Ni parece artificial, ni duele: las respuestas que necesitas conocer sobre el injerto capilar
Quítate el miedo. El injerto capilar es cada vez más común entre los españoles. Lo es, fundamentalmente, por una estadística anímicamente demoledora para España: se trata del segundo país con más calvos de Europa, según un estudio de Tripadvisor. La compañía informó de que el 42,6% de los españoles son alopécicos. Solo nos supera la República Checa (42,79%). A casi 10.000 kilómetros de nuestras fronteras encontramos nuestra verdadera antítesis, una genética privilegiada donde los calvos son una excepción. Estamos hablando de China, donde la estadística apenas alcanza al 19,24% de sus ciudadanos.
Quítate el miedo. El injerto capilar es cada vez más común entre los españoles. Lo es, fundamentalmente, por una estadística demoledora para España: se trata del segundo país con más calvos de Europa, según un estudio de la empresa japonesa de pelucas Aderans . La compañía informa de que el 42,6% de los españoles son alopécicos. Solo nos supera la República Checa (42,79%). A casi 10.000 kilómetros de nuestras fronteras encontramos la verdadera antítesis, una genética privilegiada donde los calvos son una excepción. Estamos hablando de China, donde la estadística apenas alcanza al 19,24% de sus ciudadanos.
Los datos que maneja la empresa especializada Svensson son todavía más desesperanzadoras: el 60% de la población adulta tiene una predisposición alta a sufrir alopecia.
La calvicie tiene muy mala fama. Solo hay que leer declaraciones como las que hizo la estrella del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann, con una admirable cabellera rubia, que al preguntarle si sacrificaría su pelo a cambio de marcar el gol de la victoria en la final de la Champions, respondió sin tapujos: «No, no. Imposible. Prefiero que no. Me da igual que sea una final de la Champions. Que lo meta otro. Pero calvo no”.
Las causas de la alopecia son diversas, pero hay una que se impone claramente al resto: la alopecia androgénica. Probablemente la mayor amenaza para la autoestima de muchos hombres y algunas mujeres. Por esta razón tantos españoles apuestan por someterse a operaciones de injerto capilar, ya sea en España o en Turquía, donde los precios son mucho más económicos –en parte por las subvenciones otorgadas por el Ejecutivo de Erdogan a las clínicas, en un esfuerzo por liderar este tipo de turismo–. En España, rondan los 12.000 euros. En Turquía, los 3.000 euros. Si atendemos al caso de Estados Unidos, la intervención supera los 20.000 dólares.
Es normal que surjan muchas dudas al respecto. Así que lo primero que te recomendamos es que acudas a una clínica especializada para recibir un estudio de tu caso en concreto. Solo cuando te consideren apto para el trasplante deberás hacerlo; además, de esa forma, sabrás cuánto pelo necesitas para cubrir la cabeza. Mientras tanto, nosotros te respondemos a las preguntas más frecuentes entre los candidatos a recibir un injerto capilar y, ya de paso, ilustramos el artículo con famosos que han recurrido a esta operación estética.
¿Qué técnica se utiliza para el injerto capilar?
Se llama FUE. Se trata de la técnica más efectiva hoy en día, así como la más empleada, y responde como acrónimo de Follicular Unit Extraction (Extracción de Unidades Foliculares, en castellano). En términos sencillos, consiste en sacar un folículo de una parte no sometida a la dictadura de la alopecia –normalmente de los laterales y la nuca, aunque puede ser también de la barba y el pecho (este último, por su debilidad, menos recomendable)– para introducirlo allí donde se encuentre la calva.
Los folículos extraídos en la zona donante no se recuperan. ¡Pero que no cunda el pánico! Los especialistas saben cuánto pueden quitar para que el resultado sea natural y la ausencia no sea perceptible. A fin de cuentas, esas partes están más pobladas.
El primer paso de la intervención consiste en el dibujo de la línea capilar que tendrá el paciente, que se realiza a voluntad. Dicho esto, se ruega una dosis de realismo y responsabilidad estética en los mismos. Es importante comprender que los milagros no existen, que la cantidad de pelo trasplantable es limitada y que el objetivo es que el resultado no sea artificial. Nuestro consejo es que siempre se tenga en cuenta la opinión del doctor.
Antes de la intervención, salvo que no sea estrictamente necesario, se procede al rasurado de la cabeza. Luego se extraen los folículos de la zona donante y se introducen en la zona receptora haciendo uso de una microperforadora quirúrgica. La duración del proceso depende del número de sesiones. De realizarse en una única tanda, suelen promediar las 6-8 horas.
