de nuestra población, con un saldo vegetativo negativo de 45.002 personas, es decir, el número de defunciones supera ampliamente la tasa de nacimientos. El crecimiento poblacional se debió al incremento de nacionalidad extranjera, dado que la sociedad española se redujo.
Distintos organismos internacionales y economistas españoles alertan del envejecimiento y de la pérdida de población debido a los saldos negativos. La pirámide poblacional y las proyecciones para los próximos años, así lo acreditan. Las bajas tasas de natalidad, unidas al incremento en la esperanza de vida situarán a España próximamente en el segundo país más viejo del mundo.
Tanto la OCDE, el FMI, como AIReF en España, entre otros, plantean la oportunidad de la incorporación de personas inmigrantes en España como una de las soluciones a este problema. Estos organismos hablan de la necesidad de absorber 5,5 millones de personas migrantes hasta 2050, y varios economistas en España hablan de la necesidad de una media de 250.000 a 300.000 al año. Paradójicamente, estas cifras coinciden con las llegadas de las que hemos hablado anteriormente.
El gran reto con las personas de origen migrante
¿Cómo poder acoger y planificar una verdadera política de integración y cohesión social en España para acoger a esos 5,5 millones de personas migrantes o a los 7,3 millones de personas de origen migrante que residen actualmente en nuestro territorio? Este es el reto.
España tiene la capacidad de ejercer un cambio de tendencia sobre estas cuestiones, no es nuevo el hecho de que seamos nosotros quienes busquemos una mejora en cuanto a la recepción, pero no solamente. La integración y la cohesión social son claves en el sentido del encuentro entre personas.
Los parámetros de segregación racial han ido en aumento. Las personas que llegan y se quedan a vivir en España buscan una estabilidad; sin embargo, existen estructuras ya tratadas por distintos teóricos de la sociología que hablan sobre espacios desde los que se defiende la segregación racial, social y espacial, determinando así una situación donde tiene lugar en muchos casos la discriminación y la violencia.
Uno de esos espacios son los titulares de las noticias y la manera en la que se enfoca la información que se difunde a la sociedad. Se hace desde la representación de un momento, una imagen que impacte, sin tener en cuenta los efectos de la misma en los receptores de esta información.
Estos, en su mayoría, no reaccionarán a los datos, sino a la emoción que esa imagen les haga sentir. Quizá por ello la percepción de invasión sigue presente, incluso cuando este año, las llegadas por frontera sur son menores que las de 2018, según datos del INE. Es aquí donde se desarrollan las lógicas elementales del prejuicio racial, ya que los medios también utilizan el prejuicio dentro de los procesos de comunicación. Una tendencia que hay que cambiar.
No en vano, en estos últimos años, el foco sobre el ámbito migratorio se ha puesto en las entradas por Frontera Sur, hablando de entradas masivas, invasión, oleadas… Las cifras contradicen el escándalo, dado que las llegadas por frontera sur representan un 5% de las entradas anuales de inmigrantes en España.
Además, los migrantes que entraron por Frontera Sur por vía marítima o terrestre en 2019 fue de 32.513, una reducción casi de un 50% con respecto a 2018.
Los datos reales sobre migración
Las comunidades de Marruecos y Rumanía siguen siendo las más numerosas dentro del colectivo inmigrante. Los mayores incrementos en términos absolutos se produjeron entre la población colombiana (27.920), venezolana (24.238) y marroquí (20.627), con un descenso en la de Ecuador (-1.651) y Rumanía (-964).
En términos relativos, los mayores incrementos se dieron en la comunidad venezolana (18,1%), hondureña (15,4%) y colombiana (14%). Cabe señalar que estas son las nacionalidades que más solicitan asilo en España.
El número de personas extranjeras en España se sitúa en 5.023.279, con una tendencia positiva durante los últimos años, por lo que saldo migratorio es positivo.
Es también significativa la cifra de población de origen inmigrante (personas que han nacido fuera de nuestro territorio) que reside en España con 7.305.869, lo que supone un 15,51% de la población total.
Se consolida la entrada de personas migrantes con residencia en España. En el primer semestre de 2019, entraron en España 348.625 inmigrantes, una tendencia similar a la producida en los años anteriores. La cifra total del año 2018 fue de 643.037 personas inmigrantes en España (333.672 fue el saldo migratorio).
Con todo, las sociedades receptoras son, en algunos casos, resistentes al cambio y desean mantener lo que conocen hasta ese momento, el llamado “orden social”, lo cual es algo que se mueve desde una conciencia colectiva y que los determina. Es ahí donde hemos de encontrar el balance como sociedad y primar los valores que nos caracterizan. Encontrar en la acogida esa vocación por la humanidad que nos define y que dejará claro quiénes somos.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.