Cinco vinos en el nombre de un padre (o madre)
Porque fue pensando en ellos por lo que se crearon y razón por lo que se trata de elaboraciones muy especiales
Felisa Espinosa, quien fuera mujer de Emilio Moro, con sus hijos. | Emilio Moro
El homenaje a seres queridos es una motivación muy extendida en nuestro sector vinícola a la hora de elegir el nombre de un vino y antes, por supuesto, al decidir el tipo de elaboración y cómo se elaborará. Siempre vinos que son especiales, ante todo por la motivación que ha animado su creación, y razón por la que proceden de viñas seleccionadas que han sido tratadas y a posteriori elaboradas con todo el cuidado y mimo. Al final, etiquetas importantes como las personas que animaron su creación y entre las que recuperamos cinco las muchas existentes; una de reciente aparición, pero las otras con varias añadas de vida a sus espaldas.
La Felisa 2022 (27,50 €). Bodegas Emilio Moro
Empezamos por una mujer, Felisa Espinosa, quien fuera la esposa de Emilio Moro y madre de José (Cepa 21) y Javier Moro, este ahora al frente, junto a sus hermanas, de la bodega familiar en la Ribera del Duero. Una de las firmas icónicas en esta ribera vallisoletana, ha sido esta tercera generación quien quiso homenajear a su madre Felisa, o La Feli, como la llaman quienes la conocen, «por su entrega, su pasión y ser el eje de la familia Moro», declaran con orgullo. Una mujer que sigue acompañando a sus hijos en sus proyectos y celebrando los éxitos obtenidos. A punto de cumplir los noventa años, el vino que lleva su nombre es el primero con certificado ecológico de la casa. Se trata de un tinto elaborado con uvas de tempranillo, localizadas a 900 metros de altura, y un año de crianza en barrica francesa. Intenso y expresivo en aromas, donde destacan los frutillos frescos, notas florales y un fondo especiado. Con cuerpo, equilibrada frescura y persistencia en el paso.
Nemesio 2021 (55 €). Casar de Burbia
Desde la denominación Bierzo, este también tinto de la firma Casar de Burbia es otro merecido homenaje al padre de su artífice. Nemesio es el homenajeado, e Isidro Fernández su hacedor. Un gran vino, que en esta añada cambia de imagen y de nombre, (hasta ahora era Tebaida Nemesio), además de salir al mercado como «vino de paraje» porque las uvas proceden del conocido como paraje Barreiriñas. De su padre Isidro nos cuenta con emoción que tiene 90 años y sigue yendo a la bodega a diario, «a las seis de mañana está allí, y se encarga de ventilar nada más llegar». Porque Nemesio fue el fundador y alma mater de esta casa que arrancó el proyecto sobre una antigua bodega familiar en la que se practicaba la viticultura artesanal que entonces se hacía en la zona.
En lo que respecta al vino, es un monovarietal de mencía, de cepas de antes de 1940 «por lo menos», señala Isidro, ecológico, y con una crianza de 18 meses en roble francés. Un vino elegante y muy aromático, con notas de frutas rojas frescas, caramelo de fresa, flores y especias. Sabroso en la boca, equilibrado, fino, con paso amable y de largo recorrido.
Homenaje a Josep Mata Capellades 2004 (275 €). Recaredo
Josep Mata Capellades fue el fundador de Recaredo, bodega puntera en la elaboración de espumosos que el pasado año cumplía su primer centenario. Tras trabajar en cavas de Sant Sadurní durante años, en la década de los cuarenta y junto a su esposa, Francisca Casanovas, Mata Capelladas establecía la bodega bajo la casa familiar y aquí comenzaba la historia de hoy una de las firmas catalanas más destacadas en lo que a la elaboración de espumosos se refiere. Porque también Josep Mata formó parte del grupo pionero en hacer ‘burbujas’ con largas crianzas, a día de hoy práctica de lo más extendida. Luego fueron sus hijos, Josep y Antoni Mata Casanovas, quienes continuarían la labor por él emprendida alcanzando las cotas de reconocimiento y popularidad que ahora tienen los vinos de esta firma. Coincidiendo con una celebración tan señalada como el cien cumpleaños, a finales del pasado año fallecía Antonio Mata, hijo del fundador, hasta entonces presidente de la casa y padre de sus actuales responsables, representantes de la tercera generación familiar. Con este nuevo espumoso, del que ha salido una edición limitada de 2.850 botellas, aparte de homenajear a Josep Mata Capellades supone un emotivo recuerdo para su hijo, al frente de Recaredo hasta el último momento. Se trata de un brut nature elaborado con viñas viejas de macabeo (67%) y xarel.lo (33%) localizadas sobre suelos calcáreos, que ha estado 224 meses en botella, o lo que es lo mismo, 18 años y 8 meses en reposo, lo que contribuye a hacerlo más emocionante. Porque en todo este tiempo ha ganado en complejidad desprendiendo amplitud de matices en la nariz (frutos secos, fruta madura, notas de panadería, toques de salvajes herbáceos) y sensaciones en boca, donde sorprende la fina frescura ácida que conserva.
