Qué es la contaminación acústica y cómo afecta a nuestras vidas
En España la contaminación acústica provoca 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones al año. Se oye, sí, pero no se ve, por ello la mayoría no repara en su existencia
Vigo y sus dos meses de villancicos en las calles nos han dado que pensar. ¿Cómo será vivir o trabajar en alguna de esas cuarenta calles? Más allá de que te gusten o no los villancicos, de que te encante la navidad o seas El Grinch, nuestros pensamientos nos han llevado hasta la contaminación acústica: invisible a la vista pero muy real para nuestros cuerpos y mentes.
Las terrazas de pandemia, los botellones, las obras que parecen no acabar nunca, el tráfico; de vez en cuando salen a la luz escenarios donde los ruidos condicionan –y empeoran– nuestra vida cotidiana. Lo que no tenemos tan presente es el concepto contaminación acústica, cuando muchas personas de todo el mundo vivimos en lugares ruidosos. Recuerda cómo sonaba tu ciudad durante el confinamiento. Nada que ver con la vida sonora cotidiana de hoy, ¿verdad?
La Ley del Ruido española define la contaminación acústica como «la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que los origine, que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas». Los humanos somos seres ruidosos pero no todos los sonidos que hacemos producen contaminación acústica, por eso la Organización Mundial de la Salud define como ruido cualquier sonido superior a los 65 decibelios y añade que ese ruido se vuelve dañino cuando supera los 75 y doloroso a partir de los 120. En base a estas cifras, la OMS recomienda no superar los 65 decibelios durante el día a día y para tener un sueño reparador por la noche no exceder los 30.
Contaminación acústica y salud
La OMS es rotunda: «La contaminación acústica es la segunda causa ambiental de problemas de salud por detrás de la contaminación atmosférica». Por su parte, la Agencia Europea del Medio Ambiente afirma que el 20% de la población europea, más de 100 millones de personas, está expuesto a niveles de ruido prolongados que son perjudiciales para la salud: una de cada cinco personas en Europa sufren contaminación acústica.
«22 millones de personas sufren molestias crónicas importantes y que 6,5 millones padecen alteraciones del sueño graves y crónicas»
La Agencia Europea explica que la exposición prolongada al ruido puede afectar a la salud de distintas formas y no solo al oído, como inicialmente cabe pensar. La contaminación acústica puede producir distintos tipos de molestias, trastornos del sueño, también efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular y metabólico, estrés, ansiedad, así como deficiencias cognitivas en niños. «Los datos actuales permiten deducir que el ruido ambiental es una de las causas que provocan 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica al año y 12.000 muertes prematuras. También se calcula que 22 millones de personas sufren molestias crónicas importantes y que 6,5 millones padecen alteraciones del sueño graves y crónicas», afirma la Agencia.
La empresa GAES dice que en España la contaminación acústica provoca cada año más de 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones derivadas, además de que hay más de 2 millones de personas que sufren problemas relacionados con el descanso nocturno.
No cumplimos
La Agencia Europea del Medio Ambiente denuncia que no se han alcanzado los objetivos en materia de ruido ambiental que se habían fijado en las políticas comunitarias. Es más, estima que esto no va a suceder en un futuro inmediato, sino más bien al contrario debido al crecimiento urbano y al aumento del tráfico y la necesidad de movilidad. Así pues, se espera que las cifras empeoren, por lo que la contaminación acústica seguirá siendo un problema sin resolver. A día de hoy hay países europeos que ni siquiera cumplen con la elaboración de datos de contaminación acústica.
Pero no todo son malas noticias, la Agencia también reconoce que hay lugares que están adoptando medidas para solucionar el problema de la contaminación acústica como utilizar en las carreteras un asfalto que reduce el ruido, poner neumáticos silenciosos en los vehículos, ampliar infraestructuras para coches eléctricos, promocionar de la movilidad a pie o en bicicleta, peatonalizar calles, etc.
Para la OMS no todo está en manos de los gobiernos y defiende que también es clave la concienciación de la ciudadanía para luchar contra la contaminación acústica. Siguiendo esta línea, GAES ha lanzado Listen Responsibly, una app para medir la contaminación acústica en España y crear un mapa de ruido del país. «Como la contaminación acústica no se ve, la finalidad de esta aplicación es visibilizarla para que la gente tome conciencia de su existencia y de lo que supone», explica Clara Rabat, de Responsabilidad Social Corporativa de Gaes. «Cualquier persona puede utilizar esta app que funciona como un sonómetro que te permite medir el ruido ambiente del sitio donde estés. La medición que haces queda registrada en un mapa, por eso la creación del mapa del ruido es un proceso colaborativo. Además la app también es útil a título individual; por ejemplo, imagina que vas a cambiarte de casa, pues puedes medir el sonido que hay en el barrio al que te quieres mudar y comprobar si hay o no contaminación acústica».
Si alguien pronuncia delante de nosotros la palabra contaminación lo más probable es que no se nos ocurra pensar en la acústica. Clara Rabat insiste mucho en que si a día de hoy no somos tan conscientes de la contaminación acústica como de la ambiental es precisamente porque no la vemos y por eso o ni sabemos que existe o la consideramos un mal menor.