Cinco restaurantes de la costa mediterránea para guardar en la agenda
Locales de referencia con gran interés culinario para saborear con calma

Plato de El Mosqui (Murcia)
Una temporada más es momento de reaperturas, el despertar de locales que cierran cuando llega el frío y regresan en el momento que la primavera hace acto de aparición. En esta ocasión, además, pocos días antes de esta madrugadora Semana Santa que arranca este próximo domingo. Es por eso que regresamos a cinco restaurantes que tienen en común la costa mediterránea, por si en estos días tienen previsto acercarse a la zona.
De otro modo, también direcciones para tener en cuenta en los largos meses de buen tiempo que nos quedan por delante pues el Mediterráneo es destino recurrente y su costa tan extensa que da para ir una y mil veces… como seguro haremos durante este año.
Podemos considerar estas cinco propuestas tan solo el aperitivo, para ir abriendo boca desde Gerona hasta Marbella en esta entrega. Más adelante incorporaremos provincias y direcciones a estas propuestas mediterráneas. Con un poco de todo, templos para disfrutar del pescado y el marisco; locales de moda; cartas con influencias internacionales, chiringuitos deluxe… Cualquiera de ellos con motivos que los hacen recomendables.
Tragamar. (Paseo Jimmy Rena, s/n. Calella de Palafrugell Gerona).
En plena Costa Brava, a la orilla del mar, un restaurante con décadas a sus espaldas, bajo el paraguas del Grupo Tragaluz (fundado por la hostelera barcelonesa Rosa Esteva), especializado en arroces y pescados frescos procedentes de la lonja de Palamós… por lo que probar la gamba es obligado. Una cocina marinera en una carta no excesivamente extensa pero con platos para el gusto general y que se pueden compartir.
El Faralló (Fènix, 10. Las Rotas. Denia)
En el mediterráneo alicantino y en uno de los pueblos que más visitantes recibe a lo largo del año, El Faralló está considerado el santuario de la gamba roja y un estandarte de la cocina tradicional de Denia donde trabajan con materia prima de cercanía, con la lonja como proveedor principal. Productos frescos, sin excesiva elaboración para poner en valor la calidad y el sabor, y una carta en la que la estrella indiscutible, esa gamba roja, aparece en distintos platos (croquetas, ensaladilla o arroces, otra de sus especialidades). Es un local familiar junto a las playas de Les Rotes, famosa por el arrecife natural que habita sus aguas, testigo de temporales y naufragios, cuentan, y que da nombre a esta casa.

El Cranc (Playa de la Olla, s/n. Altea)
Todavía en la provincia alicantina, Altea es otro de sus destinos estrella y este chiringuito top que es El Cranc uno de los locales que merece ser visitado y saboreado porque acaba de regresar. A pie de playa, con vistas a la isla de La Olla, su carta mira al territorio, la costa, y de él se nutre. Ofrecen una cocina de mercado que varía conforme a la temporada, con pescados y mariscos entre los protagonistas destacados y luego especialidades que cambian a diario. La historia de este original restaurante se remonta al año 82, cuando lo pusieron en marcha Pepa Bañuls y José Ángel Navarro Barranqui para ofrecer a su círculo más cercano los productos del mar y de la huerta. Continúa en manos de la familia, su discurso culinario es el mismo desde entonces y el nombre elegido refiere los cangrejos que por la noche se acercaban desde la playa a la terraza.
El Mosqui (Carr. Subida al Faro, 50. Cabo de Palos, Murcia)
Un histórico de la costa murciana, con siete décadas a sus espaldas y un referente para conocer y disfrutar la cocina típica de Murcia. Fundado por un matrimonio de pescadores ha pasado de generación en generación y hoy tiene al frente al joven Sergio de la Orden, nieto de los fundadores. A él se debe la modernización de las recetas y de la carta (reducción de propuestas incluida) aunque sin perder un ápice del sabor y esencia que han hecho de esta dirección un referente ineludible. Lo que se mantiene intacto es su receta de arroz caldero, un plato tradicional que se cocina a fuego lento en una olla de hierro fundido que le aporta un sabor característico y bien exitoso; ahí está la cantidad de gente que pasa por sus mesas para acreditarlo. Además, el viaje comandado por De la Orden ha convertido sus platos en elaboraciones de gran nivel aparte de confeccionar un interesante menú degustación que titulan “un paseo por nuestra historia”.

El Pimpi (Av. Bulevar Príncipe Alfonso de Hohenlohe, s/n. Marbella)
Esta icónica bodega es una institución con solera en la capital malagueña que desde el pasado verano cuenta con una segunda sede en el complejo marbellí Puente Romano. Con la estética de una taberna andaluza propone rica cocina tradicional malagueña, desde la materia prima local, con una buena oferta de vinos andaluces dentro de su seleccionada bodega. Lugar de peregrinaje en Málaga, donde abría sus puertas en 1971, se ha convertido en un establecimiento de referencia en la ciudad y ahora también uan visita rescomendable si se encuentra en Marbella.
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