Viña Sastre Rosado Marcelina Gómez 2023 (12 €). Viña Sastre
De vuelta a la Ribera, en este caso en territorio burgalés, destacamos el rosado que el reconocido Jesús Sastre elabora en Viña Sastre en homenaje a su madre, Marcelina Gómez. Un vino del que salen en torno a 6.000-8.000 botellas, en función de la añada, que además recuerda a los vinos que se hacían antaño en la zona y del que Marcelina siempre fue aficionada. “Mi abuela, alma mater de nuestra casa, inspiró este vino porque es el que le gusta beber en su día a día. Nada de tintos, ella se toma dos copitas de rosado y un vasito de leche…jajajaja, por lo que consideramos que era un gesto bonito con ella”. Así nos lo cuenta la jovencísima Sara Sastre, nieta de Marcelina e hija de Jesús, quien también nos hace partícipes de la vitalidad de su abuela, una señora con 91 años que vive en su casa de La Horra (Burgos) y de vez en cuando disfruta paseando entre las viñas de la bodega. De vuelta a su vino, se trata de un rosado elaborado con tempranillo, de viñas a más de 800 metros de altura, cargado de sensaciones frescas de frutillos rojos y notas florales; muy jugoso, con una estupenda acidez frutal y agradable y fresco recorrido en boca. Para su elaboración, durante la vendimia meten uvas en los depósitos que dejan maceran durante menos de 24 horas con las pieles. Pasadas esas horas, catan los depósitos y extraen unos litros mediante sangrado (es decir, no utilizan prensa en ningún momento) de los que más les han gustado. Es lo que se conoce como “mosto flor” (el mejor porque se obtiene de manera natural, sin presión alguna), y líquido que a partir de aquí sigue con la fermentación y resto del proceso hasta su embotellado.
Amaren Blanco Fermentado en Barrica 2021 (20 €)
En tierras de la Rioja Alavesa, este último homenaje es por todo lo alto porque en el caso de Amaren no se trata solo de uno vino sino de una bodega. Amaren es la bodega que la familia Luis Cañas creó en honor a Ángeles Herrera, esposa de Luis Cañas y madre de Juan Luis Cañas (Bodegas Luis Cañas, Rioja Alavesa), cara visible de la firma junto a su hijo Jon.
El proyecto Amaren, que en euskera significa “de la madre”, echaba a andar en el año 95, momento en el que la madre de Juan Luis fallece. Entonces estaba elaborando un nuevo tinto de tempranillo, especial, y al coincidir con su pérdida quiso dedicárselo a su madre llamándolo Amaren Reserva Tempranillo 1995. Éste iba a ser el primer paso pues Ángeles fue un pilar imprescindible en la creación de Bodegas Luis Cañas (Villabuena, Álava) de la que recuerdan trabajó de forma incansable en campo y en la bodega. Es por eso que años después inaugura la nueva bodega dedicándosela a ella; Amaren (Samaniego, Álava) abría sus puertas hace ya quince años. Una bonita casa, cuidada hasta el más mínimo detalle, y donde elaboran ya una amplia gama de vinos de entre los que optamos por este blanco fermentado en barrica. Elaborado con uvas de más de 60 años de las variedades viura y malvasía, tiene una crianza de 10 meses en barricas y hormigón. Antes la mitad del vino fermenta en roble francés de 500 litros y el resto en hormigón de distintas formas y tamaños. Un blanco expresivo, con notas florales, de frutas de hueso, hierbas aromáticas y recuerdo mineral. La boca es amplia, grasa, con buen recuerdo frutal, sensaciones dulces (notas de bollería) pero con un fino amargor al final que aporta frescura y anima a repetir.
LOS VINOS Y BODEGAS REFERIDOS NO RESPONDEN A INTERÉS COMERCIAL ALGUNO SINO A UN CRITERIO PROFESIONAL Y DE CALIDAD
