Oozbein People, un ozonizador de tecnología 100% española que va a revolucionar su mercado (y nuestras vidas)
La historia de Oozbein se remonta a hace mucho tiempo, muchos años antes de que la palabra «ozono» se introdujera en nuestro vocabulario y en nuestras vidas como una necesidad más
En pandemia hemos comprendido la necesidad, cuando no urgencia, de desinfectar los espacios para cuidar de nuestra salud. Y esa urgencia la ha canalizado, como pocos, la startup española Oozbein, que ha creado y sacado al mercado un dispositivo pionero para la desinfección con ozono. ¿Su valor añadido, aquello que los distingue? A grandes rasgos, que su producto puede convivir en una misma habitación con la presencia de las personas, algo que no han logrado sus competidores.
El Oozbein People, el primer producto que saca al mercado esta empresa tecnológica, cuenta con una fabricación 100% española. En The Objective hablamos con Cayetano García Soriano, CEO y socio fundador de la compañía, para que nos explique el funcionamiento y la historia detrás de este producto pionero en el mercado mundial.
La raíz de todo está en una pequeña estación de servicio
La historia de Oozbein se remonta a hace mucho tiempo, muchos años antes de que la palabra «ozono» se introdujera en nuestro vocabulario y en nuestras vidas como una necesidad más. Hablamos del año 2001, en los albores del siglo XXI, cuando Javier Hernández García, un inventor de vocación y natural de Zamora, se planteó que la desinfección de los vehículos podía ir un paso más allá.
Hernández regentaba por aquel entonces una estación de servicio en la provincia de Salamanca, donde había un túnel de lavado que él mismo había diseñado. Un día se acercó a él un empresario del sector jamonero con un coche recién comprado. En el interior de aquel vehículo se había vertido ácido láctico, lo que provocaba un hedor considerable. Fue entonces cuando Hernández comenzó a investigar los principales agentes desinfectantes para el ambiente que fueran compatibles con la delicada tarea de desinfectar un coche sin estropear su tapicería. En ese momento dio con el elemento que centraría su investigación en los años venideros: el ozono. Tras muchos años de investigación, dio con la tecnología que hoy es conocida como Oozbein Indoor Health Air. «Se dio cuenta que el reto estaba en la desinfección ambiental con presencia de personas», explica García Soriano.
Al final del camino, Hernández desarrolló una técnica pionera, patentada y certificada por el Departamento de Microbiología y Genética de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca. Una tecnología que se ha hecho realidad gracias, entre otros, al apoyo que Cayetano García Soriano brindó a su inventor en un momento crítico. «Javier me llamó en pleno confinamiento y le dije que le respondería rápidamente. Hablé con mi mujer, y ella me dijo: ‘Cayetano, en época de crisis mientras unos lloran otros venden pañuelos’», relata García Soriano sobre el comienzo de su asociación con el inventor zamorano.
El artífice de este invento ya se había puesto en contacto anteriormente con el empresario, que es además socio fundador de una boutique financiera llamada Gratia Capital, donde –entre otras cosas– estudian proyectos industriales con algún componente tecnológico. En este contexto, el inventor se le acercó, hará unos tres años, con su producto de desinfección ambiental. Un concepto sobre el cual, según él mismo admite, no era consciente de que fuera «algo necesario». El tiempo, y una pandemia global con un virus respiratorio como protagonista, revivieron la idea hasta hacerla realidad en el mercado.
El valor añadido de Oozbein
El dispositivo Oozbein People funciona por contacto y no por concentración, como la mayoría de dispositivos similares que encontramos en el mercado. Esto permite que pueda ser utilizado con la presencia humana en el habitáculo donde esté el dispositivo en funcionamiento. Toda una revolución. Su tecnología, nos expone García Soriano, «está basada en el alto poder oxidante del ozono, realizando una desinfección por contacto y no por saturación como otros dispositivos. La base es que Oozbein ha demostrado que no hace falta una concentración determinada de ozono para acabar con los patógenos, sino llegar a contactarlos, y eso desde el techo con una pequeña cantidad es posible mediante decantación. La molécula de ozono, al impactar con la membrana lipídica del patógeno, lo desintegra. Oozbein People no satura el ambiente, trabajando mediante una técnica de autolimpieza con niveles de concentración de ozono de 0% y nunca superando 0.02 PPM». Estos son los niveles recomendados por las más restrictivas instituciones internacionales, como la OMS (Organización Mundial de la salud), la FDA (Agencia de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos), la EPA, (Agencia de Protección Medioambiental de EEUU) y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de España.
