¿Qué es la teoría de la relatividad?
Un periodista le pidió una vez al científico si podía explicarle dicha teoría. Entonces Einstein le preguntó: «¿Me puede explicar usted cómo se fríe un huevo?». El periodista se sorprendió y le dijo que claro, que podía explicarlo. Fue entonces que Einstein le dijo: «Pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego».
Albert Einstein (1879-1955), a pesar de los rumores que circulan en torno a sus malas calificaciones, fue un estudiante aplicado que se encontró con profesores que se lo pusieron difícil. Era un niño extraordinariamente curioso con una alta tendencia a la soledad que con el paso de la adolescencia fue empeorando sus resultados académicos. De hecho, suspendió las pruebas de acceso a la universidad y algún profesor le sugirió que buscara otro camino. Aquella circunstancia no invitaba a imaginar que Einstein llegaría algún día a desarrollar la teoría científica más conocida del mundo.
Hay una anécdota divertida que compartieron el genio alemán y el cineasta Charles Chaplin. En el estreno de Luces de la ciudad, en 1930, el actor de blanco y negro se le acercó para presentarle su admiración, y acto seguido le susurró: «La gente me aclama porque todos me entienden, y a usted, porque no le entiende nadie». Tenía mucha razón Chaplin, pues a pesar de ser suya la teoría más conocida, resulta difícil encontrar a quien pueda explicarla. Un día como hoy de 1905 se publicó la teoría de la relatividad especial con la firma de Albert Einstein.
Un periodista le pidió una vez al científico si podía explicarle dicha teoría. Entonces Einstein le preguntó: «¿Me puede explicar usted cómo se fríe un huevo?». El periodista se sorprendió y le dijo que claro, que podía explicarlo. Fue entonces que Einstein le dijo: «Pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego».
Esta anécdota pone de manifiesto que comprender en un sentido estricto la teoría es casi imposible si no se tiene un conocimiento elemental de Física y de Matemáticas. Sin embargo, podría determinarse en un sentido básico que esta teoría demuestra que el tiempo no es constante y que depende de nuestra perspectiva que las cosas pasen más rápido o más despacio. Esto mismo ocurre con el espacio, lo que los convierte en relativos. Asimismo, esta teoría sostiene que un objeto material no puede viajar a la velocidad de la luz, que es de 300.000 kilómetros por segundo, y tampoco más rápido. Nada en Física impide viajar a velocidades que se aproximen a la velocidad de la luz, pero, por más que se intente, nunca se sobrepasaran.
Este hecho lo resumió el científico Carl Sagan en una frase elocuente: «No le puedes pedir al universo que esté en perfecta armonía con la ambición humana».
El motivo por el que no se puede superar la velocidad de la luz es que cuando intentamos acelerar algo, la masa del objeto también crece, y acaba requiriendo de una energía igual a infinito para moverlas. Para Einstein, a su vez, masa y energía son lo mismo; esta es la premisa de E=mc2, lo cual se confirma, por ejemplo, en las explosiones de bombas atómicas.
Las teorías de Einstein han sido cuestionadas a menudo. No obstante, en cada uno de los experimentos que se ha puesto en marcha a partir de sus descubrimientos se ha terminado por reforzar sus tesis. Además, pese a que haya pasado más de un siglo desde entonces, estos conocimientos han permitido avanzar a pasos agigantados en la investigación del origen del universo, de la naturaleza de la gravedad, de la formación de agujeros negros, de la expansión de las galaxias o de la radioterapia y la tecnología GPS, por mencionar asuntos más cercanos.
A día de hoy, los manuscritos en los que desarrolló la teoría de la relatividad general, que publicó en 1915 como ampliación a la teoría de la relatividad especial, se conservan en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Son 46 hojas amarillentas y totalmente llenas de fórmulas y comentarios en alemán que, como reconoció el profesor Hanoch Gutfreund, presidente del Comité Académico de los Archivos de Albert Einstein, son «un descubrimiento inmenso que representa una de las mayores revoluciones en la ciencia moderna, pues modificó por completo la comprensión newtoniana del universo».