¿Me va a doler?
No, puedes estar tranquilo. El único momento de dolor leve se produce en la aplicación de la anestesia local. Durante la operación eres consciente de todo. Así que si sientes alguna molestia durante las punciones, más vale que avises.
¿Deja marcas o cicatrices?
No. De hecho este es uno de los grandes avances que representó la técnica FUE. Anteriormente se realizaban con más frecuencia técnicas como la FUSS, coloquialmente conocida como técnica de la tira, que dejaba una larga cicatriz permanente en la nuca.
Las únicas marcas se dejan ver únicamente durante los primeros días en forma de costras, tanto en la parte donante como en la receptora. Se van cayendo con los lavados. A las dos semanas apenas quedan restos, fácilmente confundibles con la caspa.
¿Se hace duro el posoperatorio?
Ciñéndonos exclusivamente a la dureza del proceso: la peor parte tiene lugar en la primera semana. Como la parte receptora no debe entrar en contacto con absolutamente nada, te recomiendan dormir con una cojín cervical. Esto quiere decir que debes dormir recto, cual faraón en un sarcófago.
Si eres fumador, debes dejarlo la primera semana. O al menos reducir drásticamente el consumo. Tampoco podrás beber en los primeros siete días. ¡Ni tener relaciones sexuales! El deporte está prohibido el primer mes. Igual que las piscinas y las saunas. Deberás seguir unos protocolos de lavado de cabello estrictos, evitar el contacto del pelo con el vaho y el polvo y, si sales a la calle, cubrirte la cabeza para protegerla de la luz solar.
Asimismo, se recomienda no cortar el pelo con maquinilla durante un año en la zona trasplantada. Con tijera puede hacerse pasado el mes. En el caso de la zona donante, se puede pasar la máquina en el sexto mes. Nada de tintes y químicos dañinos durante el primer año. ¡Ah!, por supuesto, rascarse está prohibido. Si te pica, te aguantas. ¿Acaso quieres correr el riesgo de arrancarte un preciado folículo?
Para cerrar el apartado, insistimos: es innegociable seguir a rajatabla las indicaciones médicas. La primera semana es decisiva para el éxito de la operación: es el periodo clave para que el pelo agarre.
¿Cuándo puedo reincorporarme al trabajo?
Una cosa está clara: depende del tipo de trabajo que tengas. Si implica grandes esfuerzos físicos, el tiempo de descanso debe ser mayor. Sin embargo, si tienes un trabajo de oficina, pasada la semana podrás incorporarte. Dicho esto, quien mejor podrá resolverte esta duda, en función de tu trabajo, será el propio médico que te atienda.
¿Cuándo podré lucir pelazo?
Venga, la parte que estabas deseando leer. No es un proceso sencillo. Ni rápido. Requiere paciencia. No es inmediato. Puede ponerte a prueba y hacer que pierdas los nervios. Alrededor de la segunda semana de trasplantarte los pelos ¡comienzan a caer! No siempre ocurre, pero es bastante habitual. Hay quien pierde más y quien pierde menos. Alerta: no tienes por qué preocuparte. Lo que cae es el pelo, pero el folículo está dentro. Tu nuevo pelo está en camino. Este periodo puede durar ocho semanas, en las que puede caerte incluso pelo que no estaba implicado en la historia. A este fenómeno se le conoce como shock loss.
Como decíamos, esto requiere paciencia. Los primeros resultados son perceptibles al tercer mes, cuando verás brotar como la hierba los primeros pelos, todavía finitos. En el sexto mes comenzarás a descubrir cambios sustanciales: el 70% de los pelos trasplantados habrá hecho ya su esperada aparición.
Pero el momento mágico llega con el año. Ahí ya estará el 100% del pelo ocupando lo que antes era un desierto. Si esperas otros seis meses, ese pelo alcanzará su máximo potencial y vigor, sobre todo en la zona de la coronilla.
Entonces, ¿dejaré de ser calvo?
Que sí, siempre que sigas a conciencia todas las recomendaciones y pongas de tu parte. El pelo que te han puesto arriba es tan duradero como el que tienes en los costados. Así que sí, dejarás de ser calvo. Tal vez requieras de una segunda intervención en caso de que quieras una mayor densidad. Pero para entonces ya habrás tenido que renunciar a peinados extraños y peluquines. ¡Habrás dicho adiós para siempre al club de los calvos!