El funcionamiento es sencillo: mientras que la molécula del oxígeno está compuesta por dos átomos de oxígeno (O2), el ozono está compuesto por tres átomos de oxígeno (O3). El ozono es, por tanto, más pesado que el aire. «Oozbein People crea desde el techo unas cortinas horizontales de ozono, que una vez formado comienza a decantar en la atmósfera. En este movimiento descendente ocurre la reacción del ozono con cualquier contaminante que encuentre, convirtiéndose de nuevo en oxigeno tras esta reacción, limpiando el aire. Un sistema natural de autolimpieza que actúa en la desinfección de patógenos contaminantes ambientales», dice García Soriano.
«La pandemia del coronavirus ha identificado un problema al que no se lo ponía remedio de manera masiva, y es que un habitáculo interior está entre cinco y ocho veces más contaminado que el exterior y este ambiente contaminado es un ambiente que enferma. Esta necesidad ha hecho que se busquen soluciones eficaces, y el ozono es el elemento conocido más potente para eliminar en ambiente los microbios (virus, bacterias y hongos). El ozono es un biocida que hay que utilizar adecuadamente, pues en el mercado lo que se conoce son dispositivos llamados cañones de ozono y estos son muy eficaces pero no se pueden utilizar en presencia de personas. Oozbein aporta una solución con una técnica de baja emisión trabajando con concentraciones del 0%». Además, este dispositivo no precisa ningún tipo de mantenimiento –una ventaja competitiva en el mercado–, y su vida es de 15 años, «pero con un cambio de placa base, me atrevería a decir que viviría otros 15 años», apunta el empresario.
Más allá del ámbito doméstico, donde Oozbein People funciona a la perfección, este dispositivo está especialmente pensado para entornos donde haya una gran afluencia de personas. Esto, menos de un año después de que la idea del inventor zamorano tomara la forma de producto en el mercado, es ya una realidad: «En la actualidad estamos en varios hospitales, como el Pío XII de Madrid, en clínicas de odontología de referencia, como la Clínica CIRO, además de en hoteles, notarías, empresas de autobuses, restaurantes, firmas de moda, ascensores… cualquier habitáculo donde haya un encuentro de personas», explica García Soriano, que también quiere destacar «un proyecto de investigación con SAMU para la desinfección de sus unidades móviles donde se atienden a pacientes COVID positivo».
Del origen a un futuro asegurado
Sobre si es más difícil fundar una compañía como esta en este mercado que en otros, García Soriano lo tiene claro: «No creo que en España sea especialmente difícil crear nuevas empresas, lo que es difícil es que perduren en el tiempo, pues aún son insuficientes las ayudas que aportan a las nuevas tecnologías. Las hay, pero el proceso de ayudas es muy dilatado en el tiempo y eso hace que proyectos como este no puedan depender de la administración. Te diré, como empresario, que nunca me ha gustado depender de ayudas externas más allá de la financiación bancaria o privada. Los negocios no se pueden crear bajo la premisa de las ayudas, sino que deben prosperar por sus productos o servicios y la adecuada administración del empresario».
El futuro del sector está asegurado. «Esta pandemia ha puesto de manifiesto que las personas nos contaminamos unas a otras al hablar, toser o estornudar, ya sea de SARS-COV-2, de gripe común (cada año con cepas más agresivas), varicela, legionella, rubéola… o cualquier otra enfermedad por vía respiratoria que pueda venir. Además, el calentamiento global y el aumento de la pobreza pueden acentuar nuevos microbios», por lo que no tiene ninguna duda de que «esta necesidad no va a quedar en el olvido porque desaparezca un virus u otro». El devenir de Oozbein parece que también está garantizado: «Veo que a Javier, mi socio y artífice de esta tecnología, no se le acaban las ideas. Tenemos otros productos por desarrollar y evolucionaremos aportando valor en la higiene y salud humana. Aunque te reconozco que ya estamos en un proceso abierto con algunos potenciales socios industriales internacionalmente conocidos que se han acercado para crear alguna alianza».
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