Las cicatrices de Líbano: los rostros de la tragedia de Beirut
Al menos 180 personas murieron debido a la explosión que el 4 de agosto redujo a escombros bloques enteros de edificios
De repente, las ventanas explotaron en millones de pedazos y el interior de las casas, oficinas y negocios se llenó de cristales que cambiarían la vida de miles de personas para siempre.
Al menos 180 personas murieron debido a la explosión que el 4 de agosto redujo a escombros bloques enteros de edificios. Además, alrededor de 6.000 personas resultaron heridas tras el desastre producido en un almacén de explosivos del puerto de la ciudad, que produjo una onda expansiva que se pudo sentir a varios kilómetros de distancia.
Dos semanas después de la explosión, el fotógrafo Hassan Ammar ha retratado los rostros de la tragedia, las cicatrices, aunque solo las visibles, de este día que destrozó la vida a miles de personas.
Shadi Rizk, un ingeniero de redes, estaba trabajando en un edificio enfrente del puerto cuando vio el fuego a través de la ventana. Poco después, el humo hizo que dejara de ver. «No podía ver ni escuchar nada al principio, se hizo el vacío», explica a AP. «Después de unos 20 minutos, creo que la gente escuchó nuestros gritos y alguien nos llevó al hospital».
Shadi necesitó 350 puntos en los brazos, las piernas, el pecho y la cara. «Estas cicatrices que se quedarán en mi cara y mi cuerpo contarán mi historia», «son un signo de que he sido herido profundamente y de que me he curado».
Angelique Sabounjian es otra de los miles de heridos por la explosión. Es modelo. Ahora, su cara está marcada por una cicatriz encima de su ojo derecho. «Fue como una bomba nuclear», dice al recordar lo sucedido. Ella, como muchos otros pide que haya una investigación internacional de lo sucedido.
Como ellos, miles de personas llevarán de por vida cicatrices que les recordarán el momento que vivieron el 4 de agosto de 2020. Clara Chammas, Hassan Nabha, Yara Saeid, Rainier Jreissati, Tony Helou y Hussein Haidar son los otros protagonistas de este duro reportaje fotográfico.
Como ellos, la ciudad de Beirut tendrá ahora heridas que tardarán tiempo en cicatrizar. La explosión dejó fuera de servicio cuatro hospitales de la ciudad que atendían a pacientes de coronavirus. El aumento de contagios, sumado a los miles de heridos por la explosión, ha hecho que la capital libanesa esté «al borde del abismo», según reconoció el exministro de Salud, que dimitió de su cargo poco después de la tragedia.
Además, el Gobierno del país dimitió tras las protestas que se generaron a raíz de la explosión y el país se encuentra en un momento político convulso. Durante días, los manifestantes acusaron a las autoridades de la deflagración en el puerto, donde estuvieron almacenadas desde 2014 casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio sin las debidas precauciones.
Ahora, Líbano llora a sus muertos mientras que los heridos curan sus cicatrices y tratan, entre todos, de sacar adelante un país que ya estaba sumido en una profunda crisis.