Moderna contra Pfizer: dos vacunas similares en cuyas diferencias puede estar la clave del éxito
En ambas vacunas aún quedan preguntas en el aire que no han sido respondidas como cuánto dura la inmunidad o que aspectos de la COVID-19 se previenen
Existen dos vacunas contra la COVID-19 compuestas a partir de ácidos ribonucleicos mensajeros (ARNm) que se encuentran en la fase 3 de los ensayos clínicos. Una de ellas es la desarrollada por la compañía biotecnológica de EEUU Moderna en colaboración con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, que acaba de presentar los resultados intermedios de su ensayo. En ellos se asegura que la eficacia del compuesto es del 94,5%.
Estos datos tan esperanzadores indican que detectaron 95 casos de COVID-19 entre los voluntarios del ensayo. De estos, 90 casos pertenecían al grupo placebo y 5 al grupo vacunado, lo que explica la eficacia de casi un 95%. También indicaron que 11 de los casos del grupo placebo fueron «graves».
Estos datos son aún más prometedores que los de Pfizer/BioNTech. No solo porque su eficacia fue del 90%, sino porque no han indicado cómo fueron los casos detectados en el grupo placebo (leves, graves o asintomáticos). En cualquier caso, y dadas las dudas que inicialmente tenía la comunidad científica sobre que esta nueva tecnología fuera eficaz, las expectativas científicas y de la sociedad son muy altas. Todos esperamos que cuando se acabe el ensayo clínico y se comercialicen puedan dar una buena protección.
¿Qué diferencias y similitudes hay entre la vacuna de Moderna y la de Pfizer?
Ambas vacunas cuentan con varias similitudes. En primer lugar, su fórmula se basa en la misma tecnología. Usa ARNm para producir la proteína S del SARS-CoV-2[contexto id=»460724″].
En segundo lugar, y en ambos casos, este ARNm está encapsulado en nanopartículas de lípidos. Estas protegen al ARNm de la degradación, mantienen su integridad y favorecen su fagocitosis para que las células que inician las respuestas inmunitarias las pueden captar con más facilidad. Dado que se pueden unir a receptores de vesículas internas que amplifican las señales, estas vacunas generan una respuesta inmune muy fuerte.
La tercera similitud es la vía de administración, intramuscular. La cuarta es el número de dosis, dos.
Por último, los efectos secundarios que ambas han presentado son muy leves: ciertas molestias e hinchazón en el sitio de inmunización, pequeños síntomas tipo gripe, dolores de cabeza y ligera fatiga.
Sin embargo, las vacunas de Moderna y Pfizer también presentan diferencias sutiles.
Diferencias en su diseño estructural
Aunque el objetivo del ARNm de ambas vacunas es producir la proteína S, esta tiene dos partes o subunidades. La S1 contiene la región de unión al receptor celular de entrada del virus SARS-CoV-2, mientras que la S2 ayuda a que se produzca la fusión entre el virus y la célula y comience la infección.
El ARNm de la vacuna de Moderna/NIAID (denominado mRNA-1273) produce una forma estructural de la proteína S que es justo anterior a la fusión del virus a la membrana y contiene intactas ambas subunidades S2 y S1. La de Pfizer (denominada BNT162b1) produce solo la subunidad S1 que se une al receptor, dominio que se llama RBD.
La consecuencia es que el tipo de respuestas inmunológicas que ambas estructuras ARNm originen pueden ser ligeramente diferentes, tanto en los anticuerpos que generen como en las respuestas celulares.
Diferencias en la formulación de la vacuna
Mientras la vacuna de Moderna/NIAID no incluye en su formulación ningún adyuvante que amplifique la respuesta inmunológica, la de Pfizer/BioNTech sí lo hace. Aun así, la formulación no ha sido indicada en los datos metodológicos que han compartido con la comunidad científica.
En principio, que se pueda lograr una buena eficacia de vacunación con ambas formulaciones podría indicar que una vacuna es algo más potente que la otra. Esto deberá verse una vez hayan concluido los ensayos clínicos completos y se pueda saber a en qué grupos funciona mejor una y otra.
Diferencias en el espaciado de las dosis
La vacuna de Pfizer/BioNTech consiste en dos dosis que están espaciadas en 21 días. Las de Moderna/NIAID son también dos, pero espaciadas en 4 semanas.
En principio no es mucha la diferencia, ni es previsible que esto cause resultados distintos.
Diferencias en su conservación
Otra de las diferencias que ambas presentan es su conservación. Mientras que la vacuna de Moderna/NIAID se puede conservar en condiciones de refrigeración durante una semana y es muy estable a temperatura de -20 ⁰C hasta unos 6 meses, la de Pfizer/BioNTech presenta una temperatura de conservación de -75 ⁰C, lo que en principio dificulta algo su transporte e implica que se tendrá que pensar en ciertas formas de poder solventar esta incomodidad. También habrá que ver la posibilidad de que se pueda distribuir en países en los que estas condiciones tan extremas de conservación no estén disponibles.
En ambas quedan preguntas por contestar: ¿cuánto dura la inmunidad?, ¿qué aspectos de la enfermedad COVID-19[contexto id=»460724″] se previenen?
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.