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La mielitis transversa: el embotellamiento inflamatorio de la médula espinal

Otro aspecto a tener en cuenta en esta mielitis viene dado por el apellido de la enfermedad: transversa. No en todas las mielitis transversas se afecta el mismo segmento de la médula

La mielitis transversa: el embotellamiento inflamatorio de la médula espinal

Eduardo Verdugo | AP Photo

La empresa farmacéutica AstraZeneca ha pausado el ensayo clínico de la vacuna contra la COVID-19 que desarrolla junto a la Universidad de Oxford debido a un evento adverso serio aparecido en uno de los participantes. Aunque no se ha confirmado la naturaleza clínica de tal evento, el New York Times ha revelado que podría tratarse de mielitis transversa. ¿Qué es esta enfermedad?

La palabra mielitis ya nos indica que es una enfermedad neurológica, en la que se inflama la médula espinal. Por otro lado, transversa indica que afecta de manera completa —es decir, bilateral, tanto al área derecha como a la izquierda— a un segmento concreto de la médula.

Al igual que en la esclerosis múltiple, esta inflamación suele conllevar desmilienización. En otras palabras, se elimina la capa lipídica que envuelve los axones de las neuronas lo que, en consecuencia, produce fallos en el impulso nervioso. En la esclerosis múltiple este proceso no suele ser completo ni afectar a un único segmento de la médula, y también se ve afectada la mielina del cerebro.

La mielina es una adquisición evolutiva del sistema nervioso central que sirve para que el impulso nervioso se transmita a una alta velocidad sin necesidad de tener un axón muy grueso. Esto permite tener muchos axones más finos en un pequeño espacio. Gracias a ella podemos sentir y enviar órdenes a los músculos u órganos en milésimas de segundo, algo muy útil ante un peligro inminente o cuando tenemos que hacer varias cosas a la vez. A veces, la velocidad es un factor importante para poder sobrevivir o para destacar sobre otros individuos.

En el caso de la mielitis transversa, la desmielinización del segmento concreto de la médula puede tener una causa sospechada o no. Aunque se han descrito casos de esta enfermedad tras procesos de vacunación, un buen número de los casos de mielitis transversa son posteriores a una infección viral, o a una invasión bacteriana.

En ese caso, podría ser el propio invasor quien ataque a la mielina y ser el disparador de la desmielinización. Pero también puede ser la consecuencia del ataque inmunitario al microorganismo invasor, con lo que sería la propia respuesta del sistema inmune la causante de la desmielinización. En este caso, hablaríamos de un fenómeno de autoinmunidad.

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Al contrario que en la esclerosis múltiple, en la mielitis transversa se suele dar un único episodio sintomático del que la persona se puede recuperar completa o parcialmente, o de la que, lamentablemente, no puede recuperarse. | Foto: Joyce McCown | Unsplash

¿Qué quiere decir esto? Pues que nuestras propias defensas atacan a nuestro organismo, sin conocerse muchas veces la causa concreta que les impulsa a hacerlo. En la mielitis transversa, no está claro aún si es una o ambas razones la que la causan. También puede estar asociada a otras patologías autoinmunes o incluso a determinados tumores. Pero hay que destacar que, en la mayoría de los casos, la mielitis transversa no tiene una causa sospechada, denominándose en ese caso como idiopática. Finalmente, hay que apuntar que también se ha descrito algún caso de mielitis transversa asociada a la COVID-19[contexto id=»460724″].

Otro aspecto a tener en cuenta en esta mielitis viene dado por el apellido de la enfermedad: transversa. No en todas las mielitis transversas se afecta el mismo segmento de la médula. Este aspecto es crucial para saber el grado de afectación de la persona con esta enfermedad.

¿Qué pasa cuando se ve afectado por completo un segmento de la médula espinal?

