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Gastronomía

Tres vinos de viñedos con vistas al mar

Viñas que reciben la influencia marina y elaboraciones fruto de un entorno único

Tres vinos de viñedos con vistas al mar

Finca Garbet.

Hablamos de tres mares, Atlántico, Cantábrico y Mediterráneo, y elaboraciones que proceden de Pontevedra, Guipúzcoa y la Costa Brava. Dos blancos y un tinto de viñedos bañados por la brisa marina, en el caso del gallego con cepas pegadas al mar, y cuyos vinos resultantes son paisajes embotellados. Aquí hay territorio y una ubicación excepcional, irrepetible.

Por lo general, se habla de equilibrio cuando el océano está tan cerca. Porque estas condiciones geográficas favorecen una moderación de las temperaturas que contribuye a que las uvas maduren en tiempo y forma, al ritmo debido, siempre que el contraste térmico entre el día y la noche no sea extremo. Tres viñedos que conforman un manto vegetal y se precipitan sobre mares bravíos, ofreciendo espectaculares vistas panorámicas de la costa en la que se localizan.

En esta ocasión reparamos en vinos procedentes de esas viñas costeras, pero luego son varios los territorios que, aunque no divisan el agua, llevan la influencia de los vientos marinos en su ADN por cercanía a la costa. Elaboraciones que al final resultan sápidas, con destacadas notas salinas e incluso yodadas. Vinos que muestran paisajes y regalan sabores únicos.

Kaiaren 2016. Chacolí de Guetaria

Es una de las tres denominaciones vascas que elaboran chacolí, y es aquí, en tierras guipuzcoanas (Getariako Txakolina) donde se sitúan los viñedos de Bodega K5, proyecto que arrancaba en 2005 con el afamado cocinero Karlos Arguiñano como socio aunque es su hija Amaia quien se encuentra al frente en la actualidad. Con impresionantes vistas sobre el Cantábrico desde las zonas más altas, las viñas rodean el edificio de la bodega y sus vinos, como en general el resto de chacolís de Guipúzcoa, destacan por una mayor acidez además de una graduación más moderada.

De una selección de sus mejores viñedos procede el blanco Kaiaren 2016 (37 €), elaborado con hondarrabi zuri, la uva principal del chacolí, que ha tenido una crianza de 48 meses con sus lías en grandes depósitos de acero inoxidable -en ningún momento ha tocado madera-, seguidos de dos años más reposando en el botellero hasta salir a la venta. Un vino con capacidad para seguir evolucionando gracias a la acidez que conserva, que en este momento presenta aromas de frutas de hueso, hierbas aromáticas, cítricos, toques especiados y recuerdos a yodo. Corpulento, afilado, con tensión (por la frescura ácida), sápido y un fino amargor en el paso que invita a repetir. Un blanco reflejo de esas colinas que se asoman al mar en estas villas marineras reconocidas por sus chacolís blancos cítricos, herbáceos y chispeantes que no pierden el recuerdo al océano que las impregna.

Finca Garbet 2019. A orillas del Mediterráneo

En la mismísima Costa Brava se encuentra el viñedo más espectacular de Bodegas Perelada, en la denominación de origen Empordà y la finca de la que proceden las elaboraciones más top del grupo. La suya es una situación privilegiada, una especie de anfiteatro natural sobre suelos pizarrosos en el norte del Cap de Creus desde el que se contempla la estampa de un relajante Mediterráneo, a cuyos pies está el límite de la finca. Eso sí, también hay matices atlánticos porque cuando sopla la Tramontana sus vientos no se apiadan.

Suma a esto escasas lluvias que compensa con la frescura de la brisa marina y la calidez del sol. Además, las viñas conviven con hierbas aromáticas y diversidad de árboles como olivos. Es de este maravilloso y bucólico escenario del que procede la joya de Perelada, poco más de dos mil botellas de Finca Garbet 2019 (122 €), un tinto exclusivamente de syrah con 24 meses en barrica que refleja todo ese paisaje en el que nace. Un vino muy expresivo en nariz, con notas de frutas maduras, monte bajo, flores, especias, aromas minerales y recuerdos cremosos de la crianza. En boca resulta voluminoso, equilibrado, con un tacto cremoso (gracias a unos taninos pulidos, sedosos) pero con frescura y mineralidad. Larga persistencia.

Martín Códax Arousa 2021. Parcelas que acaricia el Atlántico

En este tercer vino viajamos a la provincia gallega de Pontevedra, al pueblo de Cambados, donde la emblemática firma Martín Códax selecciona micro parcelas para la elaboración de su Martín Códax Arousa 2021 (24 €). Un blanco de albariño de viñas bañadas por el mar en la zona cambadesa de San Tomé pues son viñedos que crecen en la desembocadura del río Umia, plantados en los años ochenta y cultivados por viticultores de larga tradición marinera y pesquera.

Al final, uvas sobre las que la influencia de la ría de Arousa y un suelo granítico se traducen en un albariño en el que sobresalen las notas salinas y yodadas. Ha tenido año y medio de crianza en depósitos de acero inoxidable, en ningún momento ha estado en contacto con la madera, y el resultado es un blanco intenso con destacados aromas cítricos, de frutas de hueso, notas balsámicas y recuerdos de algas marinas. Jugoso en la boca, con una buena acidez cítrica, muy sápido y largo en el paso.

LOS VINOS REFERIDOS RESPONDEN EXCLUSIVAMENTE A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD

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