¿Por qué necesitamos tests de anticuerpos frente a la COVID-19 para volver al trabajo?
Para volver al trabajo sin riesgo de contagiarnos ni de transmitir el coronavirus a otros solo hay un modo
Desde hace cerca de un mes vivimos en confinamiento domiciliario. Hemos dejado nuestras empresas y, los que podemos, procuramos continuar con teletrabajo. Nuestros hijos no van al colegio, no podemos salir a pasear, ni hacer deporte, hacemos largas colas en el supermercado, etc. Todo de película de ciencia ficción. Difícil de creer si nos lo hubieran contado.
El tsunami del COVID-19
A día de hoy, se han comunicado cerca de dos millones de casos confirmados de COVID-19 [contexto id=»460724″] y más de 120.000 fallecidos en todo el mundo. Aunque el número real de casos y de fallecidos es mucho mayor, porque las pruebas diagnósticas no han estado disponibles en muchos lugares.
No existe vacuna y nadie tiene inmunidad frente al nuevo coronavirus, de modo que todos podemos infectarnos. Todos significa los 7,7 miles de millones de personas del planeta.
Tests diagnósticos de COVID-19
Para volver al trabajo sin riesgo de contagiarnos ni de transmitir el coronavirus a otros -si lo tenemos-, sólo hay un modo. Hemos de hacernos las pruebas del coronavirus. Existen dos tipos de tests, el de PCR que diagnostica infección aguda; y el de anticuerpos, que diagnostica infección pasada y curada.
Los tests de PCR examinan muestras de un exudado nasofaríngeo y los resultados están disponibles tras unas 6 horas. La PCR debe hacerse a todos los que tienen síntomas, para valorar su gravedad y para aislarlos.
En cuanto a las pruebas de anticuerpos se trata de tests rápidos en sangre capilar (pinchazo con lanceta en el dedo) y proporcionan resultados en 10 minutos. Puede hacérselas cualquiera para saber si ha estado infectado, ya recuerde síntomas compatibles o sin ellos, esto es, que lo pasara de forma asintomática.
En la figura se recoge la evolución de los marcadores de infección del COVID-19. Antes de los síntomas ya puede ser positiva la PCR, que refleja replicación activa del virus (y contagiosidad). Los anticuerpos aparecen días después, primero IgM y luego IgG. Los de tipo IgM no duran más de dos semanas. Los de tipo IgG permanecen durante años y reflejan inmunidad (protección).
Vuelta al trabajo sin riesgos
Ayer lunes 13 comienza la vuelta al trabajo en España. Habrá que llevar mascarillas, cuidar las distancias mínimas y la higiene de manos. Pero creo que se olvidan de lo más importante: necesitamos tests de anticuerpos frente al COVID-19 para volver al trabajo sin riesgos.
Lo decimos los médicos y lo dicen grandes organizaciones de otros países, como Estados Unidos. El Instituto Americano de Empresas (AEI) ha publicado una guía excelente para el retorno al trabajo. En base a evidencias científicas claras, y consciente de la urgencia económica para muchas familias, establece unos principios para la vuelta escalonada y segura a la actividad laboral cuanto antes. La disponibilidad de pruebas de anticuerpos frente al coronavirus del COVID-19 es indispensable.
Es previsible que muchas personas sean seropositivas, aunque no recuerden haber tenido síntomas. Esos están inmunizados y en teoría no podrían padecer de nuevo la infección. Tampoco pueden contagiar a nadie, puesto que ya lo pasaron y están curados. Pueden volver al trabajo, sea el que sea.
Para los que tengan un resultado negativo, el retorno al trabajo debe hacerse con las precauciones de contagio que ya son bien conocidas. En cualquier caso, su riesgo de contagio va a ser menor que en las semanas previas, puesto que el número de enfermos ha caído rápidamente. Además, si enferman, los servicios sanitarios ahora sí están preparados y no colapsados.
El fin de la pandemia todavía está lejos, pero la vida debe continuar. Hemos pagado un alto precio, pero hemos dado lo mejor de nosotros para salir adelante y ayudar a nuestras familias y a nuestra sociedad. Tras sentirnos vulnerables como nunca, tenemos que estar orgullosos por nuestra solidaridad y fortaleza ante la adversidad.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.