La médula espinal tiene muchas neuronas en su interior, las motoneuronas, que mandan órdenes a los músculos. También reciben muchos axones de neuronas sensitivas alojadas en los ganglios espinales y cuya información sensorial de músculos u otros órganos hace una primera parada en la propia médula espinal sobre las denominadas interneuronas quienes, a su vez, se comunican con las motoneuronas. De hecho, ambas señales, la de envío de órdenes y la de recepción de sensaciones, se integran y ordenan en la médula espinal.

Dependiendo del nervio espinal del que vengan o hacia donde vayan, el ordenamiento y procesamiento de esta información se hace a un nivel u otro de la médula espinal. Por ello, de manera general podemos decir que los segmentos cervicales participan en integración de información de cuello y músculos de la respiración, los torácicos del torso y parte de los brazos, los lumbares, las caderas y piernas, y los sacros, la ingle, los dedos de los pies y parte de las piernas.

Pero no pensemos en la médula espinal como un conjunto de anillas colocadas una encima de otra que no se comunican entre sí, sino que hay comunicación entre unos segmentos y otros, también a través de axones, también con mielina.

Para más complicación, la médula espinal es una gran autovía de paso de información desde todas las partes del cuerpo al cerebro y desde este a la médula y después a los órganos y músculos de nuestro cuerpo. Los carriles de la autovía son los axones de las neuronas, los vehículos los impulsos nerviosos, y la mielina sirve para que señales del cerebro lleguen a la punta del pie y viceversa muy rápidamente.

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Hoy en día no existe tratamiento curativo para la mielitis transversa, aunque normalmente se aplican corticoides al paciente para reducir la inflamación de la misma. | Foto: Meta Zahren | Unsplash

Por ello, cuando todo un segmento de la médula espinal se ve afectado por la mielitis transversa, no sólo se afectan los músculos u órganos a los que envía y de los que reciben información las neuronas de esa parte concreta, sino que se ve afectada la intercomunicación entre segmentos, sobre todo con los segmentos por debajo de este y, algo muy importante, se ve muy afectada la movilidad en la gran autovía de impulsos nerviosos hacia o procedentes del cerebro.

Por esta razón, si la afectación medular es en los niveles más cercanos al cuello, el embotellamiento nervioso será mucho mayor y afectará a todos los segmentos inferiores al mismo, mientras que si es en la zona sacra se verán afectados menos segmentos de la médula y los síntomas serán menores. Normalmente, en la mielitis transversa se suele ver afectada la zona torácica, la de la parte alta de la espalda.

Síntomas y pronóstico variable

De ahí que los síntomas de la mielitis transversa varíen entre personas, aunque de manera más habitual son dolor, modificaciones en la sensibilidad y percepción de sensaciones aberrantes como hormigueos, parálisis de las extremidades (brazos o piernas dependiendo del segmento afectado), que pueden llegar incluso a ser causantes de una paraplejia y, en muchas ocasiones, afectación de la vejiga y de los intestinos, lo que afecta de manera importante a la vida diaria de las personas.

Al contrario que en la esclerosis múltiple, en la mielitis transversa se suele dar un único episodio sintomático del que la persona se puede recuperar completa o parcialmente, o de la que, lamentablemente, no puede recuperarse. Aproximadamente se calcula en un tercio cada una de las tres posibilidades.

Hoy en día no existe tratamiento curativo para la mielitis transversa, aunque normalmente se aplican corticoides al paciente para reducir la inflamación de la misma.

En la actualidad se investiga en conocer la causa de esta patología y en buscar terapias que ayuden a regenerar lo dañado por la inflamación. De lo que no hay duda, y de eso sabemos y mucho en el Hospital Nacional de Parapléjicos, es de que los pacientes cuya médula espinal está afectada se ven muy beneficiados por una buena rehabilitación, adecuada y específica a las partes del cuerpo que sean coordinadas por el segmento desmielinizado, pero también por los posteriores, así como por la comunicación con el cerebro. De ahí que sea tan importante la existencia de centros como el nuestro, donde, además de los músculos, se rehabilita la mente, la sexualidad, y se ayuda a afrontar la nueva vida de cada persona.The Conversation


Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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