Brahim Gali fue introducido clandestinamente en España con un pasaporte falso en el que figura como «embajador retirado», bajo el nombre de Mohamed Benbatouche y con membrete de la República de Argelia, informa ABC, que además asegura que de toda la estancia del líder del Frente Polisario en España, el único documento de identidad que utilizó y quedó registrado es este.
Según el medio, el falso documento fue elaborado «precipitadamente» el mismo día que llegó e ingresó en el hospital San Pedro de Logroño para curarse el Covid el pasado 18 abril, fecha por la cual el líder del Polisario tenía abierta una investigación penal en España por genocidio y terrorismo. De esta forma, según ABC, el juez que investiga el caso, Rafael Lasala, ha apreciado indicios de prevaricación, falsedad y encubrimiento en la operación urdida por el Gobierno para acoger a Gali.
Por su parte, la exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya, quien coordinó la operación, reconoció el pasado lunes ante el titular del juzgado de instrucción número 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, que autorizó una entrada «discreta» del líder polisario Brahim Gali en España a mediados de abril por razones humanitarias y que lo hizo «de buena fe» ante la petición de un país tercero.
González Laya declaró el 4 de octubre en la capital aragonesa como investigada en el caso de la entrada en España por la Base Aérea de Zaragoza de Gali, gravemente enfermo de covid-19, y ante el juez la exministra se refirió en múltiples ocasiones a la «buena fe» que rige las relaciones internacionales de España con otros países.
A preguntas del juez, en una declaración a la que ha tenido acceso Efe, Laya explicó que recibió una llamada el 14 de abril de una «autoridad argelina», que por la ley de secretos oficiales rehusó identificar, en la que le pedían acoger a Gali por razones humanitarias.
A Laya le dijeron, según ella misma apuntó, que Gali tenía pasaporte diplomático y que su hijo, la persona que le acompañaba, tenía permiso de residencia en España, y «de buena fe» y con respeto al acuerdo de Schengen, se autorizó la entrada que permite en estas situaciones dejar entrar a un ciudadano dentro del territorio de la UE incluso aunque no porte documentos.
Pero es que a Laya, quien rehusó en varias ocasiones revelar si alguien más en el Gobierno sabía del asunto, le insistieron en que Gali tenía pasaporte diplomático y por lo tanto se entendió que no era necesario el control de pasaportes de una persona que llegaba «entubada y sedada» y a quien le urgía una evacuación a un hospital.