Cuando la salud es un lujo: plantas VIP en hospitales públicos de Venezuela sin personal ni material
Los hospitales públicos en Venezuela están desprovistos de material y el personal es insuficiente, y los seguros privados son inalcanzables para la mayoría de la población, que tiene que recurrir a donaciones para lograr ser atendidos en condiciones
Cuando van al hospital, llevan sus propias sábanas para la cama. En la mayoría de ocasiones, son los familiares de los pacientes quienes tienen que llevar los tratamientos, los analgésicos, incluso la sutura para los cortes. Así está la situación sanitaria en Venezuela.
Los hospitales públicos están desprovistos de material y el personal es insuficiente, y los seguros privados son inalcanzables para la mayoría de la población, que tiene que recurrir a donaciones para lograr ser atendidos en condiciones.
En medio de todo ese desastre, el hospital Clínico Universitario de Caracas, uno de los principales hospitales públicos del país, ha abierto una planta VIP para atender a pacientes de coronavirus que, eso sí, tienen que pagar en dólares, según ha podido saber El Estímulo.
Atención VIP para quien pueda pagar
Mientras en la planta de abajo se amontonan los pacientes, que esperan horas y horas para ser vistos por un médico y que incluso tienen que llevar su propio material, en el mismo hospital, unas plantas más arriba, unos cuantos con dinero viven una realidad paralela.
Según las fuentes médicas consultadas por El Estímulo, que han pedido mantener su anonimato por miedo a las represalias, médicos externos operan una unidad en la que sí hay equipos de protección para ellos y el material necesario para atender a los pacientes.
La nueva unidad de cuidados intensivos (UCI) se encuentra en la quinta planta y tiene 12 camas disponibles, de las cuales, en el momento de la consulta, ocho ya se encontraban ocupadas. La remodelación de esta planta se hizo con fondos destinados para el coronavirus durante la primera ola de la pandemia, en 2020.
Los ingresos son tramitados directamente por la dirección del hospital, cuyos miembros pertenecen al Gobierno, según explican las fuentes (el hospital pertenece a la Universidad Central de Venezuela, pero fue intervenido por el Gobierno). Son las mismas personas las que gestionan los pagos en dólares, apuntan las fuentes.
Así, las únicas personas que pueden acceder a esta planta, mucho mejor equipada que el resto del hospital, son aquellas que puedan permitirse pagarlo en dólares, algo inalcanzable para la mayoría de la población. Mientras, en el resto del hospital, los familiares, pacientes y personal sanitario se las arreglan para mantener el orden y la limpieza, así como para traer alimentos y bebidas que son compartidos entre todos, porque ni siquiera eso les proporcionan.
Seguros privados con límites
Las clínicas privadas son las únicas que actualmente ofrecen en Venezuela un tratamiento adecuado a los pacientes con coronavirus[contexto id=»460724″]. En realidad, a cualquier paciente. Pero los seguros privados tampoco son lo ideal y lo habitual es que pongan un límite de tiempo y gastos en los tratamientos de personas contagiadas de COVID-19.
El organismo regulador de la actividad aseguradora ha establecido un límite de cobertura de 10 días para los pacientes con coronavirus, que se puede extender hasta 14 días en casos especiales. Además, el máximo gasto de sus asegurados que están obligadas a cubrir las aseguradoras es de 23.595 dólares. Según los datos ofrecidos por los medios locales, un día de terapia intensiva en una clínica puede estar entre los 2.000 y los 4.000 dólares, por lo que en algunas ocasiones ni siquiera el seguro cubre todos los gastos médicos derivados de un ingreso hospitalario.
Además, las clínicas privadas están ya saturadas y casi no aceptan pacientes, según explican desde El Estímulo, y sus médicos han empezado a atender a domicilio, por lo que ni siquiera un seguro médico asegura un sitio en un hospital en caso de necesitarlo.
Las redes sociales, el altavoz de la caridad
En vista de la situación que vive el país y del lujo en el que se ha convertido la sanidad, las redes sociales se han convertido en el lugar en el que muchos piden ayuda para poder costear los tratamientos de sus familiares.
Desde campañas en plataformas como GoFundMe para financiar tratamientos completos hasta la búsqueda de ampollas de Remdesivir, que cuestan unos 150 dólares, y materiales mucho más básicos, la desesperación de los venezolanos queda palpable cada día con tan solo entrar en las stories de Instagram.
Solo en el buscador de GoFundme hay ahora mismo 17.600 campañas abiertas relacionadas con Venezuela, más del 10% de las 162.000 campañas abiertas en todo el